Con Gaza en el corazón, detener el genocidio

La doctora Gloria Villalba habla todos los días con cerebros enfermos… Esta neurocirujana, que trabaja en el Hospital del Mar de Barcelona y ha realizado más de cinco mil cirugías cerebrales, tiene una larga experiencia en presenciar el dolor ajeno y sabe de los fracasos cuando los casos, por razones inexplicables, no salen como deberían. A pesar de los enormes avances, el cerebro sigue siendo un órgano infinito y en buena medida aún desconocido.

Esta mujer joven, de apariencia frágil, es una referencia internacional en la experiencia y el conocimiento sobre daño cerebral de diferentes etiologías, puesto que domina los daños vasculares, como los ictus, y toda una gama de lesiones tumorales. Lucha ferozmente para causar el menor daño residual a sus pacientes. Se enfrenta diariamente a la dura realidad del ejercicio de su profesión y a la gestión de dar malas noticias.

Su trabajo abarca una amplia gama de áreas, aunque la más innovadora es la neuromodulación, que incluye procedimientos como la estimulación cerebral profunda. Esto permite modular, a través de electrodos implantados en el cerebro, la actividad eléctrica de este órgano para corregir disfunciones.
Aquí reside el futuro para controlar enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, las afectaciones cognitivas y las afectaciones psiquiátricas en las que no existe una alternativa farmacológica o la respuesta a los fármacos no controla el síntoma y la conducta. Es el futuro para mitigar mucho sufrimiento.

Esta joven neurocirujana merece muchos artículos. El reto de mirar diariamente al cerebro y hablarle es muy grande, por eso la llaman la “dominadora de cerebros”.

En una reciente entrevista en El País Semanal, la doctora Villalba ha mencionado también lo masculina que es esta especialidad, porque las mujeres que destacan se enfrentan a los prejuicios de siempre. Reconoce abiertamente que persiste un machismo encubierto que de manera permanente juzga a las profesionales de la medicina: debes procurar no cometer ningún error y, por supuesto, cuidado si vas maquillada y con tacones…

Aunque parezca increíble, este tipo de prejuicios todavía existe en sociedades desarrolladas como la española y en áreas tan cualificadas y exigentes profesional e intelectualmente como la neurocirugía. No quisiera pensar qué sucede en otros lugares. El peso de ser mujer en determinadas áreas médicas sigue siendo una realidad.