El itinerario de la Junta Central Electoral (1923) conforme el artículo 165 acápite l de la Ley Orgánica del Régimen Electoral 20 de 2023 establece que este jueves 16 a las 12 de la noche termina la campaña política de los partidos de cara a las elecciones presidenciales y congresuales del domingo 19 de mayo.
Albergo profundas dudas sobre el acatamiento de ese mandato, aunque la ley en apariencia no deja zonas de brechas a partidos, candidatos y electores para seguir en su tráfago. Especifica que la campaña comienza con la proclama de los candidatos y termina a las 12 de la noche del jueves inmediatamente anterior al día de las elecciones. Y a continuación desmenuza el concepto campaña política.
Pero el activismo político en el dominicano históricamente ha sido un sinfín que, hasta ahora, nadie ha podido parar ni siquiera el día de las votaciones.
Muchos actores del espectro partidario son como una “hidra de siete cabezas” en eso de hacer trampas para capear prohibiciones legales. Más cuando se acerca el día D (elecciones 23 desde 1966), se agitan los nervios y hay almas por salvar. Verá usted cómo siguen las articulaciones mañosas.
Y no es por una pasión desbordada en pos del ideal de consolidar la democracia. Es porque han convertido la política en un modus vivendi con base en el erario.
Unos, los menesterosos, contados por millones, van detrás de un mísero pan para saciar el hambre de un día. Ansían negociar su voto porque le han enseñado que sólo tiene valor para validar gente que luego, desde los cargos, se esfuma porque la indolencia y la deslealtad son su naturaleza.
Los otros, unos cuantos privilegiados, detrás de millones para resolver sus vidas, las de sus familiares más cercanos y hasta de amantes, y lo hacen desde las entrañas del mismo Estado; o indirectamente, desde afuera, a través de redes de complicidades.
Esos son los realmente perversos porque son sembradores de pobreza y asesinos de la paz colectiva mientras se desviven en el boato. No sólo venden y compran votos, sino lealtad y dignidad. Para esos, la capacidad y la honestidad del otro están en función de cuánto les transfiera o cuántos contratos les asegure.
Ayer, los honestos y capaces eran Balaguer, Antonio, Salvador, Leonel, Hipólito y Danilo, pero ya les quitaron esa etiqueta para pegársela a LA, hasta que llegue el otro. O la otra.
Si no hay contratiempos, los colegios electorales serán abiertos a las 6 a. m. de este domingo para que 8 millones 145 mil 548 personas hábiles para votar (51% mujeres, 49% hombres) vayan a las urnas.
El presidente y empresario Luis Abinader está en repostulación avalado por el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y aliados.
En la campaña para el proceso de 2020, no sólo le atribuyeron fortuna en paraísos fiscales, sino que le trataron despectivamente. El expresidente y compañero de partido, Hipólito Mejía, le llamó “tayota” (soso, vacío, brutón) y el mercadólogo Pablo Ross, “cara de guanábana”, en alusión a protuberancias en su rostro.
Pero con su candidata vicepresidencial Raquel Peña, la misma que lleva ahora, ganó los comicios con 52% frente a la mutual del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y aliados, Gonzalo Castillo y Margarita Cedeño, 37%; y Fuerza del Pueblo (FP), creada en esos días por Leonel Fernández, 9%. Danilo Medina era el presidente de la República.
El PRM había nacido de un desprendimiento del histórico y poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y, por urgencia de inscripción en la JCE, se había montado sobre la plataforma de la Alianza Social Demócrata o Alianza Social Dominicana, agrupación desde 1982 en manos del José Rafael Abinader Wasaff, el fallecido padre del actual presidente. La ASD había sido fundada en 1961 por Juan Isidro Jiménez Grullón tras su salida del PRD.
Pese a la carestía de los productos de primera necesidad y la inseguridad en calles, centros de diversión, restaurantes y casas, el actual mandatario no parece haber disminuido su caudal de respaldo de 2020, si los sondeos de opinión electoral han sido realizados conforme el rigor metodológico que exige la Estadística.
Compite en esta ocasión contra Fernández, académico, docente universitario, tres veces presidente y candidato de la FP, otro a quien le han atribuido fortuna y presunta vida libertina cuando vivió en Nueva York con el estigma de tatuajes en su cuerpo.
Por el PLD, Abel Martínez, exfiscal de Santiago y expresidente de la Cámara de Diputados. No ha quedado libre de comentarios sobre supuesto enriquecimiento ilícito.
Los emergentes Roque Espaillat (El cobrador), médico, docente y empresario (Partido Esperanza Democrática, de Ramfis Trujillo); Virginia Antares Rodríguez (Opción Democrática), periodista, y Fulgencio Severino (Patria para Todos), médico-cardiólogo, no han recibido ataques feroces en la ruta, aunque en las últimas horas “El cobrador” es objeto de ataques morales en redes sociales como supuesto abuso sexual contra un hijo en 2008 y alegada estafa al Banco de Reservas y a una empresa privada.
La alianza Rescate RD (FP, PLD, PRD y otros) va al proceso del domingo con una evidente desventaja que, a última hora, su liderazgo ha tratado de solventar pese a la gran mora.
Confronta a un candidato oficialista anclado en la silla del Palacio con un recorrido por la pista del cuatrienio sin mayor erosión a causa del largo silencio de adversarios divididos que, en cambio, sí han recibido de oficialistas un sistemático asedio judicial y acusaciones mediáticas de corruptos, las cuales, quizá, han calado en el imaginario colectivo.
La teoría de la comunicación política La Espiral del Silencio, de la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann, podría actualizarse en el actual contexto. La mayoría de las personas teme al aislamiento. Así que antes de manifestar sus opiniones, tratan de identificar las ideas para sumarse a las mayoritarias.
La oposición no ha logrado capitalizar el creciente malestar social provocado por la carestía y la inseguridad. Abinader luce que navega con el viento a su favor.
Pero las urnas son las urnas y se abren al comenzar la semana, el domingo.