Ayer se llevan a cabo las 11vas elecciones presidenciales francesas desde el establecimiento de la Quinta República en 1958 cuando fue validado el mandato del General Charles de Gaulle. El presidente liberal centrista Emmanuel Macron busca repetir, lo cual no sucede desde 2002.

Electo en 2017 con una plataforma bastante amplia que le permitió apelar a votos de todas las ideologías, en el gobierno ha coincidido mucho con la centroderecha, creciendo en los segmentos tradicionalmente alineados con el Gaullismo. La principal oposición ha provenido del nacionalismo representado por Marine Le Pen quien aspira por tercera vez consecutiva en representación de su partido Reagrupación Nacional, el polemista Éric Zemmour quien participa por primera vez bajo la plataforma Reconquista y el izquierdista doctrinario Jean-Luc Mélenchon de La Francia Insumisa.

Con el partido Los Republicanos, tradicionalmente el más ganador de elecciones francesas, tiene una relación compleja ya que formalmente están en la oposición pero varios de sus miembros forman parte importante del gobierno. Inicialmente la candidata Valérie Pécresse marcaba en encuestas para pasar a segunda vuelta pero la guerra en Ucrania la hundió en favor del liderazgo de Macron.

Francia tiene sistema de doble vuelta presidencial desde 1965 con requerimiento de 50% más un voto. En ese trayecto de tiempo, nadie jamás ha ganado en primera vuelta dada la existencia de varios partidos menores con votaciones importantes. En 1969, el General de Gaulle, que un año antes se había negado a renunciar durante la crisis de mayo, terminó optando por abandonar el poder tras ser rechazada su opción en referendo. Esto llevó a elecciones anticipadas que fueron ganadas por su compañero de partido Georges Pompidou, quien falleció en el poder, adelantando también elecciones en 1974 con el triunfo del liberal Valery Giscard d’Estaing.

En las elecciones de 1981, Valery perdió intentando reelegirse ante Francois Mitterrand, primer candidato triunfante del histórico Partido Socialista. En ese entonces, los mandatos eran de 7 años con reelección indefinida así que Mitterrand se mantuvo hasta 1995.

Sin embargo, es en su gobierno que se experimenta la llamada “cohabitación” por primera vez. Dado que los franceses tienen un sistema semi-presidencial con un jefe de Estado fuerte y un jefe de Gobierno (primer ministro) que responde al Parlamento, hay ocasiones en que la mayoría legislativa no coincide con quien ganó la Presidencia, obligando a que la oposición ocupe el gobierno interno. De esa forma, el gaullista Jacques Chirac fue primer ministro nominado por su rival Mitterrand en 1986.

A Chirac después como presidente de la República le tocó lo mismo con el primer ministro socialista Lionel Juspin entre 1997-2002. Sin embargo, el contexto en su reelección le permitió una enorme mayoría ese año que por primera vez la familia Le Pen pasa a segunda vuelta con el fundador Jean-Marie, culminando con 82% de los fotos para Chirac.

La constitución había cambiado el periodo de 7 a 5 años así que el líder que falleció en 2019 cumplió 12 años en el poder. Su sucesor, Nicolás Sarkozy, perdió su intento de reelección en 2012 contra Francois Hollande, del Partido Socialista, quien fue altamente impopular y se abstuvo de presentarse a segundo periodo en 2017. Hoy, el PS se encuentra colapsado en lo nacional y su candidata, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, marca 1%.