Si canta la escuela, la patria se eleva”. Ramón Emilio Jiménez

Blanca Estela nació en 1907 en Santo Domingo, República Dominicana y murió en la misma ciudad el 11 de abril de 1976.

 

Su bisabuelo paterno, Timoteo Perdomo, posee el primer registro de sus ascendientes no nacidos en la isla. Originario de Canarias, contrajo matrimonio con Dorotea Bello.

Su abuelo paterno, Ángel Perdomo Bello (1818-1881), fue prócer de la Independencia dominicana y jefe del batallón de la artillería de la guerra independentista de 1844. Murió el 26 de febrero del 1881 tras haber sido afectado con quemaduras mientras auxiliaba a las víctimas en el Polvorín de la Fortaleza de Santo Domingo. Sus restos reposan en el Panteón Nacional.

Se casó con Juana Bautista Lugo Cotes (1827-1897) y, según algunas fuentes, se destacó como pintor y tallista. De su matrimonio es fruto Ángel Perdomo Lugo, el padre de Blanca (1859-1935), quien se casó con Altagracia Canal y heredó del padre la vena artística, convirtiéndose en uno de los escultores dominicanos representativos de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Del matrimonio de Ángel Perdomo Lugo y Altagracia Canal nacieron: Manuel Emilio Perdomo Canal (n.1888) quien se desarrolló en el campo de la obstetricia, fue profesor de Ciencias Exactas y Ciencias Naturales en el Instituto Salomé Ureña, en la Escuela de Bachilleres de Santo Domingo y en la Escuela Normal Superior, donde también se desempeñó como director. Fue decano y rector de la universidad de Santo Domingo.  Ana Josefa Perdomo viuda Salvador, Dilcia Altagracia Perdomo Canal, Eva Mercedes Perdomo viuda del Castillo, Ángel Perdomo Canal y Blanca Estela Perdomo Canal viuda Sención.

Blanca Estela Perdomo Canal, fue estudiante de las primeras egresadas del Instituto de Señoritas Salomé Ureña. Se casó con Jesús Sención Matos con quien procreó al menos una hija: Altagracia Sención Perdomo, graduada en el Instituto Salomé Ureña en la promoción de 1949.

Buscaba a Modigliani y encontré a Blanca

Mi encuentro con Blanca Estela Perdomo es el encuentro casual y gratuito que se da entre el coleccionista y algunos personajes del pasado. Me encontraba en la visita acostumbrada a los vendedores de artículos de segunda mano de la ciudad de Santo Domingo, en una de las más tradicionales arterias comerciales de la ciudad capital que increíblemente subsisten, ahora vendiendo como antigüedad lo que en su época de oro promocionaban como la última novedad.

Fui a buscar un cuadro de Modigliani que había visto en mi visita anterior. Ese inusual pintor de vida corta y tumultuosa que logró con sus pinturas siempre transmitir serenidad. Algo llamó mi atención sobre un viejo carrito de supermercado: Un viejo fólder verde olivo que contenía unos papeles. Era el expediente escolar de Blanca. Para ser el encuentro más maravilloso, la fotografía de una pequeña niña que pudo haber sido ella o su hija Altagracia Sención Perdomo, de quien se encontraban también dos recortes de periódicos de su graduación del Instituto de Señoritas Salomé Ureña en 1949. ¿Cómo llegó ahí ese expediente? Le pregunté al vendedor.

 

– ¡Un buzo lo trajo!

Dios bendiga los buzos, son grandes descubridores de tesoros en islas-vertederos.

El expediente escolar de Blanca

Gracias a la llegada del profesor Hostos a la República Dominicana, se funda en 1880 la Escuela Normal. Para abril de 1887 una de sus discípulas más exitosas: Salomé, envestía las primeras maestras normalista. De esta etapa de la educación dominicana es el primer registro escolar de Blanca. En 1912, cuando contaba con 5 años de edad y estudiaba en la escuela Restauración, recibe del ayuntamiento de Santo Domingo, un diploma de honor por haber obtenido nota de sobresaliente en sus exámenes de año escolar. Firmado por el Inspector de Escuelas el presidente D. Báez y un secretario de firma ilegible.

En mayo del 1916 el gobierno de ocupación realiza modificaciones significativas en el sistema educativo; por ejemplo, la escuela primaria gratuita y obligatoria desde los 7 a 14 años y las escuelas de varones y de hembras se transforman en escuelas mixtas.  Su segundo y su tercer certificado evidencian el cambio sufrido por el Colegio 16 de Julio, regentado por Graciela Bernal, pasando en 1916 de Escuela Normal práctica 16 de Julio a Colegio Semioficial incorporado 16 de Julio en 1917. En el mismo año, Blanca recibe su certificado oficial de suficiencia en los estudios primarios elementales, expedido por el Servicio Nacional de Instrucción Pública, firmado por Grullón Mañón hijo. El 22 de julio de 1916, se le expide una certificación del Servicio Nacional de Instrucción Pública y la Escuela 16 de Julio de las calificaciones obtenidas durante el año escolar de 1915 al 1916, aquí aparecen las materias impartidas: Lectura, Escritura, Aritmética, Lenguaje, Inglés, Francés, Geografía, Moral, Geometría, Cosmografía, Historia Natural, Trabajos manuales, Dibujo y Canto. Todas las calificaciones asentadas en base a diez. Aparecen las firmas de Grullón como inspector, Eva María Pellerano y Luisa Ozema Pellerano como docentes. Se calculaba el promedio general como bueno, la conducta como muy buena y la asistencia como regular o irregular.

Sus calificaciones de 1917 agregan las materias de HN y Agricultura y de Enseñanza Cívica. En 1920 Blanca pasa a formar parte del Instituto Salomé Ureña y ya está en el primer curso de la sección normal práctica. Recibe un diploma de estudiante meritoria, expedido por las señoras Luisa Ozema Pellerano y Eva María Pellerano, quienes en 1896 abrieron su colegio de primera y segunda enseñanza, siguiendo el mismo currículo del ya extinto Instituto fundado por Salomé.

En 1921 recibe dos certificados de estudiante meritoria por el mismo instituto. En 1923, Blanca ya está en la Academia Santa Ana, dirigida por el profesor Luis Pérez, alias Lulú, logrando un diploma que le confiere el título de mecanógrafa.

Los documentos que pertenecen a su hija Altagracia Sención Perdomo, consisten en dos recortes de periódicos uno de La Nación y otro de fuente no identificada, que muestra la graduación de 44 maestras bachilleres, alumnas de la Escuela Normal Salome Ureña. Entre sus compañeras de filosofía y letras aparecen los nombres de: Dilia Aranda, Margarita Baquero, Luisa Bonnelly, Eugenia Bodden, Aura Félix, Xenia Gómez, Olga Mondesert, Ana Narváez, María Ortiz, Ivelise Prats, Altagracia Ramírez, Silveria Vásquez, Luisa de Windt y Teresa Canó.

Uno de los valores indiscutibles que poseen estos documentos, es ser el reflejo del tránsito de una jovencita dominicana, clase media y alumna de las primeras normalistas, por el camino escolar dominicano. En ellos se encuentran la huella de maestros, directivos y funcionarios de educación. 0, logrando que pervivieran más de cien años.