Un club, en su todo, ha de ser mayor que la suma de todos sus miembros; mientras que un sector, en su todo ha de ser mayor que la suma de todos los que participan de él. En nuestro caso, el sector de radioaficionados de la República Dominicana, visto como el todo deberá ser mayor que la suma de cada uno de nosotros los radioaficionados. O al menos eso es el deber ser.
Cuando nos agrupamos todos los radioaficionados lo hacemos con la creencia de que estamos sumando experiencias, vivencias, pasados y futuros y asumimos que con esto el resultado será mayor y mejor. Sin embargo, la escuela de la Gestalt no contempló, en su axioma, aquellos casos donde las partes participan negativamente en la suma del todo.
En ocasiones, las dinámicas de acercamiento entre miembros o clubes de un sector se dan con un enfoque de competencia no sana o de búsqueda de un protagonismo innecesario, donde prima más la autoproclamación que la autoaceptación y entenderse a sí mismo, reconociendo el aporte de los demás y reconociendo nuestras realidades. Cuando somos incapaces de ver el mérito del otro en beneficio del todo, entonces estamos olvidando que somos una parte de ese todo. La misma psicología Gestalt promueve un proceso de autodescubrimiento a partir de 4 fases, que no necesitan mayores explicaciones: aceptación, responsabilidad, diálogo y acción.
Cuando copiamos, sin reconocer el mérito del otro no estamos emulando. Cuando fallamos en compartir informaciones importantes para nuestros miembros solo porque provengan de otra fuente, no estamos replicando. Cuando cada paso que damos es para compararnos o juzgar al otro, no estamos avanzando. Cuando criticamos sin dar soluciones no estamos sumando.
En definitiva, mientras no desistamos de las agendas particulares en perjuicio de la de nuestro sector y sigamos encadenados al resentimiento, siempre seremos minuendos e indudablemente nunca nuestra suma podrá ser mayor que el todo. Bien lo decía Cortez en su canción “Tú”:
En el meeting de la Humanidad
Millones de seres gritan lo mismo:
Yo, yo, yo, yo, yo, ¡yo!…
Para sumar como sector debemos dejar las agendas particulares, las envidias pasajeras y los resentimientos y adoptar una causa común que beneficie a todos los radioaficionados, que ha de ser el verdadero fin de nuestros clubes.