Muchos dominicanos nunca podríamos olvidar cuando en 1996, se creó el Frente Patriótico como una respuesta para evitar que ganara el PRD con Peña Gómez como presidente, porque era supuestamente de ascendencia haitiana. El color lo podía delatar pero nadie puede decir que él no se sentía dominicano como cualquier otro y mucho más aún con mejor preparación y de mejor corazón que todos los que vinieron después. Tuvo la historia que mostrar su verdadera cara para darnos cuenta.

Entonces surgieron un grupo de jóvenes que supuestamente eran más puros y más dominicanos que todos los demás habitantes de este país, en adición más honestos pues los demás éramos todos corruptos según un airado personaje de ese grupo que se le ocurrió ese desafuero tiempo después, posterior al robo más grande que se le ha hecho a la República.

Decidieron entre todos los del comité político del partido de Juan Bosch; impensablemente, quien demostró ser un hombre honesto, que tenían que escoger el binomio que le presentaría a las elecciones. Muchos se consideraron acreedores de tal distinción pero había algo que favorecía grandemente a uno de ellos y ese era Leonel Fernández, pues había sido llevado a una candidatura nacional como compañero del Profesor Bosch. También escogieron como candidato a vicepresidente a Jaime David Fernández Mirabal pues sus tías habían entrado a la historia en un horrendo crimen cometido por Trujillo. Fue esta una excelente selección en ese momento.

Este joven desconocido con su hablar parecido al de su líder y dando muestra de cultura, logró calar en la preferencia de los votantes jóvenes. Se veían identificados por lo que decía y algunos por su juventud. Sus palabras parecerían desbordantes de frenesí y hasta delirantes como las de Robespierre y todos nos lo creímos. Siempre es así al principio, hasta que llegan las acciones que se convierten en historias, como la del Terror en Francia que hizo más daño que lo que pretendía enmendar.

Solo la formación del individuo y su genotipo impiden estos falsos y ahuecados planteamientos. Lo de él solo era una postura electoral que resultó ser una villanía espantosa. Ni el se lo podía creer. Era todo una farsa. Su objetivo era lograr a como diera lugar, engañar a la mayoría de los votantes y lo hizo varias veces. Adoptando las palabas de Abraham Lincoln, el no podrá pretender engañar a todo el mundo, todo el tiempo. Y ahora ya no nos puede engañar más.

(En un vídeo de aquel entonces que se ha estado presentando, muestra incuestionablemente toda su falsedad).

Los niños aprenden de sus mayores, tiene que haber una enseñanza, quizás en la escuela con algún buen maestro, un ejemplo de vida de un familiar o de un vecino, una clase superior de convivencia, bonhomía heredada recibida por los genes de la herencia.

Lo que si sé además, es que su padre, quien era oficial subalterno y chofer del Coronel Disla, estuvo presente en la muerte de los héroes del 30 de Mayo en la Hacienda Marií, el 18 de noviembre del 1961. Tunti Cáceres, mi primo, con tan solo 23 años recién cumplidos, estaba entre los seis asesinados y posiblemente Colladito, como le llamaban al papá de Leonel Fernández, fue de los que recogieron los cadáveres de esos hombres valientes…verdaderos hombres, y no de estos despreciables demonios y de poca base ética y moral como todos los que participaron en esos asesinatos.

Reconozco que el jefe de esos asesinos era Ramfis Trujillo, que además tenía el control absoluto del país, y algunos de sus adulones como Pechito y su hermano, Pirulo Sánchez, Disla y otros de muy mala recordación. Pero Colladito hubiese sido juzgado mejor por la historia si hubiese dicho dónde estaban los cadáveres aunque fuera después de que esos desgraciados fueron tragados por la tierra. Pero no lo hizo…porque no tenía la formación de hombre de bien. Y peor aún, los genes que habría de traspasar eran los de la irresponsabilidad, el despreció humano y la falta de hombría.

Estas mismas condiciones que recibió Leonel Fernández que sabiendo que el permanecer por un largo período en el poder, a lo que se le podría llamar “una tiranía bajo el manto limpio de una democracia” que es lo que hace tanto daño a una nación, lastimando grandemente el desenvolvimiento del aparato del Estado, que ellos mismos lo han sobredimensionado para su propio provecho y sin que esto pueda resolver los más mínimos problemas de nuestra sociedad: como la salud, la educación, la producción alimentaria y peor aún aniquilando una justicia ya deteriorada. ¿Qué más daño pueden hacer?

Los jueces los nombró y los controla él y las decisiones son solo para su beneficio y su permanencia en el poder.

Leonel Fernández tuvo la gran oportunidad de ganarse el respeto de una nación entera y prefirió las lisonjas llenas de hipocresía y el dinero fácil. No puedo olvidar cuando le preguntaron en un programa de televisión, de que vivía un expresidente y no supo que contestar y se le ocurrió la absurda idea que lo de él era magia, y yo agregaría que magia de la de verdad: la que hace desaparecer la Hacienda y luego aparecen en los bolsillos de él y de sus cómplices.

Los pensadores de la Ilustración entendían que el conocimiento humano podría combatir las tiranías para poder lograr un mundo mejor. ¿Y que trataron de hacer estos grandes “entendidos” cuando llegaron al poder? Perpetuarse en el y robarse todo lo que pudieran en menoscabo de mejores condiciones de vida para un pueblo pobre al que decían defender. ¿Y que ud cree que tratarán de hacer, ya con la experiencia, si llegan al poder? Quedarse permanentemente, quizás 40 años como el mismo lo dijo anteriormente en un exceso de delirio enloquecedor. Además de dejar las arcas del erario vacías mediante el boato más asqueaste.

Habría que recordar los motivos reales y clásicos del anticesarismo de Tácito para entender que las coronas de laureles, llenas de miserias, lo que provocan es hundir a una nación.

Tendríamos que buscar hombres, de los que ya casi no existen para poder sacarlos del poder. No hemos podido zafarnos todavía del maleficio que nos dejó este farsante después de tres periodos en el gobierno y luego los de Danilo que para el primero de los dos periodos decidió usar una gran parte del presupuesto de la nación porque se acobardó ante Hipólito Mejía.

En estas próximas elecciones tendremos que escoger entre una persona como la descrita y otra como Luis Abinader que por más que lo critiquen ha mostrado urbanidad, decencia, honradez, bondad, y lo más importante de todo, desapego al poder pues en un momento pensó en no ir y solo lo hizo por la responsabilidad que caía en sus hombros ya que le dejaba el terreno abierto a un grupo de ladrones insaciables que se aferran al poder, que es lo que nos ha traído esta desgracia de la cual nos libramos anteriormente.

!Hagámosle un favor a la Patria!

!Libertad es hacer lo que debemos, para defender nuestras buenas costumbres! Montesquieu.