Todas las corrientes de pensamientos han enarbolado un principio fundamental en su filosofía y política educativa: la educación como fundamento del futuro de la sociedad humana. Si queremos una sociedad de progreso, segura y humanamente solidaria, es necesario pensar en un modelo educativo llamado a forjar un ser humano con sentido de justicia y libertad.

Es un compromiso académico rescatar en la UASD las esencias para una nueva educación, constituyendo con ello, una necesaria respuesta a la sociedad líquida y a la sociedad de la red e inteligencia artificial que se centra en la fragmentación del sujeto, del escepticismo y de un sujeto educativo débil dotado de:   competencias, habilidades, skills e inteligencias múltiples. Modelos estos, con los que se promueve la llamada “pedagogía de la hamburguesa”. Este modelo educativo, la hamburguesa, a juicio del pensador español trocea las facultades de la persona, favoreciendo la formación de inteligencias múltiples y no de personas con competencias múltiples.

En este sentido, José Antonio Marina, en su propuesta “Proyecto Catauro” perfila una nueva arquitectura de la pedagogía o frontera educativa de los próximos 30 años. Plantea, José Antonio, como tesis central de esta nueva visión y objetivo educativo: “facilitar la formación de personalidades capaces de comportarse de una manera que consideramos individual y socialmente valiosa (p.10)”.

El velero pedagógico que impulsa la actividad de aprendizaje, como sistema en su dispersión y ausencia de rumbo de la escuela dominicana, adolece de un modelo claro para orientar la actividad educativa y, de un diseño teórico potente que permita entender el fenómeno educativo de aprendizaje como compresión humana en nuestro ideal de sociedad.

El propósito de esta publicación no es reflexionar sobre circunstancias y perspectivas pedagógicas para la educación dominicana, mucho menos, hacer diagnósticos sobre las debilidades e inconsistencias del llamado modelo educativo dominicano.

En esta publicación hago un llamado a la Asamblea de la Escuela de Teoría y Gestión Educativa (TGE) en mi condición de docente de la misma. Este llamado, es a constituirse nuevamente en Escuela de Pedagogía de la Facultad de Ciencias de la Educación; es decir, volver a los orígenes que tuvo esta escuela desde los cimientos mismos del movimiento renovador de la UASD a su momento de desaparición: centro del debate pedagógico y de la visión integradora de la educación dominicana.  Propongo, también, designarla como Escuela de Pedagogía Jacobo Moquete de la Rosa.

Concluyo estas reflexiones con un fragmento del prefacio de la obra Filosofía de la Educación del Dr. Jacobo Moque de la Rosa, al analizar en el texto que: “… el conflicto social mundial desde las posiciones filosófico-educativas que armonizan con las demandas sociales de una formación humana en coherencia con los ideales de las grandes mayorías: de paz y confraternidad entre las distintas naciones y de progreso igualitario en cada una de ellas.”

Fuentes de consultadas: Marina, José Antonio, Proyecto Centauro. Grupo Editorial Luis Vives. 2020. Moquete, Jacobo, Filosofía de la Educación. Editora Universitaria -UASD- Distrito Nacional, República Dominicana. 2006.