La próxima convocatoria de becas ofrecida por el MESCYT será lanzada en enero de 2024, y tengo un gran interés en aplicar para una de las becas internacionales.

En ese sentido, he iniciado una serie de indagaciones con amigos y compañeros que ya fueron el año pasado. La idea es informarme sobre los procedimientos a cumplir y aprender de sus experiencias, sus consejos y sus sugerencias.

A partir de todo lo que ellos me han dicho, he concluido que estas becas internacionales, si bien son una oportunidad valiosa, no son realmente para los pobres, ni para personas que no estén en capacidad de realizar un asfixiante sacrificio económico para lograr aprovecharlas e ir a otro país a prepararse, a formarse.

Alguien sin experiencia en becas y sin conocer a nadie que haya estudiado con alguna, podría imaginar con toda naturalidad que el sistema de becas internacionales ofrecido por el MESCYT brinda un apoyo completo para el estudiante. Es decir, podría parecer muy fácil, e incluso lógico, asumir que la beca incluye soporte en la gestión de la visa, cubre al menos el vuelo de ida, y proporciona un apoyo económico adecuado para los gastos diarios mientras se estudia en ese otro país.

Pues ocurre que no. Nada más alejado de la realidad.

Lo primero que me advirtieron los amigos a quienes consulté, cada uno por separado, es que se debe contar con un gran ahorro, no solo para todo el proceso que se lleva a cabo aquí, sino también para poder sobrevivir los primeros meses allá. En su defecto, es importante tener garantizado algún apoyo económico de la familia, institución, empresa, etc.

Esto debido a que las gestiones para la visa usted debe hacerlas solo. El MESCYT no brinda ningún tipo de soporte (ni económico ni burocrático) para ayudar al estudiante en la obtención del visado.

Tampoco existe ningún tipo de apoyo por parte del MESCYT para comprar, al menos, el vuelo de ida hacia el país en el que la persona piensa realizar sus estudios. El estudiante en cuestión debe encontrar los medios para obtener este vuelo si quiere aprovechar la beca que ha conseguido; de lo contrario, la pierde.

Pienso, yéndome un poco más lejos, que también el Ministerio de la Juventud tiene la oportunidad y el deber de proponer planes y proyectos que impulsen la mejora de la calidad y las oportunidades de las becas en el exterior para los jóvenes dominicanos.

Por otro lado, el MESCYT ofrece un apoyo económico mensual, pero resulta ser insuficiente y, en muchos casos, injusto. De hecho, existe una premisa sesgada en cuanto a los montos que ofrece el MESCYT, basados en función de si usted estudió en la UASD o en una universidad privada.

Pondré como ejemplo las becas para estudiar en España, ya que es el caso sobre el que tengo más información por ser el país al que pretendo ir a realizar mis estudios de postgrado con una beca del Ministerio de Educación Superior.

Actualmente, para obtener la visa europea de estudiante, debes demostrar que estás en capacidad de obtener al menos 700€ al mes, lo necesario para sobrevivir allá. Sin embargo, si eres estudiante de una universidad privada, el MESCYT te pagará 400€ mensuales, mientras que, si eres graduado de la UASD, recibirás 700€.

Esto significa que, si eres estudiante de una universidad privada, tendrás que buscar la manera de demostrar en el consulado español que podrás obtener los 300€ restantes.

Podrá sonar justo a primera vista, pero en realidad no lo es.

No lo es porque no es cierto que todos los que estudian en la UASD son personas de escasos recursos, así como tampoco lo es que todas las personas que estudian en universidades privadas son económicamente solventes.

Sé que no soy el único que conoce a alguien que estudia en la UASD, pero tiene una vida económica resuelta; que sus preocupaciones podrán ser de toda índole, excepto de dinero. En la UASD estudian personas que cómodamente podrían estar en la universidad más costosa del país, pero que por diversas razones (ya sea por criterios de los padres o por decisión propia o un largo etcétera), realizan sus estudios en la primada de América.

Así también, en las universidades privadas hay jóvenes que dejan de cenar hoy para poder conservar el pasaje de regresar mañana a la universidad, o para poder comprar ese folleto o imprimir ese trabajo que ha pedido algún profesor. También hay personas que a las dos de la tarde lo único que tienen en la boca es la pasta dental con la que se cepillaron (yo fui de esos), o que tuvieron que hacer una larga caminata para llegar a clases porque no había para el pasaje, y saben que tendrán que hacer el mismo recorrido para regresar.

Muchas de estas personas son becadas (como lo fui yo), o son personas que estudian en universidades privadas de bajo costo. Irónicamente, estudiar en la UASD les resulta más costoso, ya sea por el dinero o por el tiempo que se toma graduarse en la UASD, sobre todo si eres alguien de provincia y tienes que desplazarte diariamente o mudarte.

Ante esa realidad, más profunda que mi somero ejemplo y fácilmente observable, entiendo que el MESCYT debe actualizar estas disposiciones y hacerlas más igualitarias. Pienso que para todos debe existir la garantía de al menos los 700€ mínimos que exige España (siguiendo el ejemplo) para brindar la visa. Se debe establecer un monto general que permita que todos los estudiantes, sin importar de dónde provengan, tengan esta garantía en cualquier país al que vayan a realizar estudios de posgrado.

Entiendo, además, que debe existir algún tipo de soporte significativo por parte del MESCYT para las solicitudes de visas de los estudiantes. Asimismo, pienso que se debe realizar algún tipo de acuerdo entre el Estado y las aerolíneas, o promulgar una legislación o emitir un documento legal desde el Congreso, para que al menos exista algún tipo de descuento en la compra de los vuelos para las personas que van a viajar por motivo de estudios a través de una beca otorgada por el Estado. No sé, algo debe poder hacerse en ese sentido.

Sin estas condiciones mínimas, es necesario y urgente preguntarse: ¿cómo podemos decirle a una persona de barrio, recién graduada de la universidad, y que desea continuar formándose con calidad, que aplique a una de estas becas del MESCYT? ¿Cómo lo hace si ve que tiene que disponer, entre los gastos que realizará en el proceso, el alquiler de un piso en el exterior y el dinero para subsistir los primeros meses, de aproximadamente DOP$300,000 y en su casa apenas pueden llegar a fin de mes?

La actual gestión ha dado pasos enormes y significativos a través del programa Beca tu futuro, el cual ha democratizado el sistema de becas y ha permitido que llegue a más personas sin la necesidad de contar con la famosa “cuña”. Es algo que debemos reconocer siempre de esta gestión.

Sin embargo, aún se puede seguir mejorando, y el MESCYT tiene en sus manos la oportunidad de hacer el mayor aporte que se ha hecho en años en materia de becas y educación superior en el país. No solo democratizando, como ya ha hecho, las oportunidades de becas, sino también haciéndolas mucho más justas y accesibles para aquellos que tienen menos recursos económicos, pero que poseen grandes talentos y deseos de formarse y aportar a nuestro país.

Pienso, yéndome un poco más lejos, que también el Ministerio de la Juventud tiene la oportunidad y el deber de proponer planes y proyectos que impulsen la mejora de la calidad y las oportunidades de las becas en el exterior para los jóvenes dominicanos. De esta manera, se evitará que existan casos en los que muchos han tenido que renunciar a continuar formándose con alguna de estas becas debido a la falta de recursos mínimos para poder aprovecharlas, pese a haberlas obtenido.