La psicopatía no siempre suele ser aislada.

Los sentimientos superficiales que la habitan permiten coger y dejar personas de enamoradas, novias, parejas, esposas, con facilidad.

El placer, el hedonismo son las máximas de esta forma de ser. Si se quedan en una relación puede ser por vanidad, conveniencia, autobombo…Saben cognitivamente lo que es el amor pero no pueden sentirlo, sólo imitan, simulan; no tienen sentimientos, afectos.

Para una persona sana, con empatía, es inconcebible, que esas grandes demostraciones de amor, sean mentiras, y por eso posponer la decepción, el aceptar que es un juego cruel de vanidad y mentiras.

Sea por ignorancia o por ingenuidad la persona que se ata a un o una psicópata, suele ser lastimada, y se le dificultada aceptar esa traición, el abandono.

Un entorno de psicópatas

Conocí una familia que rechazaba profundamente a la pareja de un hombre que llamaré Ignacio, por clasismo. La familia se sentía superior; además la mujer, que llamaré Alexandra, – “no se dejaba”, -dijo Adina-, “ella no se dejaba humillar- “; Adina es el pseudónimo de  la madre de la víctima de feminicidio con la que quiero ilustrar este dimensión social del fenómeno de la psicopatía.

“Alexandra no se dejaba” significaba que la mujer se defendía ante los ataques verbales, los desplantes de la familia del que fue su marido, actualmente feminicida. Y a pesar de que una hermana y la madre estaban obsesionadas con que él la dejase Alexandra y hasta le tenían la sustituta, el hombre continuaba la relación. Él se fue sintiendo solo, no idóneo para ganarse el cariño de su madre y de su hermana, y sentía vacío. No era un psicópata típico, tenía rasgos de afecto-interés sexual, y aún valoraba el placer que lograba en esa relación. Pero también estimaba el reconocimiento de su madre y de hermana; tenía la autoestima baja.

“Ya yo no dormía bien cada vez que me prometía matarla y no lo lograba. Y sobre todo me afectaba que mi hermana me miraba con desprecio”. – Expresó Ignacio a la Trabajadora Social en la entrevista que fue parte de la investigación social sobre este crimen.

Finalmente la mató, fue uno de los diversos feminicidios que he estudiado acá en Santiago. Matar a la mujer a él lo hizo sentirse liberado, fue un acto de reconciliación, de recuperar el afecto de su familia y de complacer a la enamorada que su familia quería. Varias veces Ignacio se propuso matar a la hoy víctima de feminicidio, Alexandra, esas vacilaciones confundían a Alexandra y a su familia, pues éste cambiaba de actitudes y comportamientos con frecuencia, pues en él casi nada era sincero; pero no reunía el valor para hacerlo; y eso alargaba las decepciones de su madre, y de la hermana; “no se comportaba como un hombre, le dio trabajo matarla” –dijo la madre de Ignacio, doña Enedina.

Sus vacilaciones, sus cambios de actitudes, tuvieron confusa a la familia de la fallecida Alexandra. Una noche la mató, la enterró un poco superficialmente; dos días después de que se reunieron las pruebas, y confesó,  con calma, llevó a la policía y a la fiscalía al terreno  donde la había matado. Su familia se sintió bien, un poco regocijada. La fábrica de costura de textiles que poseían abrió como siempre, la música siguió alta, la novia comenzó a trabajar en la fábrica a donde trabajaba Alexandra; “Con buenos abogados todo se resuelve”, -dijo Catalina, la hermana de Ignacio.

La familia psicópata  logró empujar al/la narcisista, que decía que “perdí a la mujer por ser débil, influenciable,  un cascarón de huevo vacío por dentro”. -expresó Ignacio.

Hay personas que conviven con un/una psicópata y no suelen conocer bien lo que es la psicopatía; inician una relación por la gran pasión que les han despertado. Y por la continuidad en ese atractivo sexual, erótico, durante años, no cierran la relación, porque la persona psicópata se camuflajea, va midiendo fuerzas, para retener a la presa de la que está obsesionada en el control y en la posesión.

A veces el o la psicópata une a ese erotismo sexual el interés material, intereses comunes, la inseguridad,  las oportunidades, conveniencias, que esa relación les permite.

La simulación, la mentira, el engaño, la traición, las estafas, el ego, el control, el narcisismo, predominan en la psicopatía.