La propaganda sobre la recuperación económica debió terminar con el año 2021. A partir de este año, las acciones del gobierno deberían enfocarse en los retos que plantea el desempeño de la economía mundial para la economía dominicana. Ahora, la verdadera hazaña consiste en interpretar correctamente las señales que se advierten respecto del mantenimiento del ritmo de crecimiento y la estabilidad de la economía mundial. Lo que sigue, es el diseño concienzudo de políticas públicas que limiten esos efectos negativos de la contracción económica mundial.

A partir de los reportes de los organismos internacionales, resulta claro que existe una tendencia a la desaceleración del ritmo de crecimiento de la economía mundial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la economía mundial se contraerá en 1.5%, pasando de 5.9% en el 2021 a 4.4% en el 2022 respecto de la proyección de ese organismo. En cambio, el Banco Mundial (BM) proyecta que para el 2022 la contracción económica mundial sería de 1.4% para el 2022 y un crecimiento de 3.2% para el 2023. Igualmente, la Comisión Económica para la América Latina (CEPAL) espera una menor desaceleración del crecimiento mundial de 0.9% para el 2022.

Según el FMI, la desaceleración del ritmo de crecimiento sería más acentuada en América Latina y el Caribe que para el resto de las economías emergentes y en desarrollo. Para este grupo de países se estima una contracción del orden de 1.7% para el 2022 y la tasa de crecimiento se mantendría con pequeñas variaciones durante el 2023. No obstante, para la sub-región de América Latina y El Caribe la situación cambia notablemente; la contracción económica que se espera sería de 4.4% para el 2022 y crecería ligeramente (2.6%) para el 2023.

Tabla 1. FMI: Estimaciones y Proyecciones del Crecimiento Económico Mundial, 2022-2023
Países Estimado 2021 Proyección 2022 Proyección 2023
PIB Mundial 5.9 4.4 3.8
Economías Avanzadas 5.0 3.9 2.6
Economías Emergentes y en Desarrollo 6.5 4.8 4.7
Asiáticas 7.2 5.9 5.8
Europeas 6.5 3.5 2.9
América Latina y el Caribe 6.8 2.4 2.6
Medio Oriente 4.2 4.3 3.6
Sub-Saharianas 4.0 3.7 4.0
Fuente: Panorama Económico Mundial (WEO), página 5, 2022.

A partir de la apertura comercial y financiera promovida por el Consenso de Washington, los países que se acogieron a este proyecto quedaron indefectiblemente atados a los cambios experimentados en el ritmo de crecimiento, así como en el flujo de comercio de los países que forman parte de estos acuerdos. A tal efecto, la economía mundial liderada por Estados Unidos (EE. UU.), tendrá una contracción de 1.6% para el 2022 y un crecimiento esperado de 2.6% para el 2023, lo que sugiere que habría efectos sobre el comercio y el crecimiento de los países que dependen del intercambio comercial y de los flujos no compensatorios (remesas brutas) provenientes de los países más desarrollados. La siguiente Figura muestra la brecha porcentual del producto corriente respecto al PIB potencial de los EE. UU. antes, durante y después del año de la pandemia. La brecha del producto fue positiva para 2018 y 2019 y negativa para el 2020. No obstante, se espera que sea positiva en el 2021 aunque por debajo del año 2020. En otras palabras, habrá cierta recuperación económica.

Podría decirse que la economía americana no alcanzaría la brecha positiva del producto correspondiente al 2019, considerando las proyecciones de crecimiento económico realizadas por el FMI para el 2022 y 2023. No obstante, las proyecciones del crecimiento americano, para los años subsiguientes, muestran una tendencia a la baja (Ver Figura 1 y Tabla 1).

La contracción del producto interno de los EE. UU. tendrá consecuencias negativas sobre el desempeño de la economía dominicana. Una estimación simple de la relación entre la tasa de crecimiento del PIB dominicano (como variable explicada) por la tasa de crecimiento del producto de los EE. UU. (considerando constante el resto de las variables que inciden en el crecimiento del producto dominicano) permite argumentar que, por cada uno por ciento de crecimiento de la economía norteamericana, la economía dominicana podrá crecer en 1.3%. Obviamente, existe un conjunto de factores que no se consideran en esta estimación, por tanto, se puede decir que existe alguna evidencia estadística de que existe una relación entre las tasas de crecimiento del PIB de ambas naciones (Ver Figura 2).

De acuerdo con estimaciones del FMI, se espera que la economía norteamericana se contraiga en 1.4% para el 2022, de manera que, por la relación de las tasas de crecimiento de la economía norteamericana y dominicana, el PIB del país debería contraerse alrededor del 1.48% para el 2022. Según el BC, habría que añadir a este resultado el efecto del incremento de las tasas de interés domésticas sobre la inversión privada local que fue uno de los principales soportes del nivel de actividad local hasta septiembre del 2021 (González, 2021, www.acento.com.do).

En efecto, se espera que las medidas monetarias que adoptará la Reserva Federal (RF) de los EE. UU. repercutan negativamente sobre el crecimiento económico dominicano. Jerome Powell, presidente de la RF de ese país, anunció que sólo después de detener el financiamiento del déficit del gobierno federal iniciaría sus incrementos de las tasas de interés. No obstante, según algunos economistas norteamericanos podría ser tarde para detener la inflación y es por esto que la RF planea iniciar el deslizamiento de la tasa de interés más temprano este año.

Esto significaría aumentos adicionales de las tasas de interés locales para evitar la salida de capitales y la depreciación del tipo de cambio. El incremento de las tasas de interés tendría efectos dramáticos en un mercado financiero oligopólico como el nuestro. Cabría esperar que la inversión privada se contraiga y, al mismo tiempo, se posponga el consumo duradero, que como se sabe, depende de la tasa de interés. Con lo cual, las variables más importantes de la demanda agregada disminuirían y esto implicaría que las empresas verían aumentar sus inventarios (porque los costos financieros serían trasladados al precio de los bienes y servicios) y no habría estímulos para que los productores aumentaran su producto, por cuanto la inflación limitaría el crecimiento de la demanda real. En tal sentido, la oferta agregada (el producto) y el crecimiento económico se contraerían.

Ante este posible escenario macroeconómico, las autoridades deben elaborar un plan para enfrentar estas posibles consecuencias de combatir la inflación y los efectos de la contracción de la economía mundial sobre la economía dominicana. Si se mantiene la esperanza de que el BC siempre está en condiciones de dar buenas noticias sobre la estabilidad y el crecimiento, se pierde de vista que esto tiene un límite que viene fijado por el déficit fiscal, el endeudamiento, el desempleo, la expansión de la pobreza y la re-elección presidencial.