Recientemente, la Comisión Internacional Asesora de Ciencia y Tecnología (CIACT) se ha unido a la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), al Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF) y a diversas universidades de reconocido prestigio en Norteamérica, con el propósito de presentar al Gobierno de la República una iniciativa de investigación detallada sobre las Experiencias Adversas en la Infancia (ACE, por sus siglas en inglés).

Hasta la fecha, en la República Dominicana no se ha realizado un estudio que revele la prevalencia de ACEs. Por ello, proponemos llevar a cabo esta investigación exhaustiva, con el objetivo de obtener información crucial y actualizada acerca de esta problemática.

La propuesta de proyecto ha sido evaluada de manera sumamente favorable tanto por el Ministerio de Salud como por la Oficina Presidencial de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (OPTIC), debido a su relevancia y trascendencia en la elaboración de políticas públicas esenciales en estos ámbitos.

La niñez es una de las etapas más importantes en la formación de una persona, pero ¿qué pasa cuando esta se ve afectada por situaciones traumáticas? Un descubrimiento se ha convertido en un arma poderosa para entender el impacto a largo plazo de las experiencias negativas en la infancia en la salud, el bienestar social y en el desarrollo cognitivo.

¿Qué es ACE?

Adverse Childhood Experience (ACE) es un término que se refiere a cualquier evento negativo que haya sucedido durante la infancia o adolescencia. Los ACEs incluyen abuso físico, sexual o emocional, negligencia, hogares disfuncionales, padres alcohólicos, drogadictos o con algún trastorno mental, experiencias en el sistema de justicia juvenil, entre otras.

Este concepto fue creado por los doctores Vincent Felitti y Robert Anda en los años 90, cuando llevaban a cabo un estudio sobre la obesidad en pacientes de Kaiser Permanente, un sistema de salud en California, Estados Unidos. Los resultados del estudio mostraron una asociación entre experiencias traumáticas en la niñez y la obesidad y otros problemas de salud, desde enfermedades crónicas como el cáncer y enfermedades cardíacas hasta problemas de salud mental como la depresión y el abuso de sustancias.

El estudio de Felitti y Anda llevó a un cuestionario de 10 preguntas que mide el número de ACEs que haya experimentado una persona. Desde entonces, el cuestionario de ACE se ha utilizado ampliamente en los países desarrollado de todo el mundo en una variedad de contextos, desde investigaciones hasta clínicas de salud.

El impacto del ACE en los Estados Unidos

La medición de ACE ha tenido un impacto significativo en la salud pública en los Estados Unidos. Un estudio realizado en 2015 por la Kaiser Family Foundation y el Centro de Investigación de Políticas de Salud encontró que más de la mitad (53%) de los adultos estadounidenses informaron haber experimentado al menos un ACE, y más de una cuarta parte (28%) informó haber experimentado al menos dos ACE. Los resultados mostraron que cuanto más ACEs experimenta una persona, mayor es el riesgo de problemas de salud física y mental a largo plazo.

La información sobre ACE recopilada llevó al desarrollo de intervenciones preventivas para ayudar a los niños y familias a romper el ciclo de la violencia y la pobreza en todo Estados Unidos. Varios estados han implementado programas ACE-informados para abordar la raíz de muchos de estos problemas. En California, por ejemplo, el Departamento de Salud Pública utiliza el enfoque ACE-informado para prevenir la violencia, el trauma y la pobreza al trabajar con escuelas, organizaciones comunitarias y programas de justicia juvenil.

En un nivel individual, el conocimiento de ACEs puede motivar a las personas a buscar el tratamiento adecuado para los problemas de salud que puedan surgir como resultado de las experiencias traumáticas de la niñez. En lugar de simplemente tratar los síntomas, los proveedores de atención médica pueden abordar las causas profundas del trauma para ayudar a sus pacientes a sanar.

Importancia de la medición de ACEs en la República Dominicana

La República Dominicana es uno de los países de América Latina con altos índices de pobreza, violencia y desigualdades sociales, lo que desgraciadamente afecta a los niños y jóvenes. Una investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestra que el 17.9% de los niños en el país que tienen menos de cinco años sufrieron múltiples eventos traumáticos. El registro y medición de los ACEs en la República Dominicana contribuiría a la identificación de problemas específicos en la infancia y la creación de programas para prevenir y tratar los efectos a largo plazo del trauma.

Los ACEs surgen como resultado de los mecanismos de defensa desadaptativos, como estrategias biológicas de autodefensa que ayudan temporalmente a un individuo a lidiar con el estrés, pero a la larga, no son útiles ni efectivos.

Biológicamente, cuando un niño enfrenta un evento estresante, su cerebro responde liberando hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas ayudan al cuerpo a lidiar con el estrés al activar la respuesta de "luchar, huir o frisarse". Idealmente, en un mecanismo de defensa bien adaptado, la situación se resuelve y los niveles de estrés vuelven a la normalidad. Sin embargo, cuando un niño experimenta eventos de estresantes continuos o severos, su sistema de respuesta al estrés puede permanecer constantemente activado y con el tiempo, esto puede alterar el desarrollo y el funcionamiento del cerebro, el sistema inmunológico y los sistemas hormonales. Este estrés prolongado puede conducir a mecanismos de defensa desadaptativos o mal adaptados como formas poco saludables de lidiar con el estrés continuo.

