La mayoría de los dominicanos con cierto nivel educativo y cultural, y con algún grado del dominio de la historia de su país, conoce el vínculo innegable e indisoluble que existe entre la Revolución de Abril del 65 y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Durante los casi ocho años en que ocupé la Vicerrectoría de Extensión de la academia estatal, por mis funciones, me tocó organizar muchas actividades relativas a la conmemoración del 24 de Abril del año 1965. Ese acontecimiento histórico es el más importante del Siglo XX, desde el punto de vista cívico, político y militar, según nuestros mejores historiadores.

El vacío político creado en el país como consecuencia del golpe de Estado contra el gobierno del profesor Juan Bosch, produjo la Revolución de Abril del 65, con el pueblo en armas exigiendo la reposición o retorno al poder de su primer gobierno democrático después de la dictadura. El pueblo en las calles, junto a los militares cívicos y progresistas, en menos de 72 horas derrotó a los golpistas y a su ejército. Vista la evidente victoria de los militares constitucionalistas, los Estados Unidos invadieron a nuestro país para evitar que se concretara, de manera efectiva, el retorno de Juan Bosch al poder.

Las ideas progresistas que, luego de terminar el conflicto bélico, crearon el Movimiento Renovador en la UASD, para democratizar la enseñanza en la única universidad del país. Esas ideas se produjeron en plena revolución de abril, lo que demuestra los fines y propósitos de los hombres y mujeres que entregaban sus vidas en los combates de la Zona Constitucionalista. Es innegable que la UASD de hoy, abierta a todas las clases sociales, especialmente a los desamparados de la fortuna, es uno de los pocos elementos tangibles heredados de la Revolución de Abril del 65.

El papel de la UASD ha sido esencial para el desarrollo nacional de la nación dominicana. De su seno ha salido la mayor cantidad de profesionales con que cuenta el país. La República dominicana NO podrá pensarse jamás sin esa función, tan formidable, de "niveladora social que realiza la UASD a favor de la sociedad dominicana".

Por esta razón, y consciente de mi papel de educador y de mi compromiso social, he suscrito un acuerdo programático para las próximas elecciones de la UASD, en el cual uno de los puntos fundamentales es el de retomar las ideas esenciales del Movimiento Renovador que le dio origen a la UASD y la convirtió en una institución democrática, abierta y comprometida con la transformación social, ética y patriótica de la sociedad dominicana. Ese acuerdo asumido por los proyectos Triunfo y Consenso Universitario tiene un propósito que va más allá de la coyuntura electoral, pues se hace necesario una mirada crítica sobre la Academia.