En el mundo de la política, y sobre todo en una organización de izquierda, la unidad dentro de un partido es esencial para alcanzar propósitos comunes y conquistar el éxito. Sin embargo, mantener la unidad y la cohesión por 43 años consecutivos constituye una proeza en medio de tantas divisiones en las organizaciones políticas de izquierdas y de derechas.
La llave secreta del Partido Comunista del Trabajo (PCT) para mantener la unidad ha sido la clave para una organización exitosa. En este artículo, exploráremos la “llave secreta” de la unidad del partido, es decir, los elementos fundamentales para construir y mantener la cohesión interna en el seno de una organización política de izquierda.
El PCT nace del seno del Movimiento Popular Dominicano (MPD), una organización democrática, revolucionaria y antiimperialista; que quiso evolucionar hacia su transformación en un partido marxista leninista, pero que no fue capaz de abrazar el marxismo, por el contrario, asumió las posiciones prochinas y la visión maoísta como su doctrina guía para la acción política.
El núcleo de comunistas, de marxista leninistas que se había forjado en el seno del MPD, a través de años enteros de lucha contra la reacción, contra las diversas desviaciones de diferentes tipos y que, en honesta disposición autocritica, rompe con sus errores y con lo equivocado de su pasado y se afirma en las posiciones del marxismo leninismo; ese conjunto de hombres y mujeres se compartió internamente y emprendió la ardua tarea de fortalecerse y desarrollarse como un auténtico partido del proletariado dominicano.
Para ese entonces partió de que habiendo sido las principales debilidades del viejo partido su flojedad teórica, su débil ligazón con la clase obrera, la inconsistencia organizativa y los malos métodos de trabajos y estilos de dirección, así como la expresión política de esas debilidades; la idea de negar la vieja organización en el sentido dialectico y revolucionario, así como la lucha por elevar la calidad de ese proyecto en gestación, se estableció como cuestión de primer orden el trabajo teórico, tendente a someter al fuego de la crítica todas las ideas y concepciones que les normaban y servían de sostén de lo caduco y encaminado a lograr la sólida formación marxista leninista del partido, se tomó el slogan de volver a los clásicos, de estudiar a Marx,Engels,Lenin y Stalin. Para ello se creó la escuela José Stalin; que realizaba un curso sobre el partido en dos fines de semanas.
Al tiempo de destacar en el aspecto anterior el papel clave del estudio individual y colectivo, se resolvió formalmente colocar en semejante orden de importancia la tarea de vincularse con la clase obrera, estrechar las relaciones de la organización con el proletariado a fin de hacer posible que su lucha saliera del terreno de la espontaneidad y que las filas se engrosasen con el reclutamiento para ellas de lo mejor y más avanzados.
Si bien es cierto que fueron estas las tareas básicas que trazo el partido en ese momento no quieren ésto decir que fueron ellas las únicas en el orden de importancia. Otras de grandes trascendencias para el desarrollo de la organización y su ulterior elevación de su calidad fueron la relativa al cambio de nombre del partido, de suerte tal que los avances alcanzados en el contenido se reflejaran también en el aspecto de forma y que, con el abandono de la vieja denominación anticientífica de Movimiento Popular Dominicano (MPD), se diera un paso más en el camino de su negación al adoptar un nombre acorde con la naturaleza comunista del nuevo partido.
La Conferencia de Cuadros Profesionales “Otto Morales”, realizada el 19 y 20 de junio 1980, oficializó el juicio objetivo de que el MPD no era un partido marxista leninista como erróneamente sustentaban sus principales dirigentes, oficializó la necesidad de negar dialécticamente esa vieja estructura, dejando bien claro el sentido en que esa negación debía enterderse,oponiéndose de paso a todo intento de negación derrotista y pesimista; y proclamó la nueva denominación de Partido Comunista del Trabajo (PCT),templado y bolchevizado, conforme a la concepción leninista staliniana de Partido.
En un lapso relativamente corto fue comprobándose la desaparición de las endebles concepciones maoístas y prochinas que antes sosteníamos y que tantos daños causaron al interior del partido; el desarrollo de la crítica al denominado “pensamiento Mao Tse Tung y la tesis de Partido de dos cuarteles generales y de dos centros de dirección” fue profundizándose en el seno de la organización. Empezaba a tomar cuerpo el partido de una sola línea y de un solo centro de dirección.
”Hoy,43 años después, nadie en nuestra filas admite como válido el absurdo de las “dos líneas” y “dos cuarteles generales” en el interior del Partido Comunista; conviene insistir, para desterrar las raíces del viejo concepto que teníamos y en interés de refutar a quienes en nuestro país aún son partidarios de la teoría que reconoce, legitima y hasta propicia la existencia de líneas,tendencias,fracciones y grupos contrapuestos en el seno de una misma organización, que la clave y el éxito del PCT de mantenerse unido por más 43 años, y es su llave secreta, ha sido su oposición a la presencia de fracciones, grupos y corrientes en su interior.
“Desprenderse de la vieja denominación”, dice Rafael Chaljub Mejía, no resulto tan sencillo. “Por su trayectoria de lucha, el heroísmo y el martirio que siempre habían marcado su existencia de MPD, su nombre, sus símbolos, su bandera, sus mártires, aquella valiente e indomable formación política generaba un fuerte sentimiento de adhesión en sus militantes y seguidores”.
Hoy, 43 años después, aquella memorable Conferencia fundacional que enorgullece a los hombres y mujeres del PCT la supieron pilar y es su conquista, que se entiende como la batalla de nunca acabar, que a diarios les exige la defensa de los principios del marxismo leninismo y el combate contra el imperialismo y la burguesía nacional.