Luego de revisar el informe preparado por el BARCLAYS respecto ¨Al aumento de las vulnerabilidades externas de la Republica Dominicana¨ y fechado 10 de noviembre de 2022, entendemos lo siguiente:

 

Las cuentas externas continúan deteriorándose en medio de crecientes facturas de importaciones de petróleo y otros rubros, lo que eleva el déficit de cuenta corriente y deteriora las fuentes de financiamiento. Entendemos que esto y el riesgo de un mayor déficit fiscal en 2023 signifique un fuerte riesgo de suministro en medio de un entorno externo desafiante.

  • Las presiones externas continúan aumentando ya que ahora esperamos que el déficit de cuenta corriente se amplíe a más del 6% del PIB, impulsado por un importante deterioro en los términos de intercambio.
  • La Inversión Extranjera Directa está financiando aproximadamente la mitad del déficit, pero el país depende cada vez más de la inversión de flujos de cartera, lo que lo hace vulnerable a una reversión.
  • El gobierno apunta a un déficit del 3,0% del PIB en 2023, pero al igual que este año, vemos la posibilidad de que este déficit se revise al alza. Dado el riesgo de subsidios mayores a los presupuestados y las presiones del ciclo electoral, por lo que potencialmente el déficit alcance el 4% del PIB. Incluso asumiendo el escenario optimista del gobierno, el plan es emitir USD$3.4 Mil Millones, que es más grande que la mayoría de los países de América Latina.

 

Los altos precios del petróleo este año han hecho subir el déficit de cuenta corriente. Las presiones en el frente externo se evidencian en la balanza comercial. Hasta septiembre, las exportaciones crecieron cerca del 10% mientras que las importaciones aumentaron casi un 35%. En particular, la presión ha venido de las importaciones relacionadas con los precios del petróleo, cuyo costo creció 95% durante este período, representando más del 22% de las importaciones totales. Pero tan importante como el aumento de los precios del petróleo, resulta imprescindible mencionar ¨La Ley de Arancel Cero¨ que si consideramos los productos terminados que se incluyen en esta Ley, la misma resulta un incentivo a la importación y una competencia desleal a la producción local.

 

Esto ha ampliado el déficit comercial de 7,900 Millones a 13,900 millones de USD, en solo el ultimo años. Además, otras entradas también han disminuido este año, como las remesas, que han registrado entradas hasta la fecha de alrededor de 7.300 millones de dólares, un 7 % menos que en 2021.

 

Por su parte el turismo ha ayudado a compensar parcialmente estas presiones, ya que el sector ha seguido recuperándose de la pandemia, como lo indica un aumento del 64% YTD en las llegadas. Sin embargo, tenemos que considerar que después de dos años de confinamiento a causa de la pandemia, era de esperarse que los ciudadanos del mundo reaccionaran viajando y haciendo el turismo que no habían podido hacer. Ahora, de cara al 2023 las perspectivas para el sector se han vuelto más desafiantes a medida que la economía mundial se desacelera y corre el riesgo de entrar en recesión.

 

En general, este entorno ha hecho que muchos expertos estimen que el déficit de cuenta corriente será mucho mayor este año 2023, alcanzando cerca de USD 7.000 millones, equivalente al 6,3 % del PIB, superior a estimaciones anteriores de 5,0 %. En 2023, es probable que el titular siga bajo presión, ya que asumimos que los precios del petróleo se mantendrán similares a los de este año, con pronósticos de Brent en un promedio de USD$98 el barril.

 

Las vulnerabilidades externas han aumentado a medida que el país depende más de los flujos de inversión de cartera. La Inversión Extranjera Directa ha estado financiando alrededor del 67 % del déficit de cuenta corriente, pero esa proporción se redujo a cerca del 50 % en el segundo trimestre del 2022 y podría permanecer en torno a ese nivel o incluso menor en los trimestres siguientes, si consideramos el riesgo de recesión internacional y el aumento de las tasas de referencias de la mayoría de los países. El resto se financió principalmente mediante inversiones de cartera, que registraron una entrada total de casi $ 3.000 millones debido a que el gobierno vendió bonos durante el primer trimestre del año, y respaldado por el endurecimiento temprano del banco central que, desde noviembre de 2021, han aumentado la tasa de política por 550 puntos básicos.

 

En términos relativos, el déficit de cuenta corriente de la República Dominicana es claramente mayor que el de sus pares regionales como Costa Rica, Jamaica y Colombia. Las emisiones de deuda externa al menos han permitido al país acumular reservas, que mitigan su vulnerabilidad externa.

 

La República Dominicana parece particularmente expuesta al endurecimiento de las condiciones financieras globales. A pesar del contexto externo más desafiante, por ahora, el escenario base del gobierno parece ser mantener su estrategia y continuar apoyándose en el financiamiento del mercado externo. Su presupuesto para 2023 asume la emisión de deuda externa por USD 3.400 millones, lo que superaría la oferta neta esperada de la mayoría de los países de la región. Si bien el gobierno podría tener algunas alternativas para reducir la emisión prevista utilizando financiamiento multilateral, eso parece compensarse con el riesgo de registrar un déficit mayor al estimado en el presupuesto. En ausencia de emisión de deuda externa, las autoridades probablemente tendrían que utilizar reservas para financiar el déficit en cuenta corriente. Sin embargo, dejar que el tipo de cambio se deprecie probablemente sea una opción que las autoridades podrían tratar de evitar, especialmente cuando el país está entrando en un ciclo electoral.

 

En resumen, los factores que aumenta la vulnerabilidad de cuentas externas y que amenazan el déficit de la cuenta corriente son:

  • Los altos precios del petróleo, que representan más de un 20% de las importaciones del país.
  • Los altos precios de otras materias primas, como los granos y los fertilizantes.
  • La muy posible reducción de las remesas, producto del endurecimiento de las condiciones financieras globales, tendentes a la reducción de la masa monetaria y a la reducción de la demanda global; que, además amenazan con una reducción del potencial turístico del país y la reducción de la demanda de los textiles y otros rubros de exportación del país.
  • No menos importante, el potencial aumento del pago de intereses de la creciente deuda externa, que también sufrirá aumentos de tasas de interés.

Por último, la falta de incentivos a los sectores productivos, que han sufrido los embates de una competencia desleal de arancel cero, que prioriza la importación y descuida la seguridad alimentaria, en tiempos de conflictos bélicos globales de dimensiones aún desconocidas.