La historia de nuestra isla, desde que tenemos conocimiento, es la historia de una revolución inconclusa. La llegada del conquistador abortó un proceso en curso entre los tainos para la integración insular. Luego el indígena fue esclavizado hasta su exterminio, y el negro convertido en mercancía, mientras fracasaban todos los intentos de liberación: Cotubanamá y la venerada Higuanama fueron atrapados y quemados vivos por el invasor español; Enriquillo escapó a las montañas de Bahoruco por 13 años, pero al final tuvo que negociar; el negro Lemba se alzó con un grupo de esclavos, pero al final fue derrotado. Luego siguen cinco intentos para construir una república verdaderamente democrática.

Nuestro primer ensayo republicano es la llamada “independencia efímera” de Núñez de Cáceres, con el “Haití Español”, desde el 1 de diciembre de 1821, con una Declaración de Independencia, un Acta Constitutiva, y una Junta provisional de gobierno, hasta el 9 de febrero del 1822 con la Invasión Haitiana.

La Guerra de Independencia (1844) es realmente nuestra Segunda República, y consolida los símbolos de nuestra nacionalidad, la designación de República Dominicana, y los lemas de Dios, patria y libertad. Lo lamentable es la exclusión de Duarte y sus ideas liberales; la entronización de Santana con los grandes propietarios, y la anexión a España (18/03/1861).

El reto de Luis Abinader es combatir el tigueraje y establecer el imperio de la ley

La Tercera República viene con la Guerra de Restauración, otra vez para liberarnos de España  (16/08/1863). Entre las notas positivas se encuentra un brevísimo gobierno de Gregorio Luperón, y la elección del padre Meriño, uno de los períodos más luminosos que ha vivido este país. Luego Ulises Heureaux traiciona la ideología liberal del partido azul, y establece la dictadura, seguida por una sucesión de gobiernos inestables, hasta la Intervención Americana del 24 de noviembre del 1916.

La Cuarta República es el gobierno provisional de Juan Bautista Vicini B., seguido por Horacio Vásquez (1924-1928), a quien sigue la dictadura de Trujillo (1930- 1961). Luego Balaguer, como presidente títere, abandona el país y deja en su lugar el Consejo de Estado, el cual fija elecciones libres, en las que Juan Bosch es electo presidente (1962), y por siete meses establece uno de los períodos más luminosos de nuestra historia, pero suspendidos por el funesto golpe de Estado (25/09/1963). Luego sigue el Triunvirato, la Guerra de Abril, y por segunda vez en el siglo, los “marines” yanquis invaden nuestro país (28/04/1965).

La Quinta República nace con Héctor García Godoy (1965-66), ¡la época más estable de nuestra historia republicana!, con quince elecciones presidenciales sucesivas. El reto de Luis Abinader es combatir el tigueraje y establecer el imperio de la ley; desmantelar la macrocefalia del Estado, con sus duplicidades y contradicciones; reivindicar la explotación de nuestras minas, y establecer un verdadero Estado democrático, sin clientelismo político, y con salud y educación de calidad.

Esta es la historia de una “revolución inconclusa”, pendiente de completar para beneficio de las grandes mayorías.