Si sumamos la supuesta militancia que tienen los partidos, el número de votantes supera a los que tienen derecho o edad de votar.

La que dominará el voto en las próximas y futuras elecciones es la sociedad civil independiente, no afiliada a los partidos tradicionales, que se inclinará por los mejores candidatos.

¿Y quiénes serán los mejores candidatos? Los que ofrezcan, ante todo, transparencia y honestidad en el quehacer público, los que no estén manchados por la riqueza ilícita del pasado, los que no estén vinculados a las agresiones al erario para amasar grandes fortunas, los que muestren mayor confiabilidad y honestidad, los que no cedan a las presiones externas sobre Haití y usen el tema para sacarle provechos políticos y los que mejores propuestas hagan para ayudar a los más necesitados sin abusar ni discriminar a nadie por razones políticas.

Esa sociedad civil no quiere volver a las nominillas, los sobornos por contrataciones de obras y compras de bienes del Estado, los gastos indecentes en restaurantes, viajes y hoteles de lujos, el tráfico de influencia, el anarquismo y la politiquería del quehacer público, la inmunidad de los corruptos, la falta de independencia del Ministerio Público, la compra de votos con dinero público y la desinformación como arma política.  Son cosas del pasado y así deberán quedarse para que jamás vuelvan a renacer.

En la confianza está todo. El pueblo dominicano es cada vez más inteligente a la hora de votar porque ya está cansado del engaño, las promesas vacías y las demagógicas.

Uno ve el esfuerzo de los partidos para captar votantes y a diario salen juramentaciones de nuevos adeptos o el clásico transfuguismo. Hablan de su padrón millonario cuando en realidad no tienen ni la mitad de la militancia que dicen contar.

Y cuando me refiero a la fortaleza de la sociedad civil y la confianza que los candidatos proyecten para atraer ese voto, se aplica a todos, incluyendo al presidente Abinader.

Porque el presidente Abinader llegó al poder por el apoyo de esa gran masa de la población independiente que vio en él la mejor opción para el país a fin de sacarlo del lodo en que estaba hundido. No fue un voto solo al PRM, fue un voto al candidato.

El que dude de eso vive en otro mundo. Y los partidos deben ser muy cuidadosos cuando eligen a sus candidatos, incluyendo aquellos que optan por senadurías y diputaciones.

Obviamente, los dominicanos, como en todos los países de mundo, tienen tendencias. Unos son de izquierda, otros de centroderecha o centroizquierda y otros radialmente de derecha.

Lo que más nos conviene es mantenernos en una posición intermedia porque, a pesar de que una parte de población quisiera ver a Estados Unidos perdiendo la hegemonía ante China o que Rusia salga vencedora en Ucrania para minar el prestigio de occidente, ninguno de esos dos países hará nada por nosotros.

Jamás tendremos dominicanos enviando remesas de Rusia o China ni que los chinos lleguen en masa a nuestras playas. Tienen cerca a Vietnam y Tailandia donde hay playas preciosas y buen clima.

Por nuestra geografía, tamaño y ubicación estratégica en el Caribe, estaremos siempre aliados a Estados Unidos, de donde proviene el grueso de las remesas, el turismo, las exportaciones y la inversión. No olviden eso jamás al margen de sus ideas políticas.

En fin, las próximas elecciones se decidirán por el voto de una sociedad civil joven y preocupada por el futuro del país, no vinculada a ningún partido, porque la gente se cansó de ser tontos útiles.

Y sobre el uso del dinero público para promover al candidato del partido gobernante, o a diputados, senadores y regidores, dudo que Luis Abinader lo permita, porque eso lo hundiría políticamente. Además, no lo necesita si continúa haciendo una buena labor.

Tengo plena confianza de que las próximas elecciones serán las más limpias de nuestra historia porque estará bajo la vigilancia de una sociedad civil no comprometida no atada a particos políticos.