La gente pudiera preguntarse, y, de hecho, se pregunta, las razones por las que, después de cuatro años de gobierno, el presidente Luis Abinader tiene una mayor y positiva imagen pública entre los ciudadanos dominicanos. Vale decir, vista la realidad política y electoral, que el presidente ha ampliado su liderazgo y popularidad en la ciudadanía.

Hacerse la interrogante no es casual, pues las estadísticas son claras y reveladoras al demostrar que, en condiciones normales, matemática y sociológicamente, el ejercicio del poder desgasta o afecta, aunque no siempre es así, la imagen de los presidentes y de la mayoría de sus funcionarios públicos se va erosionando con los años de ejercicio en el poder. Esto no es exclusivo de República dominicana.

En las naciones del primer mundo, como eufemísticamente se denomina a las grandes potencias, ocurre algo similar; aunque la diferencia es de grado. Las condiciones socioeconómicas, sociales y culturales, producen los matices diferenciadores entre los países pobres y ricos.

La correcta política social aplicada por el presidente Luis Abinader; la estabilidad macroeconómica; su laboriosidad incansables e incontenible; el desarrollo de una política inclusiva en beneficio de las mujeres y los jóvenes; su defensa valiente y postura en defensa de la soberanía nacional en momentos tan difíciles; su bien ganado liderazgo internacional; la forma democrática, humilde y abierta de enfrentar los complejos y cotidianos problemas políticos y sociales, son elementos que aportan mucho a la imagen púbica del mandatario.

Sin embargo, esto no es lo único ni sería suficiente para evaluar la buena imagen y la aceptación a nivel popular que tiene el presidente Luis Abinader en todos los sectores de la sociedad dominicana.

Para evaluar el fenómeno de posicionamiento electoral que tiene el presidente en todas las encuestas reales realizadas, debemos ampliar la visión del análisis que se realice. En ese sentido, Luis Abinader lleva consigo su participación activa en la lucha junto al pueblo en la Marcha Verde y todo el movimiento social desarrollado en el país antes de las elecciones del 2020.

Todo lo anterior es muy cierto, sin embargo, la fortaleza del presidente Luis Abinader en la actual coyuntura política y electoral se debe a la imagen moral de su gobierno; a la imagen ética de su conducta personal y familiar. Y muy especialmente a la historia moral y política de su progenitor, el Dr. José Rafael Abinader.

Por último, quiero expresar que por estos atributos que adornan la figura del actual presidente fue que el equipo de académicos de las diferentes universidades, que tuve el honor de encabezar, apoyamos en las elecciones del 2020 al presidente Luis Abinader. Por lo tanto, en la actualidad lo seguimos apoyando en el presente proceso. Nuestro compromiso con la nación, va más allá de los elementos transitorios propios de las coyunturas políticas ocasionales.