Las tecnologías de la información y la comunicación vista desde el punto de vista del origen de la era digital, que surge por la convergencia de la electrónica el software y la infraestructura de las comunicaciones, desde finales del siglo XX, ha venido a revolucionar la forma en que los seres humanos se comunican en el planeta tierra, en las distintas actividades que realizan de la producción, salud, educación, transporte, comunicación y recreación.

Por necesidad de los cambios operados en la forma de hacer las cosas, se han operado formas diferentes de realizar actividades y por eso a nivel del sistema financiero ya una parte importante de las actividades (transferencias bancarias, depósitos, pagos de servicios) son virtuales; a nivel de la salud donde los  estudios y resultados de los diagnósticos médicos puede asesarlos a vía internet, las compras de bienes y servicios también se realizan por internet; la comunicación con la introducción de los celulares inteligentes mediante los cuales se pueden realizar distintas actividades desde llamar, tirar fotos, pagar facturas, enviar mensajes, almacenar y reproducir música, entre otras actividades cotidianas.

Pero el hecho de la existencia de un segmento de la población que nace e inicia su desarrollo antes de la revolución digital y que no fue preparada para todo ese proceso de transformación de las tecnologías, hace que la gente, digamos de 50 años o más, con una formación análoga en donde las computadoras eran muy escasas en la educación, actividades laborales y en los hogares, se sienta ajena a esa transformación y por lo tanto se resiste al uso de las nuevas tecnologías aunque se vea obligada a usarlas, como ha sido en el periodo de la pandemia del COVI-19.

Para las personas que nacieron entre finales del siglo XX y principios del siglo XXI, digamos quienes tienen edades por debajo de los 40 años, el uso de la tecnología digital le resulta muy familiar, con la aclaración de que el acceso a esas tecnologías, si hablamos de  un país como la Republica Dominicana se produce de forma desigual, que aunque las estadísticas establecen que el acceso a la red móvil o de celulares de 95.35%, solo superada por Brasil y Costa Rica, pero aun así existen limitaciones para fines de acceder a la red de internet tanto desde el punto de conectividad como de la capacidad para pagar el servicio de la comunicación ya sea a través de cuentas fijas postpago o través de los paqueticos o prepago, esto mantiene a un nivel significativo de la brecha digital.

Estos factores anteriormente señalados influyen de manera importante para que una parte significativa de la población, no obstante el alto nivel de conectividad, mantiene nivel limitado del uso del internet lo que aumentado los niveles de brecha digital existente, fenómeno que se ha solido denominar la nueva desigualdad social del siglo XXI y que produce desventajas en términos de información y formación para  un importante segmento de la población.

Una evidencia de esta brecha digital se produce a raíz de que, producto de la pandemia, las instituciones de principalmente de educación pública, tanto del nivel básico y medio, como del nivel universitario, tuvieron que acudir a la educación virtual para poder salvar los años escolares correspondientes a los años 2020 y 2021; que además de que se produjo una deserción escolar de hasta más del 50% en el nivel de la educación superior, también implicó una reducción en la calidad y la pertinencia del aprendizaje ofrecido y asimilado por el estudiantado.

Esta experiencia de la virtualidad vivida, en tiempos de pandemia, por los países menos desarrollados y particularmente la Republica Dominicana, debe servir como lección aprendida, para fines de implementar políticas púbicas que tiendan a mejorar las estrategias y recursos en post de mejorar a enseñanza a nivel virtual, que a futuro marca una tendencia obligatoria en su aplicación.