Marileidy Paulino acaba de lograr dos hitos de gran importancia para la sociedad dominicana. Hablándose tanto sobre ella en estos días y trascendiendo tantas informaciones y hasta uno que otro tema controversial, alguien se preguntará ¡¿por qué “la profe”?!

Ocurre que, con el debido respeto que merece quien se haya formado y escogido como profesión la docencia, hay quien además de orientar, explicar y hasta demostrar llega a otro nivel porque con su excelencia inspira.

Y eso es lo que ha ocurrido con Marileidy. Viniendo de un lugar pobre, de una familia con precariedades, con muy limitado apoyo y representando a un país con escasa trayectoria de triunfos en los juegos olímpicos, ella ha logrado unirnos e inspirarnos.

Al llamarla profe, no estoy pretendiendo sumarme a la lista de promesas y halagos que de diversos litorales han dirigido a nuestra gacela en estos días. Más bien procuro que esa inspiración logre sostenibilidad y real trascendencia colectiva.

Y la Madre Teresa, con gran sentido orientador para quien se dedique a la docencia, ofrece una manera llana de cara a lograr esos dos propósitos: “Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo, en cada vuelo, en cada vida y en cada sueño perdurará siempre la huella del camino enseñado”.

La idea es que la hazaña de Marileidy Paulino sea aprovechada por entidades estatales y privadas a los fines de impulsar procesos que repercutan en bienestar y mejoría para la colectividad. Para ello hay suficientes puntos en común entre las técnicas de Marileidy y algunas claves para impulsar real avance en nuestra sociedad.

Nuestra gacela destacó en los 200 metros, con la velocidad como atributo principal. Sin embargo, en donde ha logrado indiscutible notoriedad es en los 400 metros lisos, en donde una mezcla de velocidad, resistencia y estrategia amplía el campo de actuación y de riqueza aleccionadora.

A decir de especialistas en el tema, en los 400 metros lisos, la planificación y la distribución del esfuerzo son esenciales para mantener un rendimiento óptimo durante toda la carrera. En esta modalidad, los atletas deben dividir su carrera en segmentos, dosificando su energía para evitar un desgaste prematuro y asegurar un fuerte final. Los atletas deben practicar una respiración rítmica y profunda, sincronizada con su paso, para optimizar la oxigenación (Martínez & Pérez, 2017).

De manera similar, en el desarrollo territorial, es crucial una planificación estratégica que divida los objetivos en etapas manejables, alineando recursos y esfuerzos de manera eficiente (García, 2021). He ahí un punto clave para entidades oficiales y para empresas, así como para alianzas público-privadas, de cara a tomar lecciones con la profe Marileidy.

La clave estaría en lograr estrategias bien estructuradas en desarrollo territorial, con fases claras, desde el diagnóstico participativo inicial hasta la implementación y evaluación continua. Ese modo de proceder, además de abrir oportunidad para que los territorios logren roles activos en su devenir, implica una planificación que permite a las comunidades mantener el impulso y adaptarse a las condiciones cambiantes, asegurando que los proyectos no solo comiencen con fuerza, sino que también puedan sostenerse y concluir con éxito.

Por si faltara más, la competición en los 400 metros lisos es inclusiva por naturaleza, en el sentido de que todos los competidores deben cumplir con las mismas reglas y enfrentar el mismo desafío en igualdad de condiciones. Esta igualdad de oportunidades es fundamental en el desarrollo territorial inclusivo, donde todos los actores locales deben tener la oportunidad de participar y contribuir (Hernández, 2020).

Más que actitudes mesiánicas y de semidioses que premian o castigan, de manera creciente, la participación inclusiva asegura que las necesidades y perspectivas de todos los grupos, especialmente los más vulnerables, sean consideradas en la planificación y ejecución de proyectos. Tal como un atleta necesita reconocer y trabajar con sus fortalezas y debilidades, las comunidades deben identificar y aprovechar sus recursos y capacidades locales, asegurando que el desarrollo beneficie a todos y no solo a unos pocos.

Si nos conformamos con felicitar y celebrar, ahí tenemos a Marileidy. Si de verdad nos decidimos por encontrar, además, lecciones trascendentes en tan unificadora e inspiradora experiencia, ahí tenemos a la profe Marileidy.