En la semana que recién culmina, los medios de comunicación y las redes sociales parecían no dar abasto con los hechos amontonados en las bandejas físicas y virtuales. La selección natural era insuficiente, Pero la peculiar renuncia de Francisco Matos rompió los esquemas.
Renuncio. El término gramatical más escuchado en las reuniones de las altas instancias moradas desde el 2019. Pero Francisco Matos Mancebo, exdiputado y miembro del Comité Central del PLD, escribió el concepto “Renuncio” como si quisiera repetirlo hasta setenta veces siete.
Parece que la hondura de la expresión —Renuncio— en Matos Mancebo no amerita mayor explicación. Es como si el exdiputado se resistiera a confesarse no solo frente al cura sino ante sus propios compañeros de partido.
El líder político delató a los que dimitieron antes que él de la corporación morada. Todos se fueron en vicio escribiendo extensas cartas. Trataron en vano de explicar las razones del adiós. Hicieron recurrente el cliché, por ejemplo: “los principios que dieron origen al partido se perdieron”.
El alegato anterior hace creer que en los 20 años de gobierno peledeista esos dimitentes estaban en el cono de África. Ni se enteraron de lo que pasó.
Pero Matos, huyéndole a la ridiculez, logró incluir en su carta todas las confesiones de ellos y un chin más. Lo dijo en una sola palabra: "Renuncio".
— Muy distinguidos míos.
— Renuncio.
Al final de la hoja estampó su firma para cerrar la misiva dirigida a Danilo Medina, presidente del PLD, vía Charlie Mariotti, secretario general.
En la carta de corte minimalista impecable, concebida sobre la base de que “menos es más” Matos ponderó el tiempo que se pierde escribiendo palabreríos. Quiso con ello, darle trabajo a los líderes peledeístas, a los medios noticiosos y a las redes sociales. Los puso a escarbar las razones posibles de la insólita salida.
Porque el exdiputado solo responde —cuando le preguntan— las razones están ahí, en la carta de renuncia. ¿Será que se vale especular?
Pues, ya el cuchicheo anda en las calles, dicen que Charlie Mariotti, antes de entregar la carta a Danilo Medina, pidió ayuda para interpretar lo que dice Francisco Matos. “No entiendo”, dijo.
—Eso está fácil líder, él renunció del partido—, le respondieron.
—Qué irrespetuoso ese compañero. Será que se estará poniendo loco—, dijo el secretario general peledeista y se fue a entregar la misiva.
Pero esos son rumores. Son rumores son rumores…
Sobre cuál será el rumbo del ex líder morado, pasa igual que con las razones del adiós. Nadie sabe ni pio. Los que lo han tratado están al corriente de que Matos apoya la reelección de Luis Abinader. Los seguidores de siempre saben que él es un hombre fiel a Julio César Valentín.
Pero Francisco Matos, años antes de terminar su labor de congresista comenzó a labrar los surcos del mundo empresarial. Hoy sus cigarros gozan de calidad para competir de tú a tú con las marcas más reconocidas del país.
La producción de cigarros sirvió de puente para que Matos forjara una buena relación con el presidente Luis Abinader. Aprovechó el especial interés del mandatario por desarrollar el sector tabaquero. Un rubro en el que Francisco Matos es un especialista consumado.
Por lo anterior, Matos puede apoyar la reelección de Abinader. Proteger sus intereses tabaqueros. Y al mismo tiempo reforzar a su mentor Julio César Valentín en Justicia Social.