La protección de los animales, en situaciones de emergencias, es un compromiso que las instituciones de respuesta deben importantizar en los planes y protocolos. Los animales ayudan en la producción agrícola, en la seguridad alimentaria, en el transporte, en la carga de distintos materiales y productos. Algunos son domésticos y pasan a ser un miembro más de la familia.
Especies como el caballo, burro y camello han sido fieles compañeros de labor de los seres humanos. Participaron en la evolución del comercio y fueron importantes para las guerras de muchos pueblos antiguos. En la actualidad, en zonas rurales, y hasta urbanas, los animales ayudan a los productores en sus siembras.
La era moderna sigue empleando el caballo, el burro y otras especies del grupo equino como medios de transporte. Aran la tierra en el campo y cargan las cosechas cuando están listas y disponibles. Transportan suministros humanitarios y de otros tipos de ayuda a zonas de desastres. El estierco sirve de fertilizante; en fin, los animales fortalecen los medios de vida. También los bovinos (vaca y toros); los porcinos y caprinos (cerdos, chivos, etc.) y los caninos (perros) juegan funciones específicas de importancia.
¿Pero estamos conscientes de la importancia de proteger a los animales en un contexto de emergencia?
De la misma forma que se asume resguardar a los seres humanos durante una crisis, también se debe adoptar el cuidado de los animales en momento normales y de dificultad. Proteger el ganado de las distintas especies garantiza que los medios de subsistencia no se vean afectados.
Las pérdidas de animales, en eventos de inundación u otra tragedia, producen situaciones dolorosas. Esto implica que el no evacuarlos de zonas de posibles inundaciones a lugares seguros, podría representar una pérdida importante para sus propietarios. Existen normas y directrices internacionales reguladoras de este campo y los profesionales del sector pecuario la observan para responder amparando en una emergencia a las variadas especies.
En esa dirección, se debe presentar una propuesta de revisión y actualización de los protocolos de protección animal en el país. Una iniciativa que se apoye en las normas y directrices para intervenciones ganaderas en emergencias (LEGS), por sus siglas en ingles. En todas partes del mundo los animales de trabajo apoyan en la agricultura y contribuyen a la seguridad alimentaria. Sobrevivir a una crisis y perder los animales que ayudan a la subsistencia de una o más familias es una verdadera tragedia.
República Dominicana cuenta con medidas particulares que los productores locales aplican para proteger la inversión en sus ganados, y de manera general, existe un marco legal que busca atender este tema. Por ejemplo, la constitución del 26 de enero del 2010, en su Art. 260, Numeral 2 “Objetivos de alta Prioridad”, establece que “constituye una alta prioridad nacional organizar y sostener sistemas eficaces que prevengan o mitiguen daños ocasionados por desastres naturales y tecnológicos”.
La ley 147-02 trata sobre las políticas de gestión de riesgos de desastres, la cual expresa que hay que reducir las pérdidas de vidas y daños materiales y ambientales. Por otro lado, la estrategia nacional de desarrollo 2010-2030, en el cuarto eje estratégico, plantea: “una sociedad con cultura de producción y consumo sostenibles, que gestiona con equidad y eficacia los riesgos, la protección del medio ambiente, recursos naturales y promueve una adecuada adaptación al cambio climático”.
En el objetivo general 4.2 de la ley de gestión de riesgo (147-02) se indica una eficaz gestión de los riesgos para minimizar pérdidas humanas, económicas y ambientales. No obstante, como país se debemos iniciar un proceso de promoción de vinculación de los animales a los sistemas de alerta temprana y actualizar los planes de respuesta para la intervención ganaderas en emergencias.
Mejorar los códigos y planes para la protección de los animales en los distintos niveles de las emergencias es un tema de vital importancia, ya que, a partir del tipo de especie impactada, se pueden ver afectados los medios de vida y la seguridad alimentaria. Se debe considerar a los animales dentro de los sistemas de alerta temprana para caso de inundación y tsunamis, con sistema de vigilancia que permita tener identificadas las áreas donde están ubicados y determinar si el ganado está seguro.
Los productores locales, agricultura, ganadería y medio ambiente actuando de la mano con los organismos de emergencias para proteger a los animales es una acción que podría implicar un costo, sin embargo, es necesario hacerlo. Empecemos con la actualización estadísticas animal para saber lo que tenemos y como se protegen.
El quedarse sin el ganado en una situación de emergencias hace perder los medios de sustentos de miles de familias, por lo que a partir del esquema legal de atención con que contamos, se debe profundizar en la educación para la protección animal en esas condiciones especiales.