La Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) ha iniciado recientemente dos proyectos puntuales de servicios y, a la vez, de autogestión. Nos referimos a los proyectos de la Planta Purificadora y Procesadora de Agua y la Panadería-Escuela.
El primer proyecto inaugurado, el de la Panadería-Escuela, entró hace unos meses en funcionamiento. El otro inició su proceso de instalación, simbólicamente, en un bello acto oficial la pasada semana, encabezado por el rector Editrudis Beltrán y el ministro de Industria, Comercio y Mipymes, Víctor – Ito – Bisonó.
Esta alianza estratégica establecida entre estas dos importantes instituciones estatales, en estos tiempos de proyectos compartidos interinstitucionales, augura la certidumbre de exitoso porvenir.
Estos proyectos, tanto uno como el otro, tienen una natural vocación de convertirse en grandes empresas de autogestión y así sumarse a otras áreas con capacidad para funcionar como espacios de autofinanciamiento o autogestionarios.
Según lo expresado por el propio rector en dicho acto, maestro Editrudis Beltrán, el proyecto de la planta purificadora y procesadora de agua, tenía más de cuatro décadas, sin que se ejecutara. Aunque él siempre lo mantuvo vivo y presente durante varias campañas electorales.
El autor de estas líneas, hace más de quince años, le expresó sus felicitaciones al hoy rector de la academia estatal cuando él, en un boletín, presentó dicha propuesta como uno de los ejes de su programa de campaña; en ese momento, quien escribe el presente trabajo también era candidato a la Rectoría para esa época.
Como sabemos muy bien todos los dominicanos, la UASD es una marca país. Ella es una de las instituciones de mayor credibilidad y aprobación según reflejan todos los estudios y encuestas.
El negocio de las procesadoras, purificadoras y distribuidoras de agua se han convertido en empresas muy rentables.
Por esto, siendo la academia estatal una marca país, las empresas que lleven su sello habrán de augurar grandes éxitos. Y más aún si se trata de la comercialización del agua en estos tiempos, pues las futuras guerras serán causadas por las batallas que se librarán para controlar este preciado líquido.