Los días de asueto también sirven para retomar lecturas importantes y ponernos al día. Esto es lo que me ha sucedido en el feriado pasado con el texto de Anthony Stevens-Acevedo y preparado por la Editorial Universitaria Bonó, en colaboración con la Fundación Juan Bosch, para el público dominicano; aunque el texto fue publicado originalmente por el Instituto de Estudios Dominicanos del City College de la Universidad de NY en inglés. El título del libro es La rebelión de esclavos de Santo Domingo de 1521 y las leyes sobre esclavos de 1522.

 

A pesar del título descriptivo, este estudio es importantísimo porque trabaja un hecho casi olvidado en las investigaciones sobre la esclavitud en la isla. Lo que sucede es que sobre la rebelión de esclavos de 1521 hay tantas dudas por la escases de fuentes que lo que se encuentra, por lo regular, en los estudios son afirmaciones muy generales sobre la importancia de este acontecimiento para la historia de la esclavitud en la isla y en América. Ahora bien, en el caso del texto del investigador dominicano, tenemos no solo una evaluación sobre la bibliografía producida en torno al hecho, sino también un excelente análisis del impacto causado por la rebelión en la legislación posterior en torno a los esclavos, precisamente la legislación de 1522.

Uno de los aciertos de este texto es que subraya la importancia de la legislación producida a partir de la rebelión de 1521 en el ingenio de Diego Colón. Sobre este acierto es que se derivan las inferencias teóricas realizadas en la monografía y que le posibilitan sugerir una serie de líneas de investigación bastante novedosas.

Sigo insistiendo en lo que he recalcado antes, a los que trabajamos con estudiantes de maestrías en ciencias sociales y que deben presentar tesis, tenemos que alentarlos a nuevas líneas de investigación y nuevos enfoques historiográficos. Este texto que comentamos, en este sentido, es de lectura obligatoria. Ofrece documentos poco analizados y abre nuevas líneas de investigación en torno al siglo XVI en La Hispaniola. Además de ser un excelente ejemplo de una discusión de fuentes historiográficas y de cómo derivar conclusiones en torno al pasado que incrementan nuestro conocimiento sobre nosotros mismos en el presente.

Por ejemplo, en las leyes de 1522 para la «ordenanza de los negros», transcrita en el libro a partir de los manuscritos del 6 de enero, se evidencia cómo la primera esclavitud en América no se redujo solo a indios ni a negros esclavizados, sino que también hubo gente «blanca» y «canarios». Como es sabido, la esclavitud en Canarias estuvo compuesta por negros, moros y moriscos. Aquí hay una línea de investigación centrada en estos esclavos y el proceso de racialización de la esclavitud en La Hispaniola en conexión con la racialización de la esclavitud en el siglo XVI en la metrópoli. El texto de Stevens-Acevedo puede brindar luces sobre este punto si se comparan las leyes transcritas y dirigidas a La Hispaniola con otros textos de la época.

De igual forma, el texto de Steven-Acevedo es un merecido reconocimiento a la labor de investigación realizada por Carlos Esteban Deive y Genaro Rodríguez Morel quienes fueron los primeros investigadores dominicanos en tomar conciencia del error interpretativo en torno a la fecha de la rebelión. En este punto, el texto que comentamos añade nuevos argumentos para una declaración definitiva del momento en que ocurrió la primera rebelión antiesclavista en estas regiones.

Siempre es un gozo intelectual encontrarse con investigaciones bien realizadas, de las cuales podemos aprender el oficio del investigador y, de igual forma, incrementar nuestro conocimiento del pasado de nuestra isla.  Para los que no somos historiadores de oficio, pero que hurgamos en el pasado de La Hispaniola intentando comprender el presente, este texto es un buen aporte para entender que el sistema de dominación colonial no fue todo lo pacífico que se nos ha dicho y que desde un primer momento hubo personas esclavizadas que conquistaron un mejor espacio de libertad.