El 15 de diciembre del año 1973 el Prof. Juan Bosch fundaba, junto con un grupo de antiguos dirigentes del PRD, al Partido de la Liberación Dominicana. El PLD sería la gran obra política del profesor, la cual nació impregnada de sus ideas más preclaras y contentivo de la mística política que lo caracterizó hasta su conversión en un partido abiertamente de masas. Evidentemente, el partido como estructura política fue concebido como una organización de creación interna, al estilo de la tradicional clasificación ofrecida por el politólogo francés Maurice Duverger, que definía a los partidos políticos como instituciones de cuadros siempre que estos estén delimitados por una estricta estructuración interna, integrada por notables influyentes, financieros y técnicos, que hagan posible la organización y la disciplina partidaria.
El PLD era por lo tanto un conglomerado distinto al PRD tanto en la organización interna como en sus objetivos. Según las referencias estatutarias e históricas, el Partido de la Liberación Dominicana nació como una institución de centroizquierda que llevaría consigo el propósito de la liberación del pueblo dominicano y la culminación de la obra del padre fundador Juan Pablo Duarte. Al través del PLD Juan Bosch trataría de llevar a la práctica el conjunto de ideas y principios que pudo explicar en distintas obras llevadas a la estampa. Sería sin lugar a dudas la organización política que, con una fuerte unificación de criterios, presentaría una alternativa electoral con Bosch a la cabeza. Pero las ideas que el profesor sostenía al momento de la fundación de su partido eran algo distintas a las que mantuvo a partir del golpe de estado el 25 de septiembre del año 1963.
Siete meses antes, al asumir la presidencia de la república, Bosch estaba convencido de que era posible la instauración de un modelo de gobierno democrático al estilo burgués, fundamentado en una Constitución que haga del nuevo sistema una realidad sostenible, y en instituciones solidas que garantizaran la estabilidad del Estado Democrático. Como consecuencia de su espíritu liberal y del alto sentido utópico que caracterizaron sus ideas, el profesor no medio en el hecho de que si bien era cierto se había decapitado la cabeza del monstruo que fue el régimen trujillista, todo el cuerpo y la estructura política de aquel nefasto gobierno se mantenía incólume. Tras 30 años de dictadura consolidada sobre el denuedo de intelectuales y también de criminales, quizás no era conveniente desde el punto de vista estratégico desarraigar el sistema dictatorial e instalar de golpe uno nuevo basado en los principios de libertad y respeto. Posiblemente hacía falta mayor delicadeza; eliminar poco a poco la estructura trujillista para luego construir la nueva república, regida por el imperio de las leyes y forjada sobre los nuevos moldes del derecho a la libertad. Como resultado de aquella imprevisión táctica, Juan Bosch fue derrocado por un golpe militar apenas siete meses después de llegar a la presidencia.
Luego del fatídico golpe el futuro fundador del PLD partiría nuevamente al exilio, reflexionaría sobre su auténtica misión histórica y se replantearía algunos criterios que hasta entonces caracterizaron su pensamiento político. Como evidencia del vuelco que dio su modo de ver las cosas en la política nacional, el Prof. Bosch, ya para el año de 1967, había publicado su tesis Dictadura con respaldo popular, que para el año 1968 venía generando múltiples debates en torno a ella. En el ensayo, el profesor recurre a la idea de instaurar un sistema totalitario con un amplio respaldo del pueblo, que permitiera sobre parámetros centralizadores del poder llevar a cabo las reivindicaciones que el pueblo dominicano necesitaba. En la obra se explica la inviabilidad de un sistema democrático representativo y lo justifica en el hecho de la curiosa coexistencia de las oligarquías nacionales con intereses extranjeros, una clase media en ciernes y el poco desarrollo capitalista. Bosch, para defender su tesis, en un artículo de la época refirió “que por el camino del hambre no se puede ir a la democracia, que la democracia no se sienta a comer en el suelo y que la democracia es, en definitiva, un lujo de países ricos”. Sin embargo, ya para el año de 1973, Juan Bosch había cambiado.
Con la fundación del PLD y el otrora Partido Revolucionario Dominicano, el Prof. Bosch ha sido el político que más aportes hizo al sistema de partidos de la República Dominicana. Su paso por la vida política nacional dejó una profunda huella en los dominicanos. En el ámbito material no solo fue el fundador de dos grandes partidos políticos, sino que también legó al país una de las Constituciones más referenciadas de nuestra historia. Y en el ámbito inmaterial de la política nos dejó cultura, filosofía y una comprensión dialéctica de los procesos históricos. La intelectualidad nacional no ha ofrecido todavía un estudio respecto al surgimiento de clases como la que nos dejó el profesor con su emblemática obra Composición social dominicana, ni tampoco una opinión crítica de la historia como la que encontramos en Temas Históricos. Bosch fue el gran maestro de la política nacional, creador de conceptos como Chiriperos y Tutumpotes, y artífice de una visión dominicana del marxismo. A través de su inconmensurable obra le proporcionó a la clase política un aspecto moral que sin él quizás no hubiésemos conocido y nos legó, en una palabra, el sistema de pensamiento bochista.