Recientemente nos hemos enterado que la diáspora, es decir la población que forzosamente se han visto obligados a abandonar el territorio nacional por problema de pobreza, desempleo, reencuentro familiar, educación, etc., son para el 2022, alrededor de 2.5 millones, que representa el 20% de la población dominicana.
Según el estudio realizado por el Instituto de dominicanos y dominicanas en el exterior (INDEX), la cifra total de dominicanos que viven fuera del territorio nacional y, se han establecido en las grandes ciudades del mundo son 2,531.618 (https://www.diariolibre.com/usa/actualidad/2022/03/10/dominicanos-en-el-exterior-cuantos-son/1696819).
Sin intención, ni interés de valorar la veracidad de los datos de esta información, los que me interesa destacar es que, donde menos uno puede imaginarse, existe una diáspora de hombres y mujeres dominicanas, luchando por sobrevivir y echar pá lante.
En las luchas por las subsistencias, los dominicanos hemos tenido que emigrar y establecernos en otros países, con todos los conflictos culturales y desgarraduras existenciales que esto significa. Dejar el lugar de origen, las amistades, nuestros primeros amores, los lugares de infancia y arriesgarnos a comenzar de nuevo. Experimentar las tensiones que significa aprender y hablar otro idioma, practicar una nueva religión, cambiar los hábitos alimenticios, entrar en contactos con extraños y, muchas veces, enfrentar a diario la discriminación, el racismo, la xenofobia y la exclusión.
Sin embargo, a pesar del incremento de las diásporas de dominicanos alrededor del mundo y, de su aporte al desarrollo de la economía dominicana, llama la atención que carecemos todavía en el país, de una institución académica, una tradición teórica y un grupo de académico-intelectuales especializados en estudios diaspóricos.
Claro, hay que destacar que existe en el país una larga tradición académica que ha hecho grandes aportes a los estudios de las diásporas en España, en los Estados Unidos y las migraciones en general. Contamos con algunas investigaciones sobre la participación política y educativa de los dominicanos en el exterior, particularmente en la ciudad de New york. Sin embargo, con algunas excepciones, la gran mayoría de estos trabajos se interesan por destacar la función económica de las remesas y la condición de manos de obras baratas de las diásporas.
En la actualidad, las diásporas dominicanas son muchos más que remesas y manos de obras baratas. En el contexto de la globalización, el Internet y el desarrollo de las tecnologías de comunicación, donde todos de una forma u otra estamos comunicados, adquiere una gran relevancia la participación política de la población en el exterior. Cada día resulta más pertinentes saber cómo se integran y participan políticamente en las comunidades de recepción. Cómo han cambiado su cultura e ideología política y su relación con el sistema de partidos dominicanos.
En el contexto actual, resulta imprescindible estudiar las diversas formas de integración de las diásporas en la comunidad de recepción, las redes de solidaridad e integración a la comunidad de origen, las asociaciones de los dominicanos ausentes, restaurantes, las iglesias, desfiles y carnavales mediante los cuales producen y reproducen los lazos de solidaridad y sus redes asociativas de interacción.
Resulta significativo conocer los cambios culturales de la segunda generación de las diásporas, su integración al sistema educativo universitario, sus lenguajes, las formas que construyen sus identidades, espacios de diversión, sus gustos, consumos, estilos de vida y preferencias culturales.
En general, los que parece evidente es que cada día se hace más necesario contar con mayor conocimiento e información sobre las formas de vida de las diásporas de dominicanos en el extranjero. En ese sentido, resulta importante la creación de un instituto de investigación que promueva estudios comparativos, charlas, conferencias, seminarios y el desarrollo de una nueva perspectiva sociológica que no reduzca las diásporas a su determinación económica como remesadora y manos de obras baratas.
Las diásporas de dominicanos en el exterior son muchos más que remesas y manos de obras baratas y, es momento de comenzar a estudiarla de forma más compleja y heterogénea, como agentes y actores políticos y culturales que tienen muchos que aportar a la sociedad dominicana.