La vida es sueño, nos decía Calderón de la Barca. Soñar no cuesta nada. Al acercarse las elecciones los personeros del régimen pasado que fueron desalojados del poder comienzan a soñar tomando sus aspiraciones como realidades. Sin embargo, olvidan, que como nos ilustraba Juan Bosch,  la política es una ciencia, se nutre de realidades y, salvo imponderables, se rige por férreas reglas impuestas por las condiciones existentes de la coyuntura donde los sentimientos no juegan ningún rol.

En efecto. La pregunta clave que debe hacer el elector es si la oposición al gobierno actual (entiéndase PLD y FP) tiene soluciones concretas a los tres principales problemas del país, a saber:

1.- la inflación, 2) la inseguridad ciudadana y 3) el  problema haitiano.

Un examen minucioso de esos tres problemas evidencian que si “se cae una viga” y   los opositores ganaran las elecciones tendrían que continuar aplicando las mismas políticas públicas que el presidente Abinader ha puesto en ejecución.

Entonces, ¿ Para que dejar camino real por vereda? ¿ Por  que los dominicanos tenemos que retroceder  al pasado de corrupción e impunidad que reino en el país durante 18 años?

Veamos en detalle:

Cuando el PRM tomó  el poder en el 2020, el país estaba azotado por una crisis sanitaria sin precedentes que había inundado todo el planeta. El confinamiento de amplios sectores de la población paralizó  la producción de amplios sectores de la economía, los ingresos por concepto del turismo, las zonas francas, las remesas y  las exportaciones cayeron en picada. El país  entró  en recesión ,  se aumentó   la deuda externa y el déficit fiscal se disparó. Y para evitar que el pueblo fuera castigado por una crisis económica sin precedentes, que se le imponía desde el exterior, se tuvo que acudir a la erogación de subsidios extraordinarios a través de diversos programas. Pero, cuando la Pandemia fue  yugulada por la acción de las nuevas autoridades y el país estaba a punto de recobrar los índices económicos prepandemia, estalló  la guerra de Ucrania disparando  los circuitos de distribución nivel mundial , los precios de los commodites aumentaron enormemente obligando al gobierno  a subsidiar los combustibles y los productos del agro en el orden de 30,000 millones  para amortiguar la inflación que amenazaba con hundir en el caos nuevamente a la todavía resentida economía doméstica.

Al día de hoy la inflación se mantiene alta pero el pueblo no ha padecido carestía, la producción agraria no colapsó  y en los colmados y supermercados de todo el país usted puede encontrar todos los bienes de consumo diario que necesite.

El gobierno ha manejado, pues, con maestría la crisis económica consecuencia de esos dos fenómenos que ocurrieron  fuera de nuestro control.

¿ Tiene, pues,  la oposición una solución diferente al manejo que ha dado el gobierno a  la crisis inflacionaria?

Acompañando a la inflación, el pueblo sigue siendo golpeado por la inseguridad ciudadana. La delincuencia está presente en la vida cotidiana de la gente y es el producto directo de la miseria y el desempleo. Esta delincuencia es de dos niveles. Un primer nivel es la delincuencia mayor vinculada al narcotráfico y  a los carteles de las droga. El gobierno dominicano en combinación con la DEA  y demás  servicios de inteligencia internacionales para controlar el primer tipo de delito ha operado con éxito. Los casos de Toño Leña, Cesar “el Abusador”, la operación Falcon y otros casos , son ejemplos.

Sin embargo, por otro lado, tenemos  la delincuencia menor, el raterismo en las arterias de las grandes ciudades. Esta ultima es la que mantiene aterrorizada a la población y se ha venido aposentando en los barrios  desde la década pasada. Solo recordemos la famosa frase del ex presidente Fernández “Pagar para no matar” programa perverso para supuestamente controlar la delincuencia en esos años.

Intento fallido. En el gobierno de Danilo dicha situación empeoró . El carnaval de delitos menores se agudizó. Nada mas tenemos que revisar la prensa de los últimos 8 años. O sea, que Abinader encontró la enfermedad hecha metástasis. Con barrios en los sectores marginados donde los jóvenes ni estudian ni trabajan y la delincuencia se les presenta como una salida a sus condiciones materiales de existencia.

Con relación a este flagelo, hay de todo:  arreglo de cuentas entre pandilleros por controlar puntos de droga, raterismo vulgar en los colmados e intersecciones de la vías públicas, y naturalmente, a esta delincuencia  los medios de comunicación y las redes sociales ofrecen una cobertura desproporcionada espantando  a la opinión pública.

Con relación a este nivel de delincuencia , la represión pura y simple no resolverá el problema. Es por esto que el gobierno designó una comisión de alto nivel para el diseño de un plan a corto, mediano y largo plazo para la reforma policial teniendo en cuenta la débil capacidad de respuesta de la institución  del orden para enfrentar la delincuencia, además para yugular la corrupción endémica de sectores policiales en  colusión con los delincuentes en los barrios. Este plan se ha comenzado a ejecutar e implica la puesta en retiro de 416 policías de diferente rango,(Decreto 718-22),   formación intensiva del personal policial, la duplicación del sueldo mínimo de los agentes, un seguro médico de primer nivel acompañado de una exhaustiva depuración del personal, cumplimiento estricto de la ley relativo al periodo no menor de 6 meses de entrenamiento y capacitación, dotación del  instrumental técnico (vehículos, cámaras de seguridad interconectadas con un servicio central) y en los últimos días, patrullaje policial intensivo por cuadrantes en relación directa con las comunidades como plan piloto en el polígono central del Distrito Nacional.

