Las Aves de Estero Balsa
Las aves son, como casi la mayoría de las especies que pueblan la Tierra, específicas de ecosistemas particulares, aunque no estrictamente exclusivas de uno o de otro; ellas interactúan, fluyen en su vida con diversos ecosistemas relacionados que suplen sus energías. No obstante, las aves de humedales son más exigentes con sus hábitats, que son subdivisiones de los ecosistemas donde viven de manera particular, porque tienen las condiciones de alimentos, humedad y luz, que le permiten estar ahí en sus momentos privacidad; por eso, ecosistemas como los humedales de Montecristi, requieren manejos más cautelosos, desde el punto de vista ornitológico, y manejo en general, para garantizar la conservación de las especies de aves que lo visitan e invernan.
La importancia de los humedales de Montecristi, está en la misma estructura que mantienen, representando uno de los lugares del hotspot caribeño de reservas de carbono más grande disponible en el Caribe; según plantea el Perfil del Ecosistema Hotspot de Biodiversidad de las Islas del Caribe (Diciembre 2019:10) preparado por el Instituto Caribeño de Recursos Naturales (CANARI), en colaboración con BirdLife International y con el apoyo técnico de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y New York Botanical Garden (NYBG), junto a otros autores.
… Este estudio evaluó las reservas de carbono de los ecosistemas de tres tipos de manglares comunes en el Caribe, citando a Kauffman et al. 2014, que estima que las 6,260 hectáreas de manglares y de manglar convertido en la provincia de Montecristi contienen 3,841,490 Mg de carbono10, constituyendo: “… Las reservas más altas de carbono (entre 706 y 1,131 Mg/ha) se almacenan en manglares de altura media, entre 3 y 10 m.”. En comparación con lagunas o estanques artificiales, como camaroneras, que secuestran aproximadamente 95 toneladas de carbono por cada 10,000 metros cuadrados. (HOTSPOT DE BIODIVERSIDAD DE LAS ISLAS DEL CARIBE https://canari.org › wp-content › uploads › 2021/08)
Estero Balsa forma parte de las 6 unidades de conservación del humedal Ramsar Montecristi y la Línea Noroeste, de importancia internacional, el número 2,497 del mundo en la lista. Por lo tanto, los Parques Nacionales Estero Balsa, El Morro, Subacuático Montecristi, Hispaniola; los Refugios de Vidas Silvestre Laguna Saladilla y Cayos Siete Hermanos; así como los manglares de Buen Hombre, deben ser vistos en su conjunto y en armonía porque lo que sucede en uno repercute en todos, como se ha insistido en las anteriores entregas, ya que poseen entre sus ecosistemas a los manglares, una muestra significativa del bosque litoral costero marino de la República Dominicana que hay que preservar cueste lo que cueste.
El manglar de Estero Balsa, hábitat de las especies acuáticas, al igual que los demás, tiene sus amenazas perpetuas, como es lógico en una zona que crece económicamente, persistiendo una subcultura de producción poco amigable con relación a este tipo de ecosistema; aunque se ha avanzado muchísimo, ya que se destruyen cientos de trampas por parte de los conservacionistas y el Ministerio de Medio Ambiente, gracias a la permanente movilización de las organizaciones locales en favor de los recursos naturales; aunque todavía mucha gente persiste en las prácticas ilegales de cacería en general y captura de flamencos, como le sucedió a un pelícano anillado en marzo 2021 por Dr. John S. Weske, Meryland, Estados Unidos, que cayó en una de esas trampas y terminó muriendo a pocos kilómetros de distancia, y que el lector puede observarlo en la entrega número 7 de esta serie.
En un análisis hecho para el 2006-2008, sobre los vacíos en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP), hecho por TNC, Estero Balsa sólo fue superado por 11 áreas protegidas en puntuaciones de amenazas, de 61 unidades de conservación analizadas por expertos. (Domínguez, E.; Grasela, K. y Núñez, F. 2008. Análisis de Vacíos de Representación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) de la República Dominicana. Informe Técnico. Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales).
La mayoría de las aves que podemos ver en Estero Balsa, son las mismas de los humedales mencionados en las entregas anteriores, pero debemos subrayar la diversidad de estas dentro de la fauna de los Humedales de Montecristi y Línea Noroeste, porque de las 89 especies que reporta el Plan de Manejo del Parque Nacional Estero Balsa (2014-2019), como área protegida en sus 81 km² (Ley 202.04), 49 corresponden sólo a aves, para un 55%.( https://rsis.ramsar.org/RISapp/files/2658482/documents/DO2497_mgt200228).
De las l49 especies de aves observadas por los ornitólogos que elaboraron el Plan, en el momento de la visita a los ecosistemas acuáticos y terrestres del Parque, observaron 35 residentes, 3 de ellas con población migratoria, 5 endémicas, 7 migratorias, 1 introducida y 1colonizadora.
En la búsqueda intensiva en el área del censo de aves acuáticas caribeñas, en la zona de Nueva Judea y Los Conucos, en San Fernando de Montecristi, al final de enero 2023, en aproximadamente 50 hectáreas, el Grupo de Acción Ecológica (GAE) avistó unas 57 especies con 776 individuos, entre las más abundantes fueron 42 viudas (Himantopus mexicanus) y 4 Pollos del Manglar (Rallus lingurostris).
El Pollo del Manglar fue la especie de más impresión para el GAE, porque ver a 4 individuos no es muy común; es más, muchos jóvenes no lo conocen y varias personas les llaman “gallareta”. Es difícil de ver cuando no se anda detrás de él, anida en los manglares y se encuentra en todo el litoral costero de la isla, reportándose en el Lago Enriquillo, Laguna de Oviedo y Cabo Rojo; aunque su distribución natural está desde el golfo de México, el Caribe y mares norteños de América del Sur (Latta, et. al 2007).
El Plan reporta entre las especies observadas con mayor frecuencia: la viuda (Himantopus mexicanus), la Garza Real (Ardea alba), el Pato de la Florida (Anas discors) y dos (2) especies de Rey Congo, principalmente el que llaman Yaboa (Nycticorax nycticorax).
La presencia de tantas especies es un indicador de que la riqueza natural de aves, presente en Estero Balsa, hay que monitorearlas y cuidarlas como sociedad y no que sea cosa sólo del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, sino de toda la sociedad; debido a que este humedal y las aves que son potenciales fuentes de ingresos económicos para las familias locales y para el país.