En el contexto de los Eventos Adversos en la Infancia (ACEs, por sus siglas en inglés), el concepto de "estrés" trasciende las situaciones cotidianas como un mal resultado en un examen o un altercado trivial entre hermanos. En su lugar, alude a experiencias prolongadas y traumáticas, como la convivencia con un progenitor alcohólico que retorna a casa en estado de ebriedad de manera habitual y sostiene confrontaciones reiteradas con su pareja, o una madre que recurre sistemáticamente a la violencia física como método de corrección y educación de su hijo.

Prevalencia de ACEs en la República Dominicana

La medición de los ACEs en la República Dominicana sería un paso importante para entender el impacto del trauma infantil en la población y desarrollar políticas públicas que aborden esta problemática de manera científicamente efectiva. En esto se une precisamente la misión de la CIACT (ciencia y tecnología) en el aspecto de medición científica y aplicación tecnológica.

En primer lugar, la medición de los ACEs permitiría obtener datos precisos sobre la prevalencia y la gravedad del trauma infantil en el país. Esto permitiría a los responsables de formular políticas públicas centrar sus esfuerzos y recursos en las áreas que necesiten una mayor atención y consideración.

Además, al medir los ACEs se pueden identificar las diferentes formas de trauma infantil experimentadas por los niños, incluyendo el abuso emocional, físico y sexual, el abandono, la negligencia y la violencia en el hogar. Con esta información se pueden desarrollar políticas públicas que aborden cada uno de estos problemas de manera específica.

También es importante destacar que la medición de los ACEs puede ayudar a prevenir la perpetuación del trauma infantil en las futuras generaciones, ya que puede servir como una herramienta para educar a los padres y cuidadores sobre los efectos del trauma infantil en la salud y el bienestar de los niños.

Por último, pero no menos importante, la medición de los ACEs en República Dominicana puede llevar a la implementación de programas para la intervención temprana y el tratamiento del trauma infantil. Con una atención temprana y efectiva, se puede minimizar el impacto del trauma en la vida del niño y permitir una mayor resiliencia y recuperación.

Si bien las cifras y estadísticas específicas pueden variar según el estudio y la ubicación, han surgido algunos hallazgos clave que demuestran el valor de invertir en la prevención y el manejo de las ACE:

  1. Ahorro de costos al prevenir el maltrato infantil: un estudio de 2012 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. encontró que el costo de por vida por caso de maltrato infantil no fatal es de aproximadamente $210,012. Esto incluye los costos de atención médica, pérdidas de productividad, bienestar infantil, violencia y delincuencia, y educación especial. La prevención de un solo caso de maltrato infantil puede resultar en ahorros significativos.
  1. Gastos de salud de por vida: un estudio publicado en el American Journal of Preventive Medicine (2019) mostró que los adultos que experimentaron seis o más ACE tuvieron un aumento del 39 % en los gastos de atención médica durante su edad adulta en comparación con aquellos sin ACE.
  1. Carga económica: un estudio de 2017 publicado en Child Abuse and Neglect encontró que la carga económica total atribuible a las ACE en los Estados Unidos había alcanzado los $748 mil millones en 2015. Esta carga se comparte entre los sistemas de salud, cuidado de crianza temporal y judicial, entre otros sectores.
  1. Ahorros en salud mental: según un informe de 2013 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada dólar invertido en la prevención de las ACE y los trastornos mentales asociados a ellas puede generar un retorno de $4 en términos de ahorro económico y de atención médica.
  1. Impacto de la intervención temprana: Se ha demostrado que Triple P – Programa de crianza positiva reduce las tasas de abuso y negligencia infantil, lo que lleva a un retorno de la inversión estimado de 9:1, según un estudio australiano de 2009.

Los ACEs son experiencias traumáticas que afectan a niños y adolescentes, y su impacto puede ser duradero. La medición de los ACEs ha llevado a un mayor reconocimiento y conciencia de estos problemas en los Estados Unidos y ha dado lugar a intervenciones para prevenir el daño y promover la salud. En países como la República Dominicana, es crucial que la Presidencia apoye e impulse la adopción de un enfoque ACE-informado para abordar los problemas complejos de salud pública y las desigualdades sociales. La recolección de datos sobre los ACEs ayudaría a identificar y abordar mejor las necesidades de la niñez en todo el país.

Fuentes:

– Anda, R., Felitti, V., Bremner, J., Walker, J., Whitfield, C., Perry, B., … & Giles, W. (2006). The enduring effects of abuse and related adverse experiences in childhood: A convergence of evidence from neurobiology and epidemiology. European Archives of Psychiatry and Clinical Neuroscience, 256(3), 174-186.

– Felitti V. J., Anda R. F., Nordenberg D., Williamson D. F., Spitz A. M., Edwards V., et al. (1998). Relationship of childhood abuse and household dysfunction to many of the leading causes of death in adults. The Adverse Childhood Experiences (ACE) Study. American Journal of Preventive Medicine, 14, 245–258.

– Kaiser Family Foundation & Health Research & Educational Trust. The Burden of Medical Debt: Results from Kaiser Family Foundation/New York Times Medical Bills Survey, January-February 2016. Kaiser Family Foundation. 2016.

– Centers for Disease Control and Prevention. Adverse Childhood Experiences (ACEs) data and statistics. Accessed 19 February 2019. //www.cdc.gov/violenceprevention/aces/dataandstats.html.

– Banco Interamericano de Desarrollo (BID)- “Impacto de la violencia y el trauma en la primera infancia en la República Dominicana”

 

(*) José M. Santana. Director Ejecutivo CIACT. Investigador Asociado de MIT