Lo otro es integrar a los jóvenes de los barrios al trabajo para evitar que caigan en la delincuencia. Comenzando por el lar familiar. Los datos desgarradores recogidos muestran que cada año 28,00 niñas de 14 a 18 años que viven en barrios humildes salen preñadas y sus hijos crecen en la promiscuidad . Esos infantes constituyen la materia prima de la delincuencia al no tener estímulos para salir de ese atolladero. Es de ahí que hay que partir para aplicar políticas públicas de protección que le den salida a esos niños evitando que se transformen en el futuro en agentes del virus de la delincuencia.  Solo atacando de raíz la causa del mal se podrá , a largo plazo, evitar ver el triste espectáculo de chamaquitos portando uzis y revólveres imponiendo la ley de la selva en nuestros barrios populares.

O sea, repetimos, la simple represión policial como respuesta no es la solución. La reforma policial va unida a políticas publicas concretas para sacar de la miseria a los jóvenes descarriados.

La pregunta es: ¿la oposición tiene una solución distinta  a las medidas que el gobierno esta tomando?

Si la tiene que la exponga públicamente. La vocinglería de la oposición de que “el gobierno no sabe gobernar” es un cliché que tiene el objetivo de ganar adeptos en los sectores vulnerables de la población. El mal existe desde hace tiempo y persiste. Y se necesita un tiempo y un monitoreo y evaluación permanente para que empiece a dar sus frutos.

Finalmente, tenemos el problema haitiano.

El gobierno encontró un problema que viene de lejos ( Ver nuestro artículo en acento.com.do : “la Somalización de Haití es irreversible”?

El presidente ha manejado con seriedad la crisis haitiana y sus repercusiones en la sociedad dominicana: ha planteado el problema ante los organismos internacionales,  ante la sugerencia de funcionarios de los EU sobre la migración ilegal ha reafirmado   que la Republica Dominicana no aceptara campo de refugiados en nuestro territorio, que seguirán las deportaciones de los indocumentados y la construcción del muro fronterizo , se respetaran los derechos humanos de los repatriados, entre otras medidas que también darán sus frutos a corto y mediano plazo en la medida que el pueblo haitiano pueda resolver sus propios problemas. Claro esta, el gobierno debe implementar un plan a mediano plazo para incorporar la mano de obra dominicana en los sectores agrarios y de la construcción a través del cumplimiento de la ley 80/20. La tesis de que el ”dominicano no quiere trabajar” en el campo y en la construcción es falsa: hay estudios sociológicos concretos que demuestran que el dominicano se insertaría en el mercado laboral en estos sectores si  se le brindan condiciones salariales decentes.

Naturalmente, hay otros problemas, como el caótico sistema de transporte, los cortes de la energía eléctrica, las deficiencias de la ley de la seguridad social, que necesita ser actualizada después de 21 años de vigencia, la estructura del sistema de salud y de las pensiones, las demandas del Colegio Medico, entre otros problemas de menor peso.

Mientras tanto, los “picazos” del año 2021 se están convirtiendo en realizaciones concretas: un gigantesco plan de obras publicas esta a la vista de todos, la autopista Duarte, las brigadas del mantenimiento vial, 80 frentes de trabajo en 26 provincias, carreteras pavimentadas,  40 puentes reparados, nuevas circunvalaciones y avenidas. Se tiene la proyección de que 500  obras de 614, serán entregadas a las comunidades en el 2023. La semana pasada el Presidente inauguró  la pavimentación del  municipio no. 86 , el asfaltado completo del municipio de Montecrisiti y la carretera de Santiago Rodríguez con Montecristi (que tenia 52 años prometida)

Paralelamente , el turismo se ha vuelto a recuperar y por otra parte, el gobierno ha logrado índices positivos en el manejo de la crisis eléctrica. Asimismo, en lo que va de año las zonas francas rompieron récords de exportación con proyección de superar los 8000 millones de dólares, las remesas de los dominicanos ausentes

van a superar los 10,000 millones de dólares y las reservas del Banco Central rondan para el 2022 en uno 13,000 millones que representan alrededor de un 14% del PIB y cobertura para mas de 7 meses de importaciones. Si a esto se agrega el inicio del mega proyecto energético de Manzanillo con una inversión de US$,1750 millones dotada de dos plantas de generación de energía de 420 mw para un total de 840  mw y una terminal de gas natural,da una idea de la amplitud de las realizaciones en curso en esta administración.

La reelección, pues, al día de hoy, tiene el camino despejado. Las encuestas que manejamos dejan a Luis Abinader muy bien colocado como aspirante a una reelección muy lejos de los otros dos candidatos, aun si eventualmente se unieran en el hipotético caso de una segunda vuelta.

Naturalmente, falta un año y medio para la celebración de las elecciones nacionales y un año y dos meses para las municipales. Los estrategas del PRM y del gobierno no deben cantar victoria de antemano sino trabajar duro, mejorar su sistema de comunicación, fortalecer el aparato organizativo interno, estimular las alianzas que sean necesarias haciendo las concesiones al sector progresista del país en la lucha contra el retroceso como condición para que los personeros resentidos del régimen pasado se queden soñando, puesto que al final, soñar no cuesta nada.