Al inicio del décimo capítulo de La estructura de las revoluciones científicas, Thomas Kuhn sostiene una tesis controversial: “Cuando cambian los paradigmas, el mundo mismo cambia con ellos”. La afirmación se distancia de una aceptada tesis según la cual los datos permanecen inmutables más allá de nuestras cambiantes interpretaciones. En el caso de Kuhn, existe un vínculo indisoluble entre nuestros datos y nuestros marcos conceptuales que impide la existencia de datos estáticos y no problemáticos (“datos puros”).

Cuando era estudiante de Física de segundo año, Kuhn tomó un curso de Historia de la Filosofía. Su profesor le asignó un trabajo sobre el filósofo Inmanuel Kant. Allí se familiarizó con la ontología kantiana y con la   idea de que el conocimiento requiere de unas condiciones a priori.

Bajo la influencia de Kant, el autor de La estructura asumió una concepción según la cual existe un mundo inaccesible al sujeto, la realidad en sí misma. Pero como todo conocimiento requiere de unas categorías que organicen los datos, esta realidad en sí es incognoscible, impensable e inexpresable. En contraposición, existe un mundo fenoménico, una realidad organizada a partir de las categorías del sujeto. Este sujeto no es un individuo empírico, por lo que no se está sosteniendo que cada persona tiene unas categorías propias para ordenar el mundo a partir de su subjetividad. Se refiere a unas categorías compartidas por todo sujeto que pueda conocer y que, en el caso de Kant, son categorías universales y ahistóricas.

Por el contrario, Kuhn piensa que las categorías son históricas y culturales, se modifican en función del contexto histórico y de la cultura. Por eso, Kuhn se definió en una entrevista como: “yo soy un kantiano con categorías cambiantes”.

La obra del filósofo Paul Hoyningen Huene esclarece la influencia kantiana en La estructura y plantea un problema filosófico: Si el mundo fenoménico se constituye a partir de las categorías del sujeto y estas son históricas y culturales, entonces, a diferencia de lo que ocurre con la ontologia kantiana, la ontología kuhniana posibilita la existencia de múltiples mundos fenoménicos inconmensurables entre sí.

En un artículo de 1978, W. Doppelt (“Kuhn' s epistemological relativism: A interpretation and defense”: Inquiry, 21, 33-86) sintetiza el concepto de inconmensurabilidad del siguiente modo:

  1. Una disparidad entre conceptos científicos.
  2. Una incompatibilidad entre datos observacionales.
  3. Una incompatibilidad de agenda de problemas a ser resueltos.
  4. Una diferencia entre los criterios de adecuación para aceptar una explicación legítima.

Estas incompatibilidades generan problemas de comunicación entre distintas comunidades científicas.

En escritos posteriores a La estructura, Kuhn hace algunas analogías entre estos problemas que atañen a las prácticas científicas y el que puede referirse a las comunidades humanas en general. En mi próximo artículo,  abordaré la aplicación de la ontología kuhniana para los algunos problemas comunicativos entre los conglomerados humanos y cómo podemos trazar aires de familia con los problemas ontológicos que nos plantea la posverdad.