Nacemos en un entorno histórico o socio cultural que nos define, marca o condiciona. Vygotsky explica mediante su teoría del desarrollo histórico cultural, que nuestra forma de pensar debe analizarse tomando en cuenta el entorno social en que crecemos. Podríamos señalar que además de los conceptos reconocidos de una civilización, habría que considerar los no evidentes, ocultos o subliminales, que podríamos ubicar en el Inconsciente Colectivo descrito por Jung, que también nos influye. Así se habla de las generaciones humanas, que son los nacidos en épocas determinadas, compartiendo patrones de interpretación de la realidad y conductas adaptativas similares.

Se atribuye a la filósofa española Monserrat Nebrera el haber llamado Generación de Cristal a los nacidos a partir del año 2000, que coincidiría con lo que también se ha llamado Generación Z, Centennials o Zoomers (1997-2010) y los Alfa (2011 en adelante). Ciertamente en el término de Generación de Cristal se percibe una connotación peyorativa. Veremos cuáles son las características que se atribuyen a esta generación. Hay que señalar que las especificaciones de cada generación pueden presentar variantes de un autor a otro, en cuanto a su denominación, características y la extensión especifica en años.

A los padres de la Generación de Cristal se les considera super-protectores, son quienes dicen: “no quiero que mi hijo pase por las dificultades que yo pasé”, porque no comprenden lo difícil que puede resultar lo fácil. Normalmente se encuentran en las generaciones de los Baby Boomers (1946-1964) o la generación X (1965-1980). A estas generaciones los más jóvenes la visualizan como la Generación de Cemento, por su rigidez, también les atribuyen la búsqueda ansiosa del éxito.

Actualmente tenemos tanta información, que se nos dificulta reconocer la desinformación; con crisis de valores, dificultad para establecer proyectos existenciales sostenibles y evolución vertiginosa de la tecnología. Vemos un mundo incierto, cambiante, de realidades imprecisas, que fuerza a adaptaciones aceleradas.

Los jóvenes se desenvuelven actualmente con tantas libertades que a primera vista parecería maravilloso, pero teniendo pocas reglas, caminos o valores precisos, se les dificulta desarrollarse correctamente. La libertad es necesaria para el ser humano, pero el exceso de libertad lo destruye.

Esta Generación de Cristal tiene habilidades especiales para lo digital, porque ha crecido en ese medio y en contacto constante con las redes sociales. Aficionada a los medios audiovisuales, pero tiende a rechazar la lectura. Entusiasta de la tecnología, pero poco atraída por la cultura. Son muy creativos y sensibles. Sumamente críticos y suelen interesarse en luchas sociales por la justicia, igualdad y de protección de minorías o del medio ambiente. Presentan niveles de información muy superiores a cualquier generación previa, pero por su poca madurez son fácilmente manejables por los medios, teniendo dificultad para generar criterios propios.

Al ser sobreprotegidos, se les dificulta madurar. Normalmente saben exigir sus derechos, pero rechazan asumir deberes. Creyendo que se les ayuda, se les quita responsabilidades, lo que no les permite descubrir su valor para enfrentar retos o problemas, esto les afecta severamente su autoestima y los hace dependientes. Son muy sensibles a las burlas, críticas y a la frustración. Emocionalmente son frágiles y tienden a sentirse muy orgullosos de sus logros, aunque sean insignificantes, porque tal vez se les celebraba cualquier cosa que hicieran de niños.

La comunicación es de vital importancia, especialmente durante la niñez. Con las orientaciones adecuadas, deben y pueden participar de todos los temas familiares, pero transmitiéndoles los criterios necesarios para analizarlos. No se le deben ocultar las malas noticias, como la muerte o enfermedad de alguien conocido, ya que deben ser realmente parte de la familia, tanto en el dolor como en la alegría, lo que les permitirá conocer una existencia con altos y bajos, o, en otras palabras, una vida normal, no un falso mundo color de rosa.

En ocasiones, están tan preocupados por su felicidad, que se llenan de estrés y ansiedad cuando creen que no están siendo suficientemente felices. Comprender que ellos también son responsables de la felicidad de los suyos, puede ser terapéutico al atenuar ese fuerte enfoque egocéntrico.

Es preciso que conozcan el valor del trabajo y del dinero. Si no trabajan, no debieran tener lujos o privilegios. Si el estudio les toma realmente la mayor parte del tiempo, se comprende que reciban apoyo especial. Pero muchas horas de diversión o de perder el tiempo, demostraría que podrían trabajar. A menudo son más capacitados que los mismos padres, pero aun así prefieren recostarse.

Tanto padres como hijos están manejando situaciones o cambios inesperados, pero la mente de los Z y los Alfa podría ser más adaptable a esas realidades cambiantes. La familia debe conducirse como un equipo, en el que cada cual tiene funciones. Si dejas de utilizar un brazo por un año, se atrofia y enferma, lo mismo pasa con un miembro de tu familia inactivo.

La disciplina puede no ser cómoda, pero es la única forma de alcanzar logros significativos en la vida y no puede desarrollar piernas fuertes el hijo que siempre está cargado.