“El gobierno dominicano debió darle más tiempo a la diplomacia en la crisis con Haití, porque adoptó las medidas más radicales, las cuales no surtieron efectos”, advirtió el destacado periodista y diplomático, Aníbal de Castro, en una entrevista al programa tv D Agenda.

Bajo ningún concepto pretendo presumir de pitonisa, pero en un trabajo anterior había advertido que “resulta más que evidente, que el gobierno del presidente-candidato Luis Abinader precipitó transcendentes decisiones sin medir las consecuencias en el orden económico y social para la República Dominicana y Haití.

Al inobservar y precipitar acciones que pudieron tener consecuencias menos gravosas para ambas naciones, el Mandatario incurrió en un error estratégico, en lo que compaginamos con un medio local en el sentido de que “la decisión de sellar totalmente las fronteras con Haití, derivada de la construcción unilateral de un canal de riego en el rio Masacre, tiene un punto vulnerable: el supeditarla a que se detengan los trabajos”.

Y de ahí se desprende una impresión del Gobierno, debido a que “cualquier mediación, salida intermedia o negociación que no contemple esa condición, se asumiría como repliegue”, lo que el indicado medio califica “otra debilidad”, y es haber dispuesto cerrar la frontera por aire, mar y tierra, sin haber dejado un resquicio como un “bajadero o puerta trasera”.

Pretendiendo buscar una implícita justificación de la errática política oficial hacia la frontera y hacia Haití, la colocó sobre la mesa el ministro de Economía, Planificación y desarrollo, Pavel Isa Contreras, cuando informó, tiempo después de haberse tomado la drástica medida, que el gobierno ni analizó, ni se estudió “el impacto o los efectos” que provocaría a la economía nacional el cierre de la frontera domínico-haitiana.

El tiempo dio la razón

“El gobierno dominicano debió darle más tiempo a la diplomacia en la crisis con Haití, porque adoptó las medidas más radicales, las cuales no surtieron efectos, y luego el país se quedó sin medidas para aplicar”, advirtió el destacado periodista y diplomático Aníbal de Castro, en una entrevista concedida al programa de televisión D Agenda.

Y más adelante acotó: “Porque tomamos al principio de la crisis las medidas más radicales, y de repente nos quedamos sin medidas, y esas medidas no surtieron el efecto que buscamos que era la suspensión de los trabajos del canal del lado haitiano".

En un trabajo anterior el autor de este artículo había advertido que “una elemental estrategia en la lucha sindical enseña que la huelga es el último recurso al que se debe acudir, y por ende agotar, ante un conflicto que enfrenta a trabajadores, presentado por su sindicato, y el patrón, a quien se le reclama un pliego reivindicativo, lección que puede ser un referente en la conducta que se debió tomar en cuenta el gobierno en el manejo de cualquier tipo de conflicto.

“En el caso que nos ocupa, todos los dominicanos y dominicanas estamos del lado del gobierno en sus esfuerzos por preservar la soberanía nacional, y en el reforzamiento al máximo de la seguridad fronteriza, en un momento en que se torna más que evidente el agravamiento de la situación política y social en inseparable el vecino Haití.

Pero también la opinión pública comienza a auto persuadirse en el sentido de que “la decisión de sellar totalmente las fronteras con Haití, derivada de la construcción unilateral de un canal de riego en el rio Masacre, tiene un punto vulnerable: el supeditarla a que se detengan los trabajos”.

“De ahí que resulta una medida extrema, es agotar un recurso extremo, aun con el agravamiento de la situación política y social en el vecino país, y la amenaza latente de la avalancha de inmigrantes hacia la República Dominicana, que debería controlarse con el reforzamiento de la seguridad fronteriza, que la hace porosa el tráfico con el que comercializan los militares.