Siendo un niño, recuerdo un capítulo de Cosmos, la famosa serie de divulgación científica escrita y presentada por Carl Sagan, en la que el célebre científico comparaba los distintos destinos de Giordano Bruno, Galileo Galilei y Christriaan Huygens. En Italia, el primero fue condenado por sostener la idea de la existencia de una infinidad de mundos, mientras que Galileo sufrió arresto domiciliario por defender el movimiento de la tierra. Sin embargo, Huygens, defensor de ambas tesis, fue homenajeado en Holanda.

Sagan subrayaba un hecho fundamental en la historia de la ciencia: las ideas científicas requieren de un contexto social e histórico que permita su fertilización.

La situación descrita no solo ocurre en la ciencia. También las opiniones políticas pueden encontrarse con un ambiente hostil que impidan su asimilación y desarrollo. Para explicar este fenómeno, el politólogo Joseph Overton, vicepresidente del Centro Mackinac de Política Pública, elaboró una teoría que luego fue denominada como “ventana de Overton”, concepto popularizado por el analista Joseph Lehman.

Overton plantea que existe un limitado rango de políticas de gestión pública que son aceptables en un determinado momento. Desde esta perspectiva, la elección de cuales políticas públicas son razonables elegir e implementar no dependerán tanto de las preferencias de los líderes políticos como de la sociedad civil.

Según Lehman, los lideres políticos se adecuan a la tendencia espiritual del momento. Sin embargo, otra corriente del Centro Mackinac de Política Pública sostiene que los gobernantes y legisladores no son meros agentes pasivos y que pueden incidir activamente en la modificación de la ventana de Overton.

El modelo teórico de la ventana de Overton describe el proceso de modificación del rango de ventana de una idea a través de las siguientes etapas:

  • De un estadio impensable a uno radical: En esta etapa, una determinada idea es inconcebible desde el punto de vista de los imaginarios colectivos.
  • De una fase radical a un momento de aceptación: Es un momento donde la idea deja de verse como aborrecible y comienza a abrirse espacio en el debate público.
  • De la aceptación a la sensatez: La idea va ganando arraigo en el debate público hasta concebirse como lógica, aunque todavía cuenta con una fuerte resistencia,
  • Del momento de sensatez al de la popularidad: La idea se convierte en parte de los paradigmas predominantes de la sociedad y quienes se resisten comienzan a verse como una minoría retrógrada.
  • De la fase popular a la política: Una vez que la idea tiene una gran aceptabilidad, los lideres políticos se encuentran en una situación donde legislan para el diseño de políticas públicas sin temer un costo electoral.

Como en el ejemplo científico de Sagan, el modelo de la ventana de Overton exige para las ideas políticas la existencia de un terreno fértil que debe ser abonado poco a poco para obtener los frutos. Al mismo tiempo, nos plantea un serio desafío, pues la aceptabilidad de las ideas no depende necesariamente de su validez, sino de las estrategias que podamos diseñar para intentar ampliar el rango de su aceptación. La posibilidad de que una idea política dañina para el desarrollo mismo de una sociedad democrática pueda llegar a ser popular en la era de las redes sociales es un peligro latente.