En el volante ideado por Wenceslao Guillén Gómez, Wen y confeccionado por él, Manuel Bueno Pérez y Homero Herrera Velásquez en el que valientemente nombraban a Trujillo de un mierda, seguía recorriendo las entrañas del régimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
El efecto de despertar la población dominicana hacia su labor de protesta y desprecio al “amado jefe” en las calles de Santiago, Mao y Tamboril.
El 10 de enero del año 1960, un grupo de hombres y mujeres, cansados de tantas opresiones y muertes, se dieron cita en una finca de Charlie Bogaert en el paraje de la Guazumita, sección de Guayacanes provincia de Valverde formaron el Movimiento Clandestino 14 de Junio.
Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) es electo presidente de la nueva organización, anti trujillista, que tenía como meta unificar todos los grupos formados en el país que se planteaban el derrocamiento de la tiranía de Trujillo.
El 14 de Junio, recién formado, asume como norte el Programa de Liberación Nacional que, siete (7) meses antes habían traído en sus mochilas los valientes expedicionarios de junio del año 1959.
Pasaron pocos días después de la tirada de los volantes y de la formación del 14 de Junio cuando comienzan a ser detenidos, por los agentes del Servicio de Inteligencia Militar, SIM, los miembros de Unión de Grupos Revolucionares Independientes, UGRI, y del Movimiento Clandestino 14 de Junio.
Enero del año 1960 fue un mes de mucha sangre y dolor para la sociedad dominicana. Lo mejor de su juventud, hombres, mujeres, obreros, estudiantes y sacerdotes fueron a parar a las cárceles de la dictadura trujillista.
Se activaron tenebrosos centros de torturas como fueron: La 40, El 9, La Beata, La Victoria, Palacio de la Policía Nacional y otros se convirtieron en casas de terror y muertes.
En las cárceles dominicanas se agolparon presos de todos los extractos sociales del país. Parecían almacenes de despojos humanos. Las más crueles torturas se aplicaron contra hombres y mujeres.
Para la última semana de enero del 1960, Los miembros de UGRI apresados y confinados en La 40 y las celdas del Palacio de la Policía Nacional habían sido brutalmente torturados. Sobre ellos se descargó la mayor de la saña y no era para menos. Solo con llamar a que, “Trujillo era un Mierda”, fue suficiente para que la ira se desatara sobre ellos.
Manuel Bueno, relata detalles de crueles torturas practicadas a Wen Guillén, Enrique Perelló de El Ejido, José Rafael Colón, (A) El Analfabeto entre otros, en su libro “Cárcel y Guerra”. (De una cárcel de TRUJILLO a un comando de abril). Cuentos. Editora Taller, Santo Domingo. 1991.
A los miembros de UGRI les habían hecho firmar una carta de aceptación de su liberación y probable salida del país, ofrecida supuestamente por el “Benefactor de la Patria”.
Presos del Movimiento Clandestino 14 de Junio, han narrado y comentado que esa “alegría” de los muchachos y hombres del Grupo de Santiago no dejaba de ser otra artimaña más de Trujillo. Ellos serían “portadores de mensajes” para los familiares de sus compañeros presos en La 40, cuando fueran liberados.
Se comentó que el día 29 de enero del año 1960 fue el día elegido para iniciar el asesinato a Los Panfleteros de Santiago. Unos fueron llevados desde las solitarias del Palacio de la Policía Nacional a La 40 y otros ya estaban allí, donde se cometió el vil y cobarde crimen de estos valiosos hombres y jóvenes de Santiago.
Testigos dan cuenta de que a través de claraboyas de sus celdas en La 40 pudieron ver cuando eran asesinados los miembros de UGRI y sacados en los baúles de los carros “cepillos” utilizados por el SIM.
Se pretendió acallar sus gemidos de muerte acelerando al máximo los carros y el motor de una vieja camioneta que se encontraba en el patio.
Sus cuerpos en “sacos y serones” fueron transportados a lugares desconocidos para hacer desaparecer sus cadáveres, como ha sido hasta ahora. Se barajaron nombres de varios lugares.
Lo más lejos que tuvieron los miembros de UGRI fue que un grupo de compañeros de estudios, el mismo día de su asesinato, promovieran la manifestación en apoyo a Rafael Leónidas Trujillo Molina, en el Parque Colon de esta ciudad de Santiago.
En los periódicos La Información y en El Caribe, en enero del año 1960 se encuentran estas promociones.
Que mal se hubiera sentido el profesor Pedro Jaime Tineo Tejada al saber que algunos de sus alumnos llamaban a respaldar al Jefe el mismo día y hora en que él fue asesinado.
Qué pensarían, Wen Guillén, Chepe Contreras, Jorgito Marín y otros miembros de UGRI presos en La 40, que algunos de sus compañeros de estudios, mientras ellos eran acuchillados, convocaban a manifestación de adhesión al jefe, por medios escritos y a través de las emisoras de radio que componían la Voz de la Reelección de Santiago.
¡Ah paradoja de la vida!