Las lecturas sobre espeleología fueron la fascinación de mis años estudiantes. Escuchaba las historias de Dato Pagán Perdomo y Domingo Abreu deleitándome de las maravillas que se encontraban en el interior del útero de la tierra. Con la visita de las Cuevas de la Maravilla, Cuevas de Carlos y la de José María y el complejo de Cuevas de Borbón, se marcó un camino, no para dedicarme a esa extraordinaria especialización, más bien para reportar lo que iba encontrando de causalidad y llevar a mis estudiantes para que estuvieran una experiencia espeleológica, además de lo académico. Con la colega Glenis Tavares realizamos estudios de prospección arqueológicas y eso me llevó de nuevo a los recovecos de las cuevas.

Mi propia historia como etnógrafa me llevó al complejo de las Cuevas del Pomier o de Borbón. Realizaba estudios sobre el río Nigua y las comunidades de Cambelen y San Rafael, cuando un chamán del lugar me refirió, sobre estas cuevas, como el lugar más sagrado de San Cristóbal, pero me hizo la salvedad que iba a desaparecer por la mano desaprensiva de las mineras que sacaban material y destruyen las voces de los ancestros. Esa información la recogí hace aproximadamente veinte años. El “hombre medicina” estaba en lo correcto.

Las cuevas están conectadas a múltiples formas de vida vegetales y animales. Los grupos originarios, la consideran espacios sagrados y de curación.  Las representaciones culturales que se dibujaron y esculpieron son una muestra de la presencia de sus identidades, mitos, religiosidad, memorias y su mirada sobre la naturaleza. El complejo de Cuevas de Borbón tiene una riqueza cultural inigualables, no sólo para el país, también para la región del Caribe.

La memoria de un pueblo es lo que se cuenta con esos petroglifos y pictografías. Los originarios continúan hablando, a través de sus representaciones en las cuevas.  Por razones de la conquista y del proyecto colonizador se ocultaron, o no se interesaron, en los estudios de la cultura de estos pueblos, a través del análisis de los estudios de las cuevas.

No obstante, ayer se dejaron de lado, sin interesarse en sus estudios. Pero apareció una nueva era, la de los museos, centros de estudios universitarios que facilitaron y se dedicaron a realizar diversos estudios. En este nuevo contexto se pasó a valorizar las cuevas y sus contenidos.

Los extractivistas colonialistas de los recursos mineros, no desaparecieron con la república. Los modernos mineros siguen explotando las minas de oro y de caliza, pero asociado con la Corona Española. Ahora usan todos los recursos legales con las famosas concesiones mineras. Usan el Estado, a través de sus relaciones vendiendo humo y reproduciendo, la idea de que están prestando un servicio al país, cuando sabemos que dañan el medio ambiente y están destruyendo el patrimonio tangible e intangible del complejo de las Cuevas de Borbón.

Un estudio realizado por el Dr. George Veni sobre la Evaluación Geológica de los impactos potenciales de la extracción de Canteras en las Cuevas de Borbón revela que los 4.43 kilómetros de la Reserva Antropológica de Pomier comprendida por 57 cuevas, más un manantial, están siendo afectados, por el impacto de las canteras que extraen caliza.

El estudio señala que la zona de operaciones de la cantera ocupa un 74% dentro del área de amortiguamiento, un 6.2 % está explotando la caliza dentro de la Reserva violando la ley.  Un 20.4% está fuera de la zona de amortiguamiento. Las concesiones otorgadas que no han sido explotadas se amplían, al área donde se localizan las cuevas. Con sus voladuras han tumbado paredes de cuevas y los residuos pasan a las aguas subterráneas. Recordemos que hay un manantial en la zona.

El estudio indica que los explosivos están conformados por gasoil y nitratos de amonio. Y estas sustancias se asocian a la mortalidad infantil. Por igual, la voladura suelta un polvillo de cal, la cual afecta los suelos y las aguas subterráneas. Estas mineras son tan poderosas, porque están violando la ley 202.04, la cual establece los límites de la reserva antropológica de las cuevas y otros decretos como el 571-09 y el 705-21.

A la luz de lo descrito, yo me pregunto, cómo una simple ciudadana, cuáles son las razones por la que el Estado Dominicano, no ha tomado una medida radical para sacar a estas mineras de la zona. ¿Qué es lo que necesita el gobierno, para tomar medidas correctas?

 En términos históricos, los estamentos coloniales han cambiado muy poco. Todavía se mantienen ciertos privilegios, para los que sustentan capitales. Algunas veces se le rinden pleitesía o simplemente se le exonera, por medios de prerrogativas, para la evitación del cumplimiento de la ley. 

Los señores mineros están violando un patrimonio nacional. Le apetece explotar el complejo de Cuevas de Borbón, porque está localizado en una plataforma de jugosa caliza. Algunos dirán que solo van a trabajar cerca del área protegida, específicamente en la zona de amortiguamiento.

La lógica de explotación es el uso de voladuras que rompen la caliza y provocan derrumbe en las cuevas que están más cercanas de dicha zona. La ley le permite la explotación en zona de amortiguamiento, pero esto no debe permitirse por el tipo de geología y la fragilidad del área que pone en riesgo el complejo de cuevas.

Los recursos geológicos, arqueológicos, culturales y ambientales del complejo de cuevas de Borbón no pueden ser explotados ni dañados. El tipo de explotación minera, no puede realizarse en la zona de amortiguamiento. Necesitamos crear conciencia y solicitarle al gobierno de Luis Abinader que tome las medidas necesarias para defender este patrimonio nacional. Las cuevas hablan y son nuestras memorias, porque definen nuestras identidades.