La representación y la labor diplomática están intrínsecamente relacionadas puesto que la representación política es un aspecto esencial en la diplomacia haciendo que los diplomáticos actúen como extensiones oficiales y legítimas de su gobierno en el ámbito internacional.

Todo diplomático tiene como rol principal defender y promover los intereses nacionales del país que representa, desde intereses económicos, políticos, culturales o de seguridad. Los diplomáticos actúan de acuerdo con la política exterior de su gobierno y se les instruye sobre las prioridades, objetivos y líneas políticas que deben seguir y promover mientras están en labor diplomática.

A pesar de que este vínculo de representación no es directo con los ciudadanos, esta labor tiene un fin último de brindar todas las atenciones necesarias a las comunidades de compatriotas en el territorio en el que ejercen su jurisdicción. Es decir, que los diplomáticos deben estar comprometidos con el servicio público. Su trabajo va más allá de la representación política; también se enfocan en servir a los ciudadanos de su país en el extranjero, proporcionando asistencia consular y otros servicios. Durante la pandemia de la COVID-19 fue crucial el trabajo diplomático llevado a cabo para regresar al país a cientos de personas a la República Dominicana que quedaron varadas en diferentes países de todo el mundo, de igual forma, en conflictos armados como lo ha sido la actual guerra entre Rusia y Ucrania.

En resumen, la representación es una herramienta clave en la labor diplomática, ya que permite a los Estados interactuar, negociar, influir y colaborar en el escenario internacional.

La República Dominicana inicia este año con la partida de Ciro Amaury Dargam Cruz quien pasó más de 60 años dedicado a la labor diplomática, un referente en nuestra historia. Ostentó el gran cargo de embajador 18 veces, una cifra récord y se sabe que nunca recibió un llamado de atención de parte de nuestra Cancillería.

Su legado desde haber sido miembro del Movimiento 14 de Junio hasta haber sido actor en momentos cruciales de la historia universal contactando a personajes como al general Charles de Gaulle, a Fidel y Raúl Castro, representando nuestro país ante el generalísimo Chiang Kai- shek en China, siendo el primer embajador que tuvimos en Corea del Sur serán siempre recordados.

Sus vastos reconocimientos internacionales, que incluyen La Cruz de la Orden de Malta,entre muchos otros, son prueba de la presencia dominicana representada exquisitamente por su persona. Sus grandes hazañas reposan en una obra que publicó hace ya 12 años denominada ¨Huellas en el camino de la diplomacia¨. A mí me quedará en la memoria su elegante trato, las historias y opiniones que me lanzaba luego de excusarse por recibirme en medio de un juego de pelota y la calidez que siempre sentí en su presencia. Nos queda hacerle reconocimiento a él y los diplomáticos que han dejado de acompañarnos este año tras una valiosa labor para la República Dominicana.