I.- El pueblo y sus ajetreos

1.- Toda sociedad humana heterogénea desde el punto de vista clasista, está dominada por la desigualdad, que trae como consecuencia pluralidad de entes sociales con diferentes niveles educacionales.

2.- Nuestro país cuenta con un sector poblacional que tiene excelente nivel de instrucción, mientras amplios segmentos padecen de muy poca o ninguna preparación escolar.

3.- La falta de instrucción o conocimientos, hace posible que mediante la ocultación maliciosa, y utilizando otras tantas formas de controlar la voluntad, los pueblos llegan a ser presas fáciles de manejar.

4.- Los marginados sociales, víctimas de sus enemigos tradicionales, se mantienen aletargados; adormecidos; en permanente estado de quietud y con la mente turbada, lo que les impide pensar u obrar con plena claridad.

5.-  Muchos dominicanos y dominicanas que comen a veces, el ajetreo a que están  sometidos,   moviéndose al galope para conseguir el dinerito para mal  vivir,  el agobio les hace estar en condición de embelesados.

6.- La colaboración, al igual que la solidaridad, es la más alta expresión de la sensibilidad, y debe formar parte de la conducta social de quienes, sin distinción alguna, siempre están listos para coincidir en la coparticipación.

II.- La salud fuera de los negocios

7.- Porque las masas populares no lo saben, o por falta de tiempo no han comprendido lo indispensable que es gozar de salud, corresponde poner al día de su situación a las mujeres y a los hombres comprometidos con la lucha social y política.

8.- Cualquier gobierno de un país organizado y más o menos civilizado debe tener la salud como un asunto de gran prioridad, la que se comprueba por los resultados obtenidos.

9.- Una comunidad humana cualquiera necesita tener dirigentes políticos dominados por cierto sentido de sensatez, que no permitan que los servicios de salud estén sometidos a operaciones comerciales.

10.- El criterio capitalista de dejar hacer, debe ser ajeno a todo lo que tiene que ver con la salud del pueblo. No tiene nada de humano, ni de social, aceptar que el derecho a estar saludable sea decidido por un intermediario sin amor a la vida de su prójimo.

11.- Para el ser humano, la salud no es una cosa cualquiera, secundaria, ni un accesorio de lujo. Ella es lo esencial, decisiva para mantenerse con actitud de vivir, de seguir formando parte del mundo terrenal.

12.- Porque estar saludable es algo muy delicado para la persona física, esta debe ser objeto de una atención cardinal. Cuidar por estar sano, es de importancia. Darse por descuidado lleva a la pérdida de la existencia.

13.- Es un compromiso del Estado ocuparse de que el pueblo tenga los servicios de salud a su alcance y disposición; hacer posible el acceso de los enfermos a los centros de atención médica; dedicarse, hacerse cargo, tener entre sus manos y atribuciones que los enfermos puedan recuperar su salud.

14.- El Estado dominicano, jamás, bajo ninguna circunstancia, debió permitir que grupos extraños a la sanación, hicieran de árbitros intermediarios entre la vida del paciente y los facultativos.

15.- Un tercero negociador, autorizado por el Estado, no debe hacer de componedor entre la enfermedad del asegurado y el clínico que sabe y procura curar al afectado. Un mediador interesado carece de calidad para decidir con sentido humanitario y justicia.

Ideas finales

16.- El medio social dominicano es lo suficientemente amplio para que todo aquel que tiene habilidad para los negocios, y dispone de recursos económicos, desarrolle sus aptitudes e invierta con posibilidades de éxitos.

17.- Corresponde al Estado no permitir que los particulares intervengan buscando beneficios en áreas sensitivas, como sensible es la salud de la población dominicana y de cualquier país.

18.- Ante el hecho de que aquí es una realidad la existencia de empresas aseguradoras, que tienen que ver con los servicios de salud, se impone hacer cesar esa actividad comercial.

19.- El Estado dominicano, que propició la vigencia comercial de las aseguradoras en el sector salud, de seguro que no las va a estorbar, y de ninguna manera a obstaculizar la continuación de las mismas en el negocio de la salud.

20.- Como toda compañía comercial, las aseguradoras que accionan en el negocio de la salud, en sus actividades procuran ganancias a costa de los enfermos asegurados y de los médicos que asisten a los que buscan sanación.

21.- La situación se ve con suma claridad: poner los servicios de salud como un asunto entre el enfermo y sus médicos, y que de por medio no esté un tercero que con todo derecho solo procura obtener ganancias.