La semana pasada mi hijo menor saldó con la Fundación de Crédito Educativo (FUNDAPEC) el préstamo por cuotas en que se transformó la línea de crédito garantizó los pagos trimestrales a la universidad. La entidad es una bendición para padres que aspiran a que sus hijos reciban una educación de calidad en entidades de educación superior donde las clases no se detienen por huelgas de profesores, bedeles, secretarias, serenos y conserjes. Durante los estudios solo se paga intereses por el monto acumulado de la deuda en cada mes y el total desembolsado al final de la carrera se convierte en préstamo paga cuotas de capital e intereses, por el tiempo en que el plazo total de la facilidad no supere los diez años.
Le hablé al loco bajito quería ser ingeniero de esa maravillosa forma de financiar estudios superiores antes de graduarse de bachiller. Las cosas no eran como antes y quería despejarle cualquier duda de cumplir su sueño de completar estudios superiores aquí, donde para licenciaturas en un gran número de carreras hay universidades privadas con títulos donde la diferencia de calidad está, tal vez, a una distancia entre dos aceras de camino vecinal y la de costo como la que existe entre Bahía de las Águilas y Las Terrenas.
Para eso no mamonee mucho, porque él es un claro ejemplo de que los hijos segundos son los que hacen las revoluciones, los más decididos que no se paralizan para hacer algo; ven claro, en plazos generalmente más breves, por dónde va la cosa. Cuando tenía que pasar a High School convenció a su madre de que se mudaría de Ohio para acá porque quería ser pelotero profesional y las escuelas aquí cerraban solo en Navidad. Un día me sorprendió con que se quería hacer la circuncisión y que si conocía a algún doctor. “Si, el esposo de mi amiga Migdalia es uno de los mejores cirujanos pediatras en…”. Cortante, que bueno, consigue una cita para mañana, hay disponibilidad, vamos, puedo hacer el procedimiento en dos días o en mes y medio porque tengo que salir, prefiero pronto, a qué hora vengo, caso cerrado. Nada, nada que ver con su padre y hermano mayor que evaden ir a desenterrarse una uña del dedo gordo del pie hasta que el dolor no se aguanta.
De manera que mijo así funciona el préstamo educativo: se solicita una línea de crédito por el monto de la carrera, me aprueban este monto que garantiza el pago del 85%. El primer desembolso genera una deuda por la que el pago mensual de intereses es tan solo 515 pesos. Para cubrir el próximo trimestre solo hay que presentar a FUNDAPEC las notas y el recibo para que desembolsen, se duplica lo que se debe y también el pago de intereses que pasa a 1,030 pesos. Así va todo hasta el último trimestre cuando la cuota interés termina en casi diez mil pesos. Después de la graduación y al empezar a trabajar se comienzan pagos de capital e intereses que estarán entre 10,200 y 11,125 si se financia en plazo de siete o seis años.
¡Que maravilla! Esos tres años y medio fueron intensos, aquí no hay universidad más exigente que INTEC, donde los espacios entre trimestres son cortos y dan apenas para botar un poco el golpe y planificar la selección de materias del próximo. Se concentró en los estudios, incompatibles con invertir tiempo en amores, y como rutina una parranda de tragos de una noche que sabía podía soportar porque descubrió que se mitigan los efectos con un suero en la mañana. Esa costumbre de ir a la clínica se la descubrió una doctora que al ver su récord le dijo: “pero tú parece que planificas esta visita a emergencia cada tres meses, así no se puede, diluya los traguitos de celebrar el último final como hacía yo.”
Se llevó de ese consejo en los pocos que faltaban para la graduación y de uno que le di sobre las mejores perspectivas de ejercer su profesión en los Estados Unidos. Se fue con un poco menos de diez mil dólares de deuda estudiantil con un título similar al de colegas ingenieros con préstamos federales de cien mil dólares. Hoy está liberado de deuda y sus compañeros tristes porque los demócratas los engañaron con la promesa de alivio de préstamos estudiantiles. Esa historia de éxito debe ser similar a la de miles de profesionales que han podido pagar sus estudios en universidades privadas gracias a FUNDAPEC, entidad también que abrió el camino para que algunos bancos múltiples también incorporen esta línea a sus ofertas de crédito.
Para las familias de menores ingresos, que son los clientes cautivos de la universidad estatal, también es posible ampliarles sus posibilidades de estudiar donde el ocio por huelgas no se remunera. Para eso la vía tiene dos componentes: a) entregar a los profesores de la UASD todos los activos para que la administren como propietarios y eliminar su vínculo con la formulación del presupuesto anual. Todos los fondos que ahora van a la UASD se tendrán disponibles para los estudiantes que podrán redimir su parte alícuota en la universidad de su preferencia; b) en caso de que esta no sea la UASD y falte completar fondos para la matrícula, pues ahí está la opción de préstamo educativo en la forma aquí descrita. Esto tiene ventajas que expliqué aquí mismo en otro artículo para que lo de autónoma adquiera pleno sentido.