Viajar al exterior desde nuestro país a cualquier destino es someterse a todo tipo de ultraje y abuso por parte de Aerodom, las líneas aéreas, el laboratorio clínico Amadita… Salir del país pagando impuestos caros por un boleto aéreo para que, tanto Delta como Jet Blue, líneas aéreas con los peores tratos del personal hacia sus pasajeros, desde la impuntualidad en sus horarios, hasta las arbitrariedades más indecentes en el peso de los equipajes, cómo obligar a una persona a sacar 5 panties por sobrepeso, forman parte de los improperios impunes, en los sucios servicios de Jet Blue y Delta.
Obligan Aerodom y el laboratorio clínico Amadita a todos los pasajeros a someterse a una prueba de antígenos, un requisito de viaje, el cual ningún país reclama, como condición de ingreso, solo por burocracia y chantaje, con el objetivo de buscar mayores beneficios económicos a expensas de una flagrante violación a las leyes lo cual constituye una actividad delictiva y criminal, pues se trata de violar las leyes y ordenanzas nacionales e internacionales con fines pecuniarios.
Comprendemos la arrogancia, la impunidad en el proceder de estas empresas porque, en mi caso, pagué la aplicación de las pruebas de antígenos, con el recibo número 015152869, expedido por el laboratorio Amadita, con el cual recibí la prueba de laboratorio más inverosímil de mi vida, como médico, ya que a los 10 minutos tenía el resultado, lo nunca visto, pues ninguna prueba ofrece resultados tan precipitados.
Es asqueante la conducta antisocial de estas empresas, dado que abusan sin rubor de los ciudadanos, anclados en los privilegios otorgados desde el Estado, donde Aerodom, gracias a las patrañas legales, recibe US$35 dólares por cada pasajero, un beneficio doloroso, recibido en el marco de un contrato irregular de concesión reñido con las más elementales garantías constitucionales del país. Así actúan Delta y Jet Blue, sin que ninguna autoridad ponga freno a sus desafueros y atropellos a los pasajeros, un trato descortés, que refleja poco entrenamiento y compromete la imagen del país, pero nada podrá ser peor que permitir pagar miles de pesos por una prueba clínica engañosa.