El desacreditado liderazgo político que integra la alianza opositora Rescate RD trató de sorprender a la población votante dejando entrever que entre Danilo Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo, se había producido una reunificación de cara a las elecciones presidenciales y congresuales del próximo 19 de mayo.
Dicha alianza realizó una convocatoria el pasado lunes para anunciar, “con bombos y platillos”, una unidad política y personal entre ambos líderes que desbordó alegría y expectativas de triunfo electoral entre la militancia de los dos partidos mayoritarios de la oposición.
La búsqueda desesperada por lograr un impacto publicitario positivo que les permita recuperar la confianza perdida ante el electorado, fue fallida.
Esa convocatoria fue una oportunidad de oro para impactar y convencer a miles de simpatizantes que están disgustados por el distanciamiento político y de amistad que existe entre Leonel y Danilo.
La verdadera razón del encuentro era para anunciar el acuerdo político de apoyar al candidato presidencial de Rescate RD que logre la segunda posición en las elecciones de mayo, en caso de que el presidente Luis Abinader no gane en primera vuelta.
La frustración fue visible luego de conocer la verdad de la convocatoria. El coro de “unidad, unidad, unidad” que se escuchó en el principio desapareció tan pronto Miguel Vargas Maldonado, presidente del PRD y vocero de Rescate RD, aseguró que cada partido que integra la alianza iría con su propio candidato presidencial.
Es casi seguro que Abinader y la alta dirigencia del PRM aplaudieron con entusiasmo los acuerdos a que arribó ese bloque de partidos opositores, ya que les abrió aun más el camino para asegurar la reelección.
Es cierto que con su anuncio lograron atraer la atención, cautivar a la audiencia y elevar los ánimos de sus correligionarios, logrando catapultar las emociones a su máxima expresión.
Sin embargo, el distanciamiento entre Danilo y Leonel fue más que evidente. Volvió a quedar reflejada ante el público presente, y los tele espectadores que presenciaron las transmisiones en vivo.
Escoger a Vargas Maldonado, candidato presidencial del PRD, como la principal figura discursiva de la convocatoria, fue una mala decisión, ya que este tiene el triste privilegio de poseer la peor imagen política entre los candidatos opositores.
El discurso motivacional se le debió conceder al ex presidente Medina, en su calidad de ex presidente de la República y porque está fuera de todo proceso electivo.
Ninguna acusación nueva contra el gobierno de Abinader se escuchó en el discurso. Todo fue una repetición de críticas, acusaciones de compra de dirigentes de la oposición, de cédulas e inducir la abstención electoral.
Si de unidad se trataba la convocatoria, ¿por qué a Danilo y a Leonel lo mantuvieron distanciados uno de otro entre Vargas Maldonado y Abel Martínez?
La expectativa que todos esperaban ver era el abrazo fraternal o salutación efusiva frente al público, para provocar el mayor estallido de manifestación de alegría entre peledeístas, fupistas y perredeistas.
Fue Vargas Maldonado quien, sin guardar apariencias, invitó a Abel y a Danilo para que se acercaran a Leonel y consumaran el abrazo unitario ansiosamente esperado por todos.
Un saludo que, más que efusivo y alegre entre dos viejos amigos reconciliados, pareció al que se otorga como pésame en un funeral ante el féretro que guarda los restos de un familiar o el de un ser muy querido.