1.- Lo más normal es que el gobernante de un país cualquiera desempeñe sus funciones con gratos sentimientos; rebozado de alegría, con mucho agrado.

2.- Regocijarse desde el poder del Estado; estar de brincos y espanto; no caber en sí, y volverse loco por permanecer contento al sentirse realizado como político, es hacerse delicias, congratularse  por entero.

3.- El hecho de un militante político llegar a dirigir  su país desde la primera magistratura, es para considerarse afortunado, y si es religioso, creerse un bienaventurado,  premiado por Dios.

4.- Ser primer mandatario de la nación y siempre estar de buen carácter, supone que  la mayoría de los gobernados también permanecen conformes, complacidos con su situación de vida material y espiritual.

5.- No sería más que un gobernante ausente de humanismo aquel que le basta con estar  entusiasmado, saciado de placeres porque está al frente del Estado y como jefe de la administración pública con todas las posibilidades que la misma genera.

6.- El estado de pobreza que padece el pueblo dominicano es para que sea comprendido por un presidente propenso al amor a los demás, que desde lo más profundo de su corazón le brote la compasión.

7.- Parte el alma, saber que por lo menos más de 1.3 millones de nuestros compatriotas están sin alimentación segura. Estamos hablando de un millón trescientos mil seres humanos sin comida. Esto no es paja de coco.[i]

8.- No se puede hablar de bienestar,  sí, además de un pueblo hambriento, está por el suelo en educación, como lo revela la prueba PISA, de que el país está mal en matemáticas, ciencia y lectura.

9.- Los datos anteriores revelan que la porquería de democracia que nos lamentamos padecer lo que ha parido es un pueblo que desde su  nacimiento está  condenado a morir de enfermedades curables y arrastrando pobreza indefinida.

10.- La desigualdad de oportunidades y un régimen económico contrario al desarrollo humano, son causantes de la desgracia nacional dominicana. Lo que existe aquí es un ambiente triste, funesto y doloroso.

11.- Al pueblo dominicano, su pesarosa realidad, lo está invitando a reclamar con movilizaciones; exigir de manera permanente; quejarse a cada instante; oponerse con energía y reivindicar por todos los medios su derecho a una vida digna.

12.- El presidente Luis Abinader, que el 19 de mayo próximo pasado fue favorecido en el proceso de votaciones, su alegría debe compartirla con sus connacionales que permanecen apesadumbrados, deprimidos, afligidos, atribulados y alicaídos.

13.- El apoyo que el presidente Abinader recibió, ratificándole la gestión que continuará, le da la oportunidad de demostrar que gobernará pensando en los que son la mayoría, el pueblo, y no en la minoría nacional.

14.- Cada voto depositado el pasado 19 de mayo, por mujeres y hombres de a pie, a favor del presidente Luis Abinader, lo hicieron para que no tuviera limitación alguna en el próximo cuatrienio y gobernara haciéndolo bien, teniendo  a su disposición todos los poderes.

15.- Para concluir este escrito, se nos viene a la mente parafrasear a Máximo Gorki, diciéndole  al presidente Luis Abinader, lo siguiente: sobre usted recae, a partir del 16 de agosto del 2024, la responsabilidad de todo el mal de las dominicanas y los dominicanos, pero también le incumbe  la gloria de todo el bien en la vida de sus conciudadanos.

[i] El Nacional, 25 de mayo de 2024, página 14.