Si buscando el concepto estabilidad política se detiene en la Real Academia Española podrá encontrar en su diccionario de la lengua la siguiente definición de la palabra estable: “Que se mantiene sin peligro de cambiar, caer o desaparecer”.

En sintonía con la cita anterior el Diccionario de Política, de Bobbio, Matteucci y Pasquino, considera como la definición más completa de estabilidad política, la siguiente: “la e. es la previsible capacidad del sistema de durar en el tiempo”. Es decir, un sistema debe ser considerado estable cuando, en un momento dado y sobre la base de un conjunto de indicadores, es racionalmente previsible que durará en el tiempo.

Sin embargo, como sostiene Leonardo Morlino, existe una notable diferencia entre la estabilidad así definida y la entendida como simple duración en el tiempo. Señala, así mismo, que “podría inducir a sostener erróneamente que, por ejemplo, una monarquía tradicional, que dura desde mucho tiempo atrás, es estable, aunque pueda estar en el punto de quedar trastornada por una revolución”.

Morlino aclara que la definición dada de estabilidad puede parecer más bien genérica si no se procede a algunas especificaciones. Por tanto, es necesario aclarar que no es estabilidad, ya que la estabilidad, antes que nada, no se identifica con el equilibrio estable. Esta ecuación, hecha por muchos autores, es inexacta, y para comprender un poco más a fondo su error es necesario hacer una reseña del concepto de equilibrio y, más en general, del modelo de equilibrio. Se dice que un sistema está en equilibrio cuando se encuentra en una posición de reposo debido a la interacción de fuerzas opuestas, es decir, como señala David Easton, cuando “ninguna variable cambia su posición o relación respecto de otras variables”.

En ese sentido, el equilibrio puede ser estático o dinámico. Es estático cuando en estado de reposo los parámetros del sistema permanecen constantes en el intervalo de tiempo considerado. Es dinámico cuando en situación de cambio la propia tasa de cambio permanece constante o bien se presenta con un modelo que se repite siempre. Más importante es distinguir entre equilibrio estable, inestable e indiferente. El equilibrio es estable cuando el sistema, después de haber sufrido cualquier disturbio exterior, tiende a retornar al precedente estado de quietud. Se tiene equilibrio inestable cuando el sistema, siempre por la intervención de un disturbio exterior, se encuentra en equilibrio precario que lo predispone a asumir otras posiciones, conforme o no con la precedente.

La República Dominicana es actualmente un referente de estabilidad política en la región, debido a que: 1) ha celebrado 24 elecciones ordinarias consecutivas, 2) los procesos electorales son cada vez más íntegros, 3) cuenta con un sistema de partidos fuerte, 4) disfruta de alternancia de partidos y de presidentes en el poder, 5) superó graves disturbios, sobre todo, en las décadas de los años setenta y noventa, sin interrumpir el proceso democrático 6) ha tenido, desde hace varias décadas, un crecimiento sostenido en la economía, 7) la institucionalidad democrática y el estado de derecho continúan consolidándose, y, 8) disfruta de una cultura cívica y política estable.