Hemos leído en la prensa nacional que el ministerio de trabajo ha estado elaborando un plan piloto tendente a la reducción de la jornada semanal laboral de las 44 horas actuales a 32, es decir a cuatro días de ocho horas a la semana, lo cual podría estar motivado por algunas experiencias positivas que han tenido algunos países en el mundo con estas medidas. Hay que acotar, que, los países desarrollados son los que tienen las jornadas laborales mas cortas, lo cual es justificado como veremos adelante.

Lo cierto es que sobre este aspecto se han desarrollado muchas teorías y ejercicios, con resultados variables que han ido de negativos, sin variación y positivos, siendo el principal objetivo el aumento de la productividad que se debe esperar por factores que han sido muy estudiados y que hacen referencia al rendimiento del trabajador durante su jornada diaria de trabajo.

La productividad está determinada por el cociente entre la producción y los recursos utilizados, es decir mientras menos recursos se requieran para una producción determinada mayor será mi productividad. El concepto y comportamiento de la productividad también ha sido analizado en centenares de tratados y libros y las curvas que muestran como se comporta a lo largo de la jornada de trabajo reflejan que a partir del comienzo de la jornada se inicia un crecimiento que alcanza su mas alto nivel a las 5 a 6 horas y luego va descendiendo hasta que termina la jornada del día. A mediados del día, luego de la pausa del almuerzo se observan incrementos que podrían ser menores o mayores de acuerdo con la calidad del descanso.

Los países de Latinoamérica son los menos productivos del mundo, lo cual tiene sus causas en los niveles educativos, los bajos salarios, las condiciones laborales y también la cultura laboral, esta última que no ha podido ser cambiada por generaciones quizás porque requiere de transformaciones muy profundas en las que los estados deben de ser los principales actores. No obstante, en los países de esta región es donde las jornadas de trabajo no son precisamente las mas bajas, de hecho, la mínima es de 40 horas.

La educación está apareada con la productividad, lo cual puede verse si damos una mirada al índice de desarrollo humano(IDH), determinado por tres factores, Educación, Salud y nivel de vida y lo asociamos a los países con los mas altos índices de productividad y resulta que son estos los que encabezan el IDH.

De igual manera, la salud es una figura de principalía en el rendimiento de los trabajadores en sus labores por razones obvias y por su repercusión positiva en las reducciones de las ausencias al trabajo.

El salario es otro aspecto de gran importancia para el aumento de la productividad, podríamos citar la “hipótesis de salarios de eficiencia”(WEH por sus siglas en inglés), desarrollada por el premio nobel de economía Joseph Stiglitz y Carl Shapiro, cuya teoría dice que la productividad de los trabajadores depende positivamente del salario recibido, concluyendo que el salario que debe pagar una empresa es el que logra la máxima productividad.

Finalmente, las condiciones laborales y el ambiente producen un aumento en la productividad, ya que el trabajador no se ve afectado por cualquier situación que le produzca un malestar que interfiera con un trabajo continuo y sin interrupciones.

En el evento de que se decida llevar a cabo el proyecto que está planteando el Ministerio de Trabajo del país, habría que sopesar y ponderar nuestra realidad, en cuanto al IDH y los posibles efectos de una medida que, hasta el momento, solo se ha aplicado en los países desarrollados de los que estamos muy distanciados y podríamos dar un paso al vacío. Si todavía no se aceptan estas limitaciones, sería recomendable que este proyecto se fuera ejecutando en etapas, es decir de una jornada de 44 horas semanales actual pasar a 40 horas y esperar los resultados, para entonces continuar el proceso dependiendo de estos.

Entendemos que este es un proceso que toma un tiempo muy largo y hay que recordar además que las actividades que se desarrollan en todo el aparato productivo de un país tienen características diferentes que pudiesen poner en peligro el fracaso de cualquier plan en este sentido, ya que podrían ser beneficiosas para unas y negativas para otras.

Particularmente somos de opinión de que cualquier reducción que se realice de la jornada de trabajo, sin tomar en cuenta los factores indicados arriba será catastrófica y en lugar de aumentar la productividad, aumentará el ocio y todos los derrames negativos que conlleva.