Ya pasó la Navidad, Año Nuevo, llegaron los Reyes y los problemas que en ese período suelen pasar a un segundo plano, vuelven a estar presentes reclamando solución. Entre los muchos que tiene nuestro país, uno de ellos creemos que va por buen camino, es el de la justicia.
Recuerdo que en una charla que pronuncié en el año 2015 con motivo del aniversario de la Asociación de Industrias, sobre este tema dije lo siguiente:" En la República Dominicana abundan casos como el de políticos que han pasado de la pobreza a la opulencia en un abrir y cerrar de ojos, empresarios que se enriquecen evadiendo impuestos y narcotraficantes que han hecho fortuna con su actividad y se pasean en todos los ambientes. No es de extrañar entonces que muchos que nada tienen, traten de obtener bienes a como dé lugar. Pero el Poder Judicial, encargado de poner coto a estos desmanes, se desenvuelve con evidentes debilidades institucionales y un país sin una justicia que funcione de manera independiente, sin ataduras políticas e integrada por personas capaces, honestas y responsables es como un barco a la deriva. Sin él, sus ciudadanos se encuentran indefensos y desprotegidos, a merced de la ambición de los poderosos, la voracidad de los políticos y el antojo de los delincuentes, sujetos a un régimen donde la impunidad es la norma y el castigo la excepción.
Todos debemos interesarnos porque el Poder Judicial cambie y juegue su papel y que Ministerio Público y jueces asuman realmente las responsabilidades puestas a su cargo, sin pactar con nadie, que se investigue, juzgue y condene a todo aquel que viole la Ley, sin importar sus vinculaciones políticas ni su relevancia social. Esta es la única vacuna que puede controlar la epidemia de corrupción que hace tiempo padecemos."
Eso dijimos hace unos seis años, época en la que nadie pensaba que enfrentaríamos una pandemia que alteraría de manera notable nuestras vidas, ni que la justicia dominicana transitaría los caminos que hoy con paso firme recorre.
La actuación del Lic Luis Abinader designando a Miriam Germán como Procuradora General de la Republica y su decisión de dar total independencia al Ministerio Público para que actúe según su criterio, sorprendió a muchos ciudadanos que creían que verían más de lo mismo en esta materia, pero lleno de esperanzas a millones que esperaban ansiosos que los corruptos fueran perseguidos sin contemplaciones como está ocurriendo en este momento.
En la República Dominicana nos hemos caracterizado por tener una institucionalidad débil, donde la influencia de un poder sobre otro siempre ha sido notoria, en muchos casos impidiendo la toma de decisiones importantes. Esto evidencia que no sólo se necesitan buenas leyes y reglamentos adecuados, las personas idóneas son indispensables, al fin y al cabo son los hombres y las mujeres que integran las instituciones quienes les dan vida e imponen su huella. Lo que necesitamos son mejores personas en cada uno de los organismos que conforma Los Poderes del Estado.
Creo que no necesitamos más leyes, de lo que estamos carentes es de comportamientos ejemplares, los cuales afortunadamente comienzan a vislumbrarse.