El reciente Informe de La Oficina del Censo del gobierno de Estados Unidos, ha hecho público esta semana el aumento de un 12.4% de la pobreza en los menores de edad.

Es algo difícil de creer que suceda en la nación más poderosa del mundo, y por esa razón genera controversias el referido informe de una agencia del gobierno.

Las razones -indica el documento- son multivariables, pero en términos específicos enumera la desactivación, por parte del congreso, de importantes programas que ayudaban a los menores, por ejemplo los créditos fiscales aprobados durante la pandemia del Covid-19.

Mientras la pandemia azotaba a esta nación, así como el resto del mundo, los padres eran beneficiados con subsidios federales para cubrir las necesidades básicas, ayudándolos al acceso de bienes y servicios.

A esa expansión de crédito tributario, también se le llamó Medida Suplementaria de Pobreza (SPM), cuya repercusión era tan relevante que, al eliminarse, ha provocado que las personas estén viviendo por debajo del umbral de la pobreza. Representando un problema de consecuencias inmediatas.

Es tan así, que dicha investigación y otros estudios similares revelan el significativo impacto “en la mejora de la calidad de vida de sus beneficiarios”. Convirtiéndose ahora en un retroceso en materia de los avances alcanzados, y en el bienestar infantil. Mostrando ahora el impacto negativo de las decisiones de los congresistas a expensas de los mal llamados “el futuro de la nación”.

El retroceso que ha provocado la eliminación de dicho programa debe mover a la clase política a comprender cuáles son los aspectos que deben ser considerados necesarios. Según el Departamento de Agricultura, “unos 33 millones de personas sufren precariedad alimenticia en Estados Unidos, incluyendo 5 millones de niños”. Esto ya está generando otros inconvenientes derivados de las precariedades económicas que van desde el no acceso a alimentos, atraso en el pago de la renta y no servicios médicos, etc.

Paralelamente, la falta de estímulos federales ha provocado en la clase infantil serios problemas de aprendizaje.

Mientras la clase política estadounidense no preste atención a las medidas que fueron vetadas, la incidencia negativa sobre la vida de los menores seguirá reflejándose en la salud física y mental. Y conste que la salud ya es un serio problema en la actualidad.

De momento, las perspectivas de un futuro prometedor para los menores están seriamente comprometidas y se aprecia en la desidia de la clase política que cada vez más se polariza más. Desafortunadamente, si el gobierno no hace algo para revertir las decisiones de los congresistas, no se podrá combatir el problema.

Tendremos una generación de menores y jóvenes con tantos problemas como la generación actual. Si los congresistas, republicanos o demócratas, siguen apostando a eliminar programas beneficiosos para aquellos que no tienen nada, el país continuará siendo uno de los más ricos en tecnología, desarrollo económico, pero con una proporción de pobres y de carentes de servicios tan vitales como la salud.

Es importante invertir en proyectos de avanzada tecnología, como la que se destina a la exploración del espacio exterior, pero más importante es invertir en la gente de EE.UU.