El Político
Antes de haber estudiado la obra de Hostos en el año de 1938, el Prof. Juan Bosch no tenía muy claro su futuro político, sino que se definía a sí mismo como un hombre preocupado por el porvenir de su pueblo el cual estaba siendo tiranizado por Trujillo. Bosch era apenas un escritor sin una clara idea de lo que debía hacer para liberar a los dominicanos de la dictadura y carecía, para finales de los años treinta, de un ideal que le permitiera definir concretamente sus concepciones políticas. No fue sino en una biblioteca de Puerto Rico donde el profesor forjó inicialmente sus principales fundamentos ideológicos, cuando, aprovechando sus dotes de escritor, le tocó transcribir la inconmensurable obra de Hostos; el filósofo, sociólogo y educador puertorriqueño.
La obra del fundador de la sociología en América tuvo una profunda influencia en el pensamiento de Juan Bosch ya que contribuyó a fundamentar sus concepciones de libertad y le proporcionó una visión mas acabada de los pueblos latinoamericanos. Quizás fue en el ideal hostosiano donde Bosch forjó su visión respecto a la emancipación de la mujer, tratada por él en varias de sus producciones literarias, así como su creencia de que la educación constituía una de las armas más poderosas en aras de lograr la libertad espiritual de los pueblos. Pero la Republica Dominicana no vivía ese clima de libertad, sino que transitaba por uno de los episodios mas oscuros de su historia y por una de las dictaduras más cruentas de la región. Por esas razones y desde el exilio decide activar en torno a la lucha organizada contra Trujillo, sumándose a la idea de fundar una agrupación o partido político que le permitiera canalizar las estrategias de oposición al régimen.
Para finales del 1938 ya existía una especie de manifiesto o ideario elaborado por Enrique Cotubanamá Henríquez de lo que iría posteriormente a llamarse Partido Revolucionario Dominicano, organización fundada en enero del año 1939, contando con la participación de 8 hombres y Juan Bosch como su fundador. La estructura política fue fundada en la Habana, Cuba, y se fue expandiendo paulatinamente en la medida que fue ganando adeptos entre los dominicanos exiliados que se oponían al régimen de Trujillo. A pesar de que el mismo Bosch había explicado que desde niño sintió interés por cosas que le resultaban apáticas a otros niños, como la pobreza o la desigualdad, lo cierto es que hubiese consagrado su vida a la literatura sino hubiese ocurrido la dictadura que sojuzgó al país por 3 décadas.
Para Juan Bosch el dictador resultaba insoportable, se trataba de un ser enajenante que les robaba a los dominicanos lo más valioso que puede tener un pueblo: La dignidad. Como muestra de la desafección hacia Trujillo está su propia partida del país hacia el exilio en el año de 1938, al enterarse que el dictador había decidido otorgarle un puesto en el congreso de la república en condición de diputado. Para marchar hacia el ostracismo el profesor tuvo que valerse de un medico de confianza quien diagnosticó una enfermedad a la que era su esposa en el momento, bajo la explicación de que para tratar dicha dolencia debía asistirse de atenciones médicas extranjeras ya que en el país no había condiciones para el tratamiento. Fue así y sobre la base de aquella peligrosa estrategia, que el profesor Bosch parte hacia Puerto Rico sin esperanzas de retornar mientras perdurara la dictadura.
Su partida hacia un exilio voluntario ocurrida en un contexto de gobierno totalitario coloca en evidencia uno de los rasgos más característicos de su personalidad política: La rebeldía frente a todo lo que consideraba injusto o improcedente. Ese mismo adjetivo se pone de relieve más adelante cuando le tocó tomar decisiones que comprometían su trayectoria política o su proyección personal. Se trató del mismo rasgo que lo llevó a demitir del PRD en el 1973 siendo su presidente y líder, o a negar recibir el Premio Nacional de Literatura por no compartir el laudo con el Dr. Joaquín Balaguer, con quien mantuvo marcadas diferencias ideológicas a lo largo de los años. Bosch se caracterizó por tener ideas claras respecto al quehacer nacional y posturas firmes frente a comportamientos contendientes con la moral humana. Fue pues la moral y la ética uno de los mayores aportes a la política nacional ofrendada por Bosch al país, los cuales resultaron altamente necesarios en una nación profundamente trastornada por el oscurantismo que representó la tiranía.
Desde ese punto de vista Juan Bosch puede ser visto como un líder inspirador que le tocó desempeñar un papel de suma importancia entre los años de 1961 al 1966. Todo lo que el país conocía o sabía a principio de los años 60 era que Trujillo había sido un dios en la tierra proveedor de la existencia misma de los dominicanos. El dictador era el benefactor de la patria, equiparable a los padres fundadores, y un transformador que sin tomar en cuenta sus crímenes, corrupción e inmoralidad, sentó las bases para una nación desarrollada. Pero lo cierto es que la Republica Dominicana era menos que eso. Cuando Trujillo fue ajusticiado las estadísticas de la población dominicana no se diferenciaban sustancialmente de las arrojadas en el año de 1930; para aquellos años la población no llegaba a los 3 millones de habitantes, cerca del 80% de la población vivía en el campo y alrededor del mismo porcentaje era analfabeta, lo que se traducía en ser un pueblo altamente vulnerable y menesteroso de lo esencial. Bosch, como político, sentó para esos años las bases para el despertar del pueblo, fue quien le dio consciencia de clase, libertad y de derechos.