En la semana pasada creo que el evento más comentado en esta coyuntura electoral fue el anuncio que hiciera el sacerdote Manuel Ruiz respecto a una investigación que había realizado de todos los diputados y candidatos de diferentes partidos que entre sus propuestas o acciones legislativas han asumido un compromiso con la vida al rechazar las tres causales.
Para ello se organizó un evento ayer sábado en la basílica Nuestra Señora de la Altagracia de Higüey encabezado por el padre Manuel Ruiz, Monseñor Jesús Castro y otros sacerdotes de la diócesis de la Altagracia que estuvieron presentes.
¿No tomaron en cuenta el aspecto moral al momento de decidir quiénes estarían y quiénes no?
Esta acción levantó una polvareda por las cantidades de críticas que recibió a pesar de que en las iglesias protestantes los pastores incluso aspiran a puestos electivos sin que eso genere el mismo cuestionamiento.
Pero lejos de justificar o apoyar la iniciativa lo que me interesa es que presentar mi reflexión sobre el evento.
En primer lugar, no creo que esto sea una iniciativa propiamente de la Iglesia pues cuando esta se manifiesta a favor de alguna causa el órgano oficial es la Conferencia del Episcopado Dominicano y siempre lo hace mediante un documento oficial como ocurre con la Carta Pastoral del 21 de enero o el mensaje que emiten a la nación cada 27 de febrero.
En esta ocasión no ha sido así, incluso el Padre Manuel Ruiz debió salir a aclarar la iniciativa por un listado incompleto que se filtró a los medios de comunicación. Es evidente que se cuenta con el apoyo de algunos obispos, pero reitero que al no ser un comunicado de la Conferencia del Episcopado no se le puede dar un carácter de iglesia a este evento.
Particularmente creo que esto no era necesario y me parece improcedente en este momento, sin embargo, entiendo que debió manejarse más desde la discreción y particularidad de las parroquias en vez de un evento general.
También cuestiono la razón de la selección y me explico: el requisito para estar en este listado era que hayan asumido un compromiso con la vida, pero se incluyó a personas que en lo particular su accionar en la política y en su vida no son el mejor referente para esta sociedad, entonces la pregunta quizá esté de más pero la formularé ¿no tomaron en cuenta el aspecto moral al momento de decidir quiénes estarían y quiénes no? Esa es una nota pendiente de la Iglesia.