Ciudad Modelo, en la Jacobo Majluta, fue un ambicioso proyecto privado estimulado por el Gobierno durante una de las gestiones de Leonel Fernández. Se le llamó Ciudad Modelo porque se promovió un modelo de convivencia que incluiría 12,000 viviendas, con escuelas, áreas deportivas, universidades y centros comerciales.
La estrategia consistió en construir la infraestructura física de una ciudad con todos los servicios urbanos listos, para motivar tanto a inversionistas inmobiliarios como para suplir parte de la demanda habitacional.
Aunque la primera etapa de Ciudad Modelo en sus inicios no cumplió con lo esperado, una vez que constructoras privadas como la Bisonó se interesaron en la zona comenzó a surgir una importante industria de la construcción y bienes raíces al punto de que la zona de la Jacobo Majluta se ha convertido en el área geográfica de mayor expansión en los últimos diez años.
En mi caso particular vivo en Ciudad Modelo, primera etapa, y debo confesar que hasta hace poco me sentía bien con el servicio de la energía eléctrica que ofrece Edeeste porque la luz se iba por escasos cinco o diez minutos y si iba a salir de circulación por alguna avería se avisaba con días de antelación, pero últimamente no ha sido así.
Los odiosos apagones han vuelto en toda la zona, interrupciones de hasta diez horas, en las noches es casi imposible dormir debido al calor y como la luz había mejorado la mayoría de los habitantes habíamos descartado los inversores, incluso el mío hasta lo había regalado.
Ante el pésimo servicio, los comunitarios decidieron comenzar una manifestación de protesta, cosa que nunca había visto en la zona, y la respuesta que nos dio Edeeste no pudo ser más ridícula e imprecisa.
Según la compañía el problema obedece al crecimiento que ha tenido la zona lo que ha afectado un transformador que suple la energía. Digo que su respuesta es ridícula porque lo que nos están diciendo evidencia un claro problema de planificación tanto del ayuntamiento como de la empresa.
Y entiendo que el gran problema de Santo Domingo Norte es que, hasta el momento, ha crecido como un plato roto; o sea, como un plato que tú dejas caer y se rompe en mil pedazos. Crece sin una planificación. Todos los días en el municipio surge un sector nuevo, todos los días.
Ahora bien, cuando una empresa es responsable tiene un equipo de planificación que se encarga de ir proyectando el nivel de crecimiento de la zona porque a su vez significa un aumento de los clientes y es importante ofrecer un servicio de calidad.
Quienes vivimos en esa área somos personas en su mayoría de clase media que paga religiosamente su servicio de electricidad y que le resulta imposible robarse la energía eléctrica porque los contadores están en paneles señalizados y cerrados.
Si una persona se atrasa en el pago la empresa suele suspenderle el servicio. Para tomar esa decisión no le importa la excusa que tenga el cliente, para ellos no hay peros que valgan, pero el usuario sí debe estar de acuerdo con sus excusas cuando sabemos que son el resultado de una falta de planificación y de irresponsabilidad de la empresa.
Así como ustedes no creen en nuestras excusas al momento de suspendernos el servicio, nosotros tampoco estamos obligados a creerles y aceptarles sus razones al momento de exigir calidad en un servicio que por cierto pagamos muy caro.
El presidente de la República debe tomar carta en el asunto porque sabe que está en reelección. Si un funcionario no cumple quítelo, pero evite la indignación de la ciudadanía.