Hace casi dos años, escribí una reflexión sobre el grave daño a la institucionalidad democrática del mal llamado voto preferencial, sistema de elección que cuenta todavía, con el apoyo de los partidos políticos con mayoría congresual, que insisten en conciliábulo, sobre todo con los integrantes de la Cámara Baja, el mantener en la ley, pese a las comprobadas falencias de dicho mecanismo de escogencia, con el que hoy se eligen a los diputados, regidores y vocales de los distritos municipales.

 

Los dominicanos especialistas en hacernos daño nosotros mismos, mantendremos ese mercado persa de la política hasta que la casi totalidad de nuestros representantes, electos estén tan ligados a actividades ilícitas que llame la atención de la comunidad internacional, que terminará tipificando a nuestro país como un narcoestado, ahí y solo ahí, saldremos velozmente a derogar la ley, que instituyó el dañino voto preferencial.

 

El Foro Permanente de Partidos Políticos de la República Dominicana (FOPPPREDOM) inició con un opúsculo la serie “Cuadernos por la Democracia”, un esfuerzo bibliográfico inédito en material electoral en nuestro país, precisamente arrancamos ese proyecto con un interesantísimo trabajo sobre el voto preferencial, de la autoría de los distinguidos amigos Sergio Ortíz Valenzuela y Manuel Soto Lara, que recogieron las opiniones y experiencia de decenas de dirigentes políticos en el año 2017, mucho antes de la aprobación de la Ley Núm. 33-18 de Partidos Políticos y la 15-19 de Régimen Electoral.

 

El cuaderno No.1 fue publicado por el FOPPPREDOM mucho antes de la aplicación del inciso 2 (transitorio) del artículo # 1 de la Ley Núm. 157-13, que instituyó el voto preferencial a nivel municipal para las elecciones pero, que se aplicaba por resolución de la Junta Central Electoral (JCE) desde el 2002 para la selección de los diputados, y que está ley determinaba que se haría lo mismo con regidores y vocales a partir de las elecciones del 2020, tal y como se llevó a efecto en las elecciones municipales del año pasado.

 

De acuerdo a la opinión de connotados electoralistas, el voto preferencial es considerado como un sistema de votación que “permite a los ciudadanos sufragar por el candidato o candidata de su simpatía, de una lista que se les presenta a los electores en una determinada circunscripción”.

 

En el caso dominicano, se define como el voto a través del cual el elector puede elegir al candidato de su preferencia en listas cerradas que presentan los partidos o agrupación política para una elección, está lista se reorganiza de mayor a menor, es decir, de acuerdo al número de votos obtenidos por los candidatos, corresponde este modelo que se aplica aquí como explicamos a una lista cerrada y desbloqueada, una modalidad intermedia entre el voto por persona (lista abierta) y el voto por partido (lista cerrada y bloqueada).

 

Este sistema fue instituido por primera vez mediante la resolución 5-2001 de la JCE y aplicada para las elecciones congresuales y municipales del año 2002.

 

Desde 1962 hasta el 1998 solo se usó el voto por partido, tanto congresual como en lo municipal, hasta que se aplicó el voto preferencial como la panacea de la participación democrática, porque así se elegirían los verdaderos líderes de las comunidades pero, solo 8 años después para el 2010 se había comprobado todo lo contrario a esa argumentación a favor del voto preferencial, y la JCE decidió suprimirlo mediante la resolución 74-2010, y de los argumentos esgrimidos para suprimir el voto preferencial se observan dos de interés prioritario para este análisis, y que se expusieron en la resolución de marras:

 

  1. “Los niveles de fraccionamiento a lo interno de las organizaciones políticas se constituye un riesgo para las mismas, toda vez que la competencia para la nominación, postulación y escogencia de los candidatos a diputados se verifica en una primera instancia, en las primarias para la selección de los candidatos y luego en el proceso electoral, frente a los candidatos de otras organizaciones”.

 

  1. Al revisar los efectos de la misma y evaluar los resultados obtenidos con la aplicación del voto preferencial, habían llegado a la conclusión que había que preservar a los partidos políticos cuya función principal es la agrupación de personas con fines de ostentar la representación de las mayorías y las minorías, siempre garantizando la preservación de estos y con ello la democracia misma.

 

Ambos argumentos tomados por la JCE del 2010 reconocían que el sistema del voto preferencial afectaba negativamente a los partidos, un riesgo a ser infiltrados las organizaciones políticas como ha ocurrido y una doble elección para los candidatos, la interna en las primarias y después en las elecciones.

 

Pero, el Congreso Nacional elegido la mayoría de sus miembros con esa modalidad se dispusieron a restaurar por ley el sistema del voto preferencial para los diputados, haciéndolo extensivo para los regidores y vocales mediante la Ley Núm. 157-13. Está más que comprobado que básicamente el sistema del voto preferencial padece de los siguientes efectos negativos, aquí enumeramos lo que llamaremos falencias del voto preferencial:

 

  1. En el aspecto económico, se incrementa el costo de las campañas, porque cada candidato está sometido a una doble exposición o competición, una interna y la de las elecciones, lo que duplica los gastos, discrimina a los candidatos más pobres y privilegia a los que tienen dinero sobre todos a aquellos que utilizan capital ilegítimo, terreno fértil para los recursos del narcotráfico y el lavado, generando con ello un clientelismo nefasto en lo que los electores votan por quien les pague;
  2. En cuanto a los aspectos políticos, se intensifica las confrontaciones entre los candidatos de un mismo partido en las campañas, quiebra la disciplina y la autoridad a lo interno de las organizaciones, dejan a los partidos sin árbitros imparciales, genera violencia intra y extra partidaria;
  3. En cuanto a la democracia como sistema, coloca a los candidatos más vulnerables en una situación aún más desventajosa, le resta oportunidad a los técnicos, intelectuales, gestores culturales, operadores internos de los partidos, y en especial afecta a las mujeres, porque neutraliza el efecto de la cuota femenina, ya que al solo tener posibilidad los que tienen dinero si son hombres, éstos casi siempre le ganan a las mujeres y perjudican la representación femenina;
  4. En cuanto a las dificultades técnicas, al tener que contar manualmente los votos preferenciales se origina un gran embrollo en las mesas electorales, y hasta en los reconteos de votos en las juntas municipales, donde tiene la ventaja los candidatos que controlan la mayor cantidad de delegados del partido que lo postula y del dinero para ganarse el beneplácito de los intervinientes en ese proceso. Peor aún, con el voto preferencial de regidores y vocales que ha creado un desastre mayúsculo, porque se hace inviable contarle los votos de la manera tradicional a miles de candidatos que se presentan a las elecciones, la mayoría de los votos son negociados en las mesas electorales en acuerdo entre los delegados quitándoselos a unos y poniéndoselos a otros;
  5. En los aspectos legales, el voto preferencial supone una enorme dificultad técnica que presenta el cómputo de 190 candidatos a diputados, de 1164 candidatos a regidores y de 730 vocales, que ocurre como vimos en las elecciones del 2020, genera una crisis de credibilidad en las juntas municipales y en la propia Junta Central electoral, peor aún, porque se llevan a lo contencioso electoral, o sea al Tribunal Superior Electoral cientos y cientos de casos a conocer para fallar en tiempos legales tan cortos que se les hace imposible conocer con fiabilidad los mismos, lo que ha producido situaciones como la sentencia del Tribunal Constitucional de hace pocos días que sustituyó a un regidor del Distrito Nacional por otro que entendió por pruebas presentadas que fue el que ganó la curul, sentando un precedente que si no se toman decisiones correctas en la JCE y en el TSE se podrán retirar a electos después de haber tomado posesión del cargo;
  6. Es que una mayor cantidad de votos preferenciales no garantiza la elección, a efecto de un sistema especial que existe aquí no es el voto al candidato, el que determina finalmente la escogencia, es una combinación rarísima del voto de simpatía más el voto al partido y al de los otros candidatos de su propio partido que tienen menos votos pero, que se le suman, o sea “salen los candidatos más votados de los partidos más votados”, es muy normal en el sistema que se aplica aquí que candidatos con mucho más votos preferenciales pierdan de otros con muy pocos votos preferenciales pero, cuyos votos de su partido sean más y de los otros candidatos del mismo al sumársele queda con votos a otros candidatos, o por el partido encima del que obtuvo más voto directo a su cara en la boleta, hay casos de candidatos a diputados que ganaron habiendo obtenido menos de 2000 votos preferenciales, y existen otros que habiendo sacado más de 10,000 votos a su favor han perdido.
  7. El sistema preferencial afecta a las minorías, a los partidos emergentes y a los movimientos independientes, porque sus niveles de votación no son suficientes para colocarse en los primeros lugares, y sus posibilidades quedan truncas al verse impedidos de entrar por la modalidad que favorece solo a los partidos más votados, este sistema está reservado solo para que básicamente ganen las fuerzas mayoritarias;
  8. Afecta negativamente a la democracia, en la medida en que el Congreso y las Salas Capitulares quedan en manos de los que tienen más recursos económicos, muchos de ellos financiados por el lavado y el narcotráfico, cosa esta que afecta sensiblemente a la sociedad y debilita nuestra incipiente democracia, pues quedan excluidos de estos espacios los sectores más representativos de las comunidades, dirigentes meritorios de los partidos y representantes sociales;
  9. Una de la grandes desventaja del voto preferencial, es que complica el conteo, porque con esta modalidad se implica hacer tantos escrutinios como candidatos haya al momento en que se hace el conteo de los votos que obtuvo cada partido o lista de candidatos independientes, y luego tener que contar el total de los votos obtenidos por cada candidato en cada lista, ese múltiple cómputo manual es muy complicado, consume tiempo y demora el proceso, produciendo actas con inconsistencias;
  10. Perjudica la real representación en las comunidades, todo porque los candidatos una vez electos, no se sienten comprometido con las comunidades a las que deberían representar, puesto que ellos pagaron el precio de su curul, compraron muy caro sus votos, aprendieron que para ganar elecciones no hay que trabajar por su provincia o circunscripción, sino disponer de caudales inagotables de dinero para pagar el precio de los votos.

 

Es por ello que la representación emergida del voto preferencial no es desde el punto de vista cualitativo, mejor que cuando eran listas cerradas y bloqueadas, el voto preferencial comprobado desmejoró totalmente la calidad de la representación congresual, y también la municipal.

 

Entre otras consideraciones finales sobre el fatídico y fallido sistema del voto preferencial, pudiéramos decir que promueve el “personalismo en la política”, porque premia a quien haga más promoción individual, afectando el colectivismo que da sentido a formación los partidos políticos, facilita “el transfuguismo”, puesto que el representante asume que los votos pertenecen a su persona y no a la agrupación por la que se presentó, propicia una especie de “patrimonialismo electoral”, ya que los candidatos elegidos no siguen línea de sus partidos, porque se sienten dueños de sus votos.

 

El voto preferencial a incentivado que lleguen al Congreso, y desde el 2020 a las Salas Capitulares y a las Juntas de Distritos Municipales, a gente carente de preparación política, profesional o calificación para la función parlamentaria y municipal, lo que ha incidido en el desprestigio que acusa el Congreso hoy.

 

El voto preferencial llegó precedido de un gran escarceo sobre las virtudes de este sistema, ya que se decía que el mismo acercaría el elector con el electorado, favoreciendo la calidad de la representación, ¡¡¡nada más falso!!!, que este voto le daría la oportunidad de acceder al Congreso a los dirigentes más populares y a los líderes comunitarios, sin embargo la danza del dinero terminó excluyéndolos a todos.

 

La megacorrupción, el lavado y el narcotráfico tienen en el voto preferencial su mejor aliado, y esto está más que confirmado por las conocidas operaciones realizadas por el Ministerio Público, donde está más que claro que con esos “dineros calientes” se compraron espacios en el primer poder del Estado y en las Salas Capitulares de las corporaciones edilicias, es por todos los argumentos expuestos en este artículos y muchísimos más, que llegó la hora de excluir el sistema del voto preferencial a nivel congresual y a nivel municipal, y discutir un nuevo mecanismo que garanticen una mejor representación social que no sea excluyente y que haga volver a esa instancia de poder los mejores cuadros políticos, los profesionales de prestigio, los líderes sindicales, los gestores culturales, los intelectuales y técnicos calificados, pero, sobre todo, el verdadero liderazgo de las comunidades, el mismo que por no tener recursos económicos, no puede aspirar a representarla ni en los Ayuntamientos ni en la Cámara de Diputados, no hay excusa alguna para no hacerlo, porque el que quiera que se mantenga el sistema actual del voto preferencial auspicia que se mantenga el dinero de actividades ilícitas y el clientelismo en su máxima expresión.