Este pasado jueves día 8 de julio murió Luis Echeverría Álvarez (1922-2022) ex primer mandatario de México (1970-1976) en su residencia de Cuernavaca, Estado de Morelos. Luego de recibirse como licenciado en Derecho por la Escuela Nacional de Jurisprudencia, Echeverría inició su ascendente carrera política como secretario particular de Rodolfo Sánchez Taboada, ex presidente del PRI en 1946. En 1958, asume la subsecretaria de Gobernación y en 1963 se convierte en titular de dicha dependencia gubernamental cargo que ocupó hasta 1969 cuando se postula como candidato a la presidencia de la república por el PRI. Asume la primera magistratura de la nación azteca de 1970 al 1976.

Echeverría no solamente se convierte en el presidente mexicano más longevo en la historia del país, sino además es el primero en la historia de la nación que ha sido llevado al banquillo de los acusados por su complicidad en innumerables asesinatos, violencia, ejecuciones extrajudiciales y matanzas. Es paradójico que sea este mismo personaje, en cuyo mandato se produjeron amplias medidas progresistas e internacionalistas que todavía hoy sorprenden hasta sus críticos y cronistas. Tanto el desarrollo económico estabilizador como el mas espantoso autoritarismo se entremezclaron durante su periodo al frente de la presidencia de la nación azteca. Por un lado, en materia economía logro concretar un desarrollo económico de mas de un 6 %.  Promovió el desarrollo de los puertos marítimos tales como Puerto Madero y Lázaro Cárdenas. Bajo su mandato se creo el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda, entidad dedicada a proveer viviendas accesibles a los trabajadores (Infonavit); el Fondo de Vivienda del Issste); los fondos nacionales de Turismo (Fonatur), Artesanías (Fonart), y para el Consumo de los Trabajadores (Fonacot), la Procuraduría Federal del Consumidor (Prefeco); y el Instituto Mexicano del Comercio Exterior.

De hecho, en retrospectiva, bajo su mandato se iniciaron dos de los proyectos que pudiese decirse catapultaron a México al entramado neoliberal y globalizado: nos referimos a los centros turísticos de Cancún y Los Cabos.

Dependencias como Infonavit, Fonacot para beneficios de los trabajadores. Instituciones educativas como la Universidad Autónoma Metropolitana, también la de Chapingo; el Colegio de Bachilleres, y conacyt. En su sexenio, el mandatario desarrollo una agresiva y hasta militante política exterior. Impulso la formalización de relaciones entre México y China teniendo en cuenta el entorno internacional marcado por la guerra fría y el recrudecimiento a la sazón de la guerra en contra de Vietnam. Su gobierno, a contrapelo de EE. UU. fortaleció los vínculos con el gobierno de Unidad Popular en Chile encabezado en ese entonces por el eximio Salvador Allende. Tras su derrocamiento, Echeverría abrió las puertas de México a chilenos perseguidos por la dictadura pinochetista.

Tomó parte activa y auspicio además la Carta de los Derechos y Deberes Económicos de los Estados a nivel Mundial. Desarrollo un papel protagónico entre los países del Tercer Mundo. Condeno los atropellos y excesos del gobierno israelí. Su gestión se acercó además al líder máximo de los palestinos Yasser Arafat. De hecho, la OLP abrió en 1975 su representación con México. También fue solidario con la revolución cubana, los pueblos palestino y saharaui. No obstante, al rostro progresista e internacionalista que proyectó en su ejercicio del poder en el ámbito local, sus actuaciones, lo llevaron a un nivel de contradicciones, incongruencia y desconexión que todavía sorprenden a los estudiosos de la historia mexicana.

Si bien es cierto que en sus relaciones públicas trataba de desvincularse de quien fuese su mentor, Gustavo Diaz Ordaz, hacia el pueblo mostró un rostro de implacable represor, antidemocrático y autoritario. Echeverría autorizó la arremetida en contra de estudiantes y manifestantes el 10 de junio del 1971 que culminó en una espantosa masacre, muy semejante a la perpetrada el 2 de octubre del 1968 en Tlatelolco misma que también encabezo siendo secretario de Gobernación durante el gobierno del entonces presidente Gustavo Días Ordaz. El denominado halconazo como hoy se conoce el 10 de junio de 1971dio inicio a una espantosa política de eliminación de las corrientes disidentes de izquierda y grupos radicales. Echeverría fue uno de los principales arquitectos de la hoy llamada guerra sucia mexicana. Fue durante su gobierno, donde México experimento el mayor activismo de los movimientos insurgentes y lucha armada en Estados como Guerrero y que fuese encabezada por Genero Vázquez y su Asociación Cívica Guerrerense, la de Lucio Cabañas, quien encabezo el Partido de los Pobres y la Brigada Campesina de Ajusticiamiento.

No solamente Echeverría arremetió contra la disidencia revolucionaria, campesina y estudiantil; sino que, además, se enfrentó con el sector empresarial de México. Los grupos de poder, la derecha empresarial siempre fustigó su populismo, internacionalismo y acercamiento a los gobiernos progresistas. Además, su política económica fomentó una mayor presencia estatal lo que devino en el desencuentro entre el gobierno central y el sector empresarial mexicano. Como resultado su política económica condujo hacia un desequilibrio de las finanzas públicas que conllevaron a un incremento escandaloso de la deuda externa que pasó de 4 mil millones a 20 mil millones en su gestión, avizorando con ello la devaluación del peso y una tormentosa crisis económica al final de su sexenio.

Dado que su régimen patrocinio un fuerte intervencionismo estatal, los tambaleos económicos a nivel internacional a mediados de los 70s fueron utilizados como excusa para una apertura indiscriminada a la liberalización económica, la entrega de los recursos nacionales a manos del sector privado, el desmonte de todo el aparato de seguridad social y la fuerte apuesta al capital financiero a la usanza neoliberal.

Puesto que México es México, un fallo judicial puso fin a la posibilidad de procesar penalmente a los responsables intelectuales y materiales de la matanza del 10 de junio de 1971 en la avenida San Cosme y calles aledañas. Posteriormente, el 27 de marzo del 2009, el Quinto Tribunal Unitario en Materia Penal del Primer Circuito le revocó la prisión domiciliaria a la que estuvo sujeto por su participación en los sucesos de Tlatelolco en 1968. Luego, en el 2009 fue finalmente exonerado. Por los hechos del llamado Jueves de Corpus ni siquiera se le llegó a enjuiciar debido a que la corte clasificó los delitos como homicidio común y se consideró que ya habían proscrito. No obstante, el juicio inexorable de la historia que no es epojé hoy recuerda su gestión por los execrables excesos, las matanzas, las desapariciones forzadas y las ultrajantes violaciones a los derechos humanos que bajo su mandato sufrió la nación azteca.  ¡Hasta nunca!