Universalmente, los seres humanos aspiramos a ser felices. No obstante, la Psicología Social sabe que la búsqueda de la felicidad, debe ir acompañada de un plan o proyecto de vida cónsono con las capacidades cognitivas, psicoemocionales, productivas y de resiliencia personal.

Según nos consta, un grupo de expertos de varias universidades prestigiosas que tienen sus sedes en los cinco continentes, llevaron a cabo un estudio sobre la felicidad en el que participó un total de 3, 204,000 mil personas, cuyas edades estaban comprendidas entre los 20 y los 90 años (Reporte Universidad Stanford, USA, marzo 2023).

En tal sentido, el 68% de las personas que fueron consultadas en el estudio de referencia indicaron que, las bonanzas obtenidas y los logros profesionales que éstas habían obtenido, no les había generado la felicidad a la que aspiraban, ya que en la mayoría de los casos, tuvieron que  desatender los roles familiares, para cuidar sus bienes y su estatus social.

Por su parte, los textos de Psicología Social refieren que, “la felicidad es un estado de satisfacción física, psicológica y espiritual que experimentan las personas cuando logran canalizar y vivir todas las emociones positivas y, al mismo tiempo, asumen un espíritu optimista para enfrentar los obstáculos del quehacer diario” (Universidad LAVAL, Quebec, Canadá, 2019).

De nuestro lado, los especialistas en higiene y salud mental sabemos que, “la felicidad no llega del cielo como llegó el maná al que hace referencia las Sagradas Escrituras, sino que quienes aspiran a ser felices, deben reconocer sus debilidades y sus amenazas y, convertirlas en oportunidades para lograr lo que se proponen.

Asimismo sabemos que, las personas que aspiran a ser felices deben hacer uso estratégico de su creatividad, convirtiendo los obstáculos en oportunidades para robustecer su autoestima y, al mismo tiempo, favorecer el optimismo, para enfrentar las adversidades que se les presenten en la búsqueda de la felicidad.

Según se sabe, sin una buena motivación y las capacidades necesarias para provocar que las cosas ocurran, la mayoría de las personas renuncian fácilmente a sus legítimas aspiraciones, ya que aspirar y lograr ser feliz en la sociedad actual, es una decisión de hombres y mujeres aguerridos/as y valientes.

No obstante y según la Psicología Social, las personas que aspiran a ser felices deben poner en marcha, entre otras iniciativas: (1) La estructuración de un plan de vida realista y coherente con sus capacidades cognitivas y psicoemocionales; (2) involucrarse en actividades productivas, empresariales, comerciales, de negocios, sociales, culturales y políticas que las motiven a perseguir y lograr sus legítimas aspiraciones.

También, (3) involucrarse en actividades académicas, recreativas, deportivas, religiosas y de crecimiento espiritual que les agreguen valor 24/7; (4) no renunciar a sus aspiraciones de ser felices hasta agotar su manantial de creatividad e innovación del que somos portadores todos los seres humanos.

Además, (5) vincularse y relacionarse con personas inspiradoras, cuyos carismas, ejemplos y estilos de vidas, favorezcan el logro de la felicidad; (6) practicar el hobbies de su preferencia (leer, escribir cuentos y novelas, escuchar buena música, bailar, viajar, participar en peña sociales y culturales, etc.).

Asimismo, (7) hacer ejercicios  físicos según su edad y su condición física; (8) alimentarse sanamente y no renunciar a su aspiración de ser feliz, sin importar las vicisitudes que tengan que afrontar; y, (9) procurar tener metas altas y los pies en la tierra, ya que quienes aspiran a ser felices, deben estar conscientes que ellos/as son los/as arquitectos/as de su propia felicidad, no permitiendo que nada ni nadie castre sus legítimas aspiraciones.

En tal sentido, los expertos de la Universidad de Harvard han reconfirmado después de 85 años de estudios sistemáticos que, “el secreto de la felicidad no se encuentra en las riquezas materiales o en el éxito personal-profesional, sino en cultivar y mantener relaciones íntimas de calidad”, lo que permite desarrollar y consolidar, las conexiones humanas necesarias para crear los pilares fundamentales para disfrutar una vida plena y saludable”.

También, los expertos de Harvard constataron que, vigilar la calidad de nuestros vínculos familiares, sociales y culturales, así como tomar las decisiones adecuadas, soltar aquello que no nos hace bien o nos intoxica, no consumir sustancias prohibidas y alcohol en exceso y, evitar caer en adicciones peligrosas, nos abre todas las puertas y ventanas para aspirar a ser felices.

Finalmente, usted sabe amable lector que, “los bomberos son responsables de sofocar las llamas y los incendios; mientras que, las personas somos responsables de alimentar las llamas que nos inspiran a ser felices, sin importar la magnitud de las adversidades a las que tenemos que enfrentarnos en procura de ser felices” (DTGM, 21 de Marzo, 2024).

“No busquemos la felicidad en las cosas superfluas, ocupémonos de fomentar y practicar los hábitos que nos conducen a ser felices” (DTGM, Octubre, 2024).