Ni la identidad personal ni la identidad nacional vienen desde fuera, sino que dependen de la decisión más íntima y libre de la persona y del Grupo Humano Específico.
Es decir, la identidad, cual sea, no existe sin el otro. Yo sin ti y tú sin mí: ¿Qué? Pero lo que me identifica la identidad personal o del grupo humano no es lo que el Otro quiera o diga quién soy. Lo que venga de fuera es aceptado o rechazado por mí y decidido libremente para que defina mi personalidad, que me da un estilo de vida y la identidad. En ese sentido la IDENTIDAD es un “in fieri”…, un hacerse continuo enriqueciéndose con lo nuevo sin variar lo original.
Si la persona es relación lo externo que nos afecta tiene que ser tenido en cuenta por el Yo decidiendo libremente.
En ese sentido, si no entendemos los elementos componentes de la identidad humana, no podemos entender qué es la identidad personal y nacional. La persona humana es: Racional, Libre, Afectiva, Igual, Diferente, Única, Irrepetible, Relación. Sin embargo, existen diferentes Grupos Humanos compuestos por unidades personales…
Hasta ahora, no se han tenido en cuenta estos valores, componentes del ser humano, para definir nuestra identidad dominicana, sino que a partir de la definición trujillista de “soy dominicano porque no soy haitiano”, es una identidad negativa y arbitraria. Además, Trujillo es quien hace a los haitianos nuestros enemigos para sacar ganancias politiqueras; visión que permanece en la actualidad en la élite social dominicana. Esta herencia trujillista también afecta a la población.
La diversidad étnica teniendo como base el negro esclavo inclusivo, en la parte Este de Kiskeya; la relativa libertad y movilidad del esclavo, la solidaridad, el tambor, la música, la alegría acogedora, la resistencia, la cohesión en las luchas, el respeto a la palabra dada, en Santo Domingo Español, con característica de servicio, agradecimiento, fidelidad al otro, son cualidades que nos dan un estilo de vida, desarrollan una personalidad, que definen nuestra identidad dominicana, que no se reduce a límites geográfico, idioma, religión, leyes, autoridades …
En la actualidad, la democracia nominal, que entretiene a nuestros políticos, sólo para congraciarse con la élite dominicana y sacar beneficios politiqueros, quieren negar y borrar la negritud de la identidad dominicana inventando colores raciales piel: indio oscuro, indio claro, moreno; pelo e´caña, jabao…
Además, con el escándalo de las deportaciones masivas, indiscriminadas y sin el debido proceso, recurso disponible para los gobiernos neocolonialistas, mantienen en la población el rechazo, el odio y el anti-haitianismo trujillista …, y le sirve a los gobiernos de turno para desviar la situación de la problemática actual dominicana y para legitimar situaciones que afectan a la población, que benefician a la élite politiquera, como el ecocidio de las mineras Barry Gold, Unid Gold, entre otras, explotando minas de oro a cielo abierto con cianuro y desalojando comunidades con represión del ERD y PN. Ninguna autoridad ni dice, ni hace algo para apoyar las comunidades reprimidas, que la Barry Gold quiere desalojar para construir una presa de muerte, sin reubicar las familias afectadas.… Las mineras son como los ratones: ”soplan, ruyen y matan”.
Esas mineras canadienses son quienes violan nuestra soberanía destruyen el territorio, contaminan y matan vida humana, animal, vegetal y violan nuestras leyes…, los haitianos irregulares, ni los dominicanos y dominicanas de ascendencia haitiana, que no conocen y nunca han vivido en Haití, no son una amenaza a nuestra soberanía, ni a nuestra identidad dominicana.
Nuestras raíces étnicas africanas podrán ser más o menos puras; pero no podemos negarlas. Somos negros con rasgos de blancos. Somos “café con leche” y los haitianos “café puro”, porque la esclavitud impuesta en la parte Oeste de Kiskeya era exclusiva…
En la actualidad los politiqueros, los periodistas bocinas y nazionalistas forofos les dan más importancia a los gastos de los inmigrantes irregulares haitianos, como si no aportaran nada al PIB de RD. Lo mismo pasa con la identidad dominicana, se le quiere hacer depender de la presencia de los inmigrantes haitianos… cuando la identidad, cual sea, viene desde el interior de la persona no desde fuera, como hemos visto.
Nuestras autoridades, por lo visto, aún no saben qué es una Constitución ni para qué son las leyes e instituciones de un Estado de Derechos, por los efectos que hemos visto causados en la retroactividad arbitraria y politiquera dada a la sentencia 168-13, del Tribunal Constitucional Dominicano.
Trujillo sigue presente en nuestros dizque políticos, porque asumen a los haitianos como nuestros eternos enemigos y a los “dominicanos como no haitiano”.
Balaguer, también es actualizado en su negatividad, definiendo la Constitución Dominicana como: “Un Pedazo de Papel”; pero a ningún gobierno, post-Trujillo, se le ha ocurrido hacer un plebiscito para zanjar definitivamente la IDENTIDAD DOMINICANA, como debe ser, sino que lo que hacen es reformarla antojadizamente para legitimar intereses politiqueros.
La sábana de los prejuicios y de los intereses politiqueros, con que la élite de la sociedad dominicana ha querido arropar nuestra IDENTIDAD NACIONAL DOMINICANA es muy estrecha para arropar el sentido de humanidad, de historia, de etnia, de cultura, que tenemos los: “café con leche” y los “café puro”. El café es bueno como quiera. “El negro pega con tó”. Así lo entiende el pueblo sencillo, laborioso, acogedor, respetuoso, alegre y solidario.
¿Hasta cuándo “seguiremos teniendo a los haitianos como enemigos?” Y que: “soy dominicano porque no soy haitiano?”.
Además, no podemos seguir creyendo que la “Constitución es un pedazo de papel”, continuando con las reformas constitucionales antojadizas y politiqueras.
¿Dónde están los académicos, los antropólogos, los filósofos, los jurídicos, los políticos, los sociólogos, los psicólogos, los teólogos, los docentes, los pensadores y pensadoras de Rep. Dominicana, que no superamos las propuestas de un dictador, de recuerdos fúnebres y de un presidente heredero de un poder irrespetuoso de la Constitución, ley de leyes de una nación?
Nos falta oír la voz imparcial, valiente y precisa de nuestros académicos y del Pueblo Dominicano para que haya sintonía con sus legítimas autoridades: Plebiscito para definir la DOMINICANIDAD…, y superar el odio, la enemistad y fortalecer la hermandad, la colaboración, la solidaridad, el compartir y el BUEN CON VIVIR, que es la Cultura de Paz. ¡¡¡¡Sí, se puede!!